Nuevas miradas a las obras de siempre

Hasta el 8 de diciembre se puede visitar en el Centro Cultural Recoleta, la muestra de la obra construida por el estudio Manteola Sánchez Gómez Santos Solsona Sallaberry arquitectos (M/SG/S/S/S), que abarca una trayectoria continua desde 1957.
Y uno podría preguntarse cuál es el valor de esta exposición, si casi todos conocemos las obras expuestas, que han sido publicadas en distintos medios y momentos históricos, antes o después de ser construidas. Tal vez, la diferencia radique en la idea de una cierta totalidad, que opuesta al fragmento, le asigne otro valor cultural. La posibilidad de ver en el conjunto de una obra demostrativa de la forma de hacer arquitectura en la Argentina, como es considerada por los historiadores, nos permitiría descubrir una serie de continuidades y rupturas en el lenguaje estético, ante la cual, la misma obra adquiere otras significaciones. Esta nueva mirada que construimos al verla hoy, renueva la apuesta formal en la arquitectura que se inicia con la ebullición de los años sesenta, y la producción masiva de concursos, de los cuales Néstor Otero, curador de la muestra, incluye sólo el City Hall de Amsterdam y la Biblioteca Nacional, con maquetas, planos y dibujos originales.
Así, en la continuidad podemos destacar una búsqueda dentro del lenguaje de la modernidad, que conlleva una exploración formal basada en el dominio de la propia técnica de la disciplina. Vemos entonces cómo los materiales, se utilizan de maneras transgresoras, que llevan al límite sus posibilidades estéticas, provocando en sí mismas un despliegue diverso de rupturas. La Casa Matriz del Banco Municipal, hace visible el tesoro bancario a través de la transparencia de los planos, sustentada en la técnica constructiva del ladrillo de vidrio, que al no admitir cortes, configura y modula todo el proyecto; y se emplea tanto en las fachadas como en los entrepisos, diseminando luces y reflejos en el espacio homogéneo, que configura la doble altura del edificio que fuera de las antiguas tiendas comerciales. Así, el dominio de la técnica se acompaña con una interpretación del programa de alto riesgo formal, dando como resultado obras que irrumpen en el horizonte cultural del receptor urbano, impactando por su grado de novedad.
Y las rupturas emblemáticas que provocan la casa OKS en La Lucila, el conjunto de viviendas Rioja, o el CASFPI, en el conjunto pueden relacionarse a otras obras como posibles experimentaciones previas; que asimismo discuten cómo construir la ciudad moderna. En este sentido, la vivienda colectiva es la pieza clave que define la forma urbana desde las vanguardias estéticas del SXX, y en la exposición puede verse las diferencias entre los conjuntos Piedrabuena y Aluar; o entre Rioja y las actuales torres de viviendas, que difieren entre sí por la forma de concebir el espacio público, según las normativas y consensos de la sociedad que las construye.
Esto se extiende a edificios construidos en lugares clave de la ciudad, como ATC, la UIA en Catalinas Norte, o el Colonos Plaza, de Puerto Madero, en la que se realiza una gestión para generar una plaza pública, que rompe el amanzanamiento del área, para abrirse al libre uso social frente al río.
Estos temas, entre otros, se discuten en el Ciclo de Encuentros, «Las obras, los autores y el público»; organizado para brindar en la exposición un espacio de reflexión basado en el diálogo con los autores, que ya convocó a periodistas de los medios más reconocidos de nuestra ciudad, y continuará el miércoles 30 a las 19 horas, con una entrevista a los cinco integrantes del estudio, abierta a la participación del público. Allí conversaremos sobre la ardua tarea de hacer arquitectura en la Argentina, durante los últimos cincuenta años, dilucidando a través de la palabra una complejidad, no incluida en la belleza estética de las imágenes.