5.8.2008

Las ciudades son clones

Son las calles más genuinas, el emblema y la carta de presentación internacional de una gran ciudad. La Gran Vía y la Castellana de Madrid, el paseo de Gràcia de Barcelona, la avenida de los Campos Elíseos de París, Oxford Street en Londres, Kurfürtendammo Friedrichstrasse en Berlín...

Se trata de las grandes avenidas repletas de turistas y codiciadas por grandes cadenas hoteleras e imperios textiles de implantación mundial. Diferentes calles con los mismos escaparates, los mismos rótulos. Ciudades donde ha dejado de bombear el latido productivo e industrial para dejar paso al ocio. ¿Se están convirtiendo las grandes urbes europeas en clones? ¿Su vocación turística las está empobreciendo?

Las chimeneas de los recintos fabriles abandonaron las capitales amediados del siglo pasado para desplazarse a sus áreas metropolitanas. El corazón de las ciudades quedó reservado a las grandes sedes corporativas y sus centros de producción. Pero el boom inmobiliario español aceleró los cambios de uso de las principales calles. A la vez, las desinversiones en inmuebles de grandes corporaciones para destinar el capital a otras actividades productivas hacen cuestionar que las calles más céntricas sean todavía hoy las zonas de negocios. «Ciudades como Madrid y Barcelona han seguido procesos muy similares, la actividad comercial es parecida, y hasta 2006 se reconvirtieron edificios de oficinas en viviendas, muchas de lujo», sostiene el consultor Samuel Asperilla, de la firma especializada Jones Lang La- Salle. En Madrid, las grandes empresas se fueron hacia el norte, a los antiguos terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, con casi 100.000metros cuadrados de espacio disponible para multinacionales, y también en los alrededores de la carretera de Burgos. El Distrito C de Telefónica y el complejo empresarial Foresta del BBVA en Las Tablas o el campus financiero del Grupo Santander en Boadilla del Monte están arrebatando a la Castellana su estatus de city financiera.

El centro de Barcelona también pierde su pulso. Los parques empresariales del 22@ (el distrito tecnológico del barrio del Poble Nou) y L’Hospitalet de Llobregat se quedan con la actividad productiva, mientras que el centro ha ido perdiendo sedes como la de Basf, Banc Sabadell, Gas Natural o Banesto. En su lugar, se alzan hoteles, edificios de viviendas de lujo y tiendas de moda que suenan igual en muchas grandes urbes debido a la globalización. A la vez que el ámbito de los negocios y las finanzas han ido dejando paso al ocio y el comercio, estas calles, alentadas por el turismo, han ido replicando su modelo. A ello ha contribuido el fenómeno que el geógrafo Francesc Muñoz, de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha bautizado como urbanalización. Según Muñoz, durante los últimos 25 años, el grueso de la construcción de viviendas alrededor de áreas metropolitanas como la de Barcelona ha correspondido a complejos dispersos, al margen del planeamiento y basadas en el modelo del chalet y el adosado. Un consumo de suelo indiscriminado jaleado por la escalada del precio de la vivienda en las capitales, de donde se fueron sus habitantes para adquirir na casa con jardín en una localidad cercana.
Como resultado, el centro de las ciudades ha acabado por «tematizarse», y a ellas acuden los fines de semana las familias que viven en las urbanizaciones. En su tesis, FrancescMuñoz defiende que, «a la manera de los parques temáticos, fragmentos de ciudad son actualmente reproducidos, replicados, clonados» en otros municipios. No son extrañas, pues, las campañas que promocionan el perfil high fashion de Londres o que Barcelona se defina como la botiga més gran del món (la tienda más grande del mundo). «La calle de Goya de Madrid es casi una copia exacta de la de Pelai de Barcelona», admite el consultor Samuel Asperilla. Los ejes comerciales se convierten en grandes centros de ocio al aire ibre. Todos con el mismo esquema: una calle para las firmas más exclusivas, otra para las más populares y una zona alternativa. Basta echar un vistazo a la oferta comercial de los ejes principales de las grandes ciudades europeas. Los escaparates coinciden, de acuerdo con el estudio denominado Retail destinations, de la consultora inmobiliaria internacional CB Richard Ellis (CBRE). En todas están H&M y Zara, y en la mayoría de las ciudades europeas, GAP.

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