14.2.2006
La relación entre los arquitectos y los promotores de los proyectos, un debate pendiente
Apreciado Alberto
Tengo preocupaciones por la manera como se está manejando en nuestro país las relaciones comerciales entre los arquitectos y los promotores de proyectos y me interesa conocer que pasa en otros países, pienso que tu debes tener información importante dada tu vinculación con diferentes aspectos de nuestra profesión, en el campo internacional, a través de arqa.com. Si así es, te agradecería algunos comentarios.
En Colombia, partiendo de las dificultades económicas por las que atraviesa, se ha venido desarrollando una práctica en la relación entre los arquitectos y los promotores de los proyectos consistente en que se invita a participar a los profesionales siempre y cuando éstos lo hagan «a riesgo», y ello significa lo siguiente:
Hoy cualquier proyecto de construcción se basa en formatos simples: el promotor llama al profesional y le habla del magnífico proyecto que va a realizar en determinado lote, el mismo que pertenece, por supuesto, a un tercero; el arquitecto entonces, en las nuevas reglas de juego, debe empezar a trabajar «a riesgo» haciendo las primeras «rayas», que así se conocen entre los promotores los primeros esquemas urbanos y arquitectónicos que desarrollan los arquitectos, y tiene sentido que así las denominen, puesto que es un trabajo que consideran que no significa mucho en lo económico y en lo intelectual para los profesionales porque son apenas unas «rayas»…. Viene entonces el proceso de valorar el esquema para ver su rentabilidad, ya el promotor ha empezado a contactar a los inversionistas, quienes lógicamente piden asuntos concretos, es decir los planos aprobados para poder tomar decisiones. Por supuesto el arquitecto emprende la segunda tarea, siempre a riesgo, y desarrolla el proyecto y consigue la aprobación de la autoridad respectiva. A «riesgo» quiere decir que el arquitecto pone su oficina a disposición de la idea, paga servicios, alquileres, empleados, impuestos y demás arandelas durante el proceso de diseño, pero ahí no para la cosa, el promotor lleva el asunto hasta el punto en que el riesgo sigue contando por todo el tiempo de la obra de tal manera que si el proyecto no fue factible, pues no hay honorarios, si no se vende a tiempo, mucho menos etc., etc., etc. Y el arquitecto terminó su trabajo desde el primer día de la construcción, cuando con bombos y platillos se inaugura la primera piedra.
Qué conoces sobre el particular en otros medios? Es práctica corriente?
Te agradecería comentarios.
Un abrazo
Horacio Navarro M., Arq.