6.6.2011

La mirada formalizada

La formalización de las relaciones visuales entre entorno urbano y objeto arquitectónico ha sido desde siempre una estrategia instrumental en la arquitectura de Gerardo Caballero. No estamos hablando de metáforas vagas; el registro de la mirada genera direcciones, geometrías y proporciones: hechos concretos del quehacer proyectual. Esta instrumentalización se manifiesta en el control de planta y corte y en precisas perspectivas de método y línea recta.

El objeto arquitectónico resultante demuestra en su conformación indicadores inequívocos de esta formalización: La mirada en escorzo cerrado de calle angosta define el perfil rehundido en ángulo abierto de las Viviendas en Cortada Marcos Paz, el cono visual desde la esquina define el perfil cóncavo de La Caja de Abogados, el cono visual hacia la vista privilegiada del Río Paraná define la articulación volumétrica en planta del Edificio Brown. Esta introducción ubicaría la arquitectura de Gerardo Caballero, talvez polémicamente, dentro de una tendencia Indéxica o Crítica. Pero un desarrollo reciente coloca a Caballero cercano a producciones mas contemporáneas; aquellas interesadas nuevamente en la figura, en edificios con carácter definido y silueta vaga. Los elegantes y sueltos croquis de Gerardo Caballero establecen con un criterio grafico cercano al cómic la personalidad de los edificios. En una familia de proyectos que ya podemos identificar, la mirada ha pasado de ser estrategia instrumental a ser icono formal, se ha desplazado del proceso y del sujeto al objeto arquitectónico. Son ahora los edificios los que miran. En la ampliación de la Casa Barbero en Rosario un gran ojo sobresale de una casa en esquina, en la Casa en Puerto Roldán un ojo mira al cielo mientras otro mira al piso, en la Concesionaria de Bicicletas en Rosario una pantalla observa la avenida cercana, en la Concesionaria Agrícola de la Ruta 34 la pantalla observa el horizonte distante. Esta es una arquitectura que en su facilidad evita excesos retóricos de geometría formal o de masa expresiva y se libera de la obligación de representar para simplemente ser: edificios que llaman la atención, nos atraen y nos devuelven generosamente la oportunidad de mirar.

Carteles Urbanos
En las ciudades de la planicie pampeana, la cuadricula urbana impone a nuestros cuerpos un rigor muy particular en relación al territorio. En nuestras calles nos vemos atrapados en situaciones de perspectiva única. Las ordenadas líneas de fuga de cordones, veredas, fachadas y árboles crean franjas de cielo particular. Los bordes continuos de las manzanas esconden una densa articulación de momentos que suponemos, pero que nunca verificamos. Inmersos en estas secuencias ortogonales, nuestra mirada se escapa en diagonal. Que es lo que encuentra nuestra mirada cuando intenta cruzar por sobre, en escorzo, hacia los centros imposibles de nuestras manzanas? A veces, en las avenidas de ingreso en los barrios periféricos de la ciudad, por sobre las terrazas bajas, nuestra mirada encuentra grandes carteles de publicidad.

Galpones Pamperos
En las rutas de la pampa argentina, un juego hipnótico atrapa al que mira por la ventana. Semidormidos por el ruido del coche, nuestra mente se escapa con la mirada hacia el horizonte. Todo se mueve a distintas velocidades. Los postes desaparecen borrosos en primer plano mientras miramos los grupos de árboles cercanos y lejanos. Unos van mas rápidos que otros. Empezamos a concentrarnos en un punto casi inmóvil, al fondo, ahí donde cielo y tierra se unen. Por unos instantes creemos que el auto navega una circunferencia infinita alrededor de ese punto central. En la pampa no hay perspectiva, solo profundidad. El juego abstracto de planos que juegan los árboles en movimiento es lo que nos da idea de la distancia en este vértigo horizontal. Contrapunteando este juego aparecen algunos objetos: casas, silos, galpones. Para el que maneja todo es distinto. Una perspectiva central se desarrolla a toda velocidad. Los árboles se mueven en paralelo creando zonas de velocidad, o en perpendicular creando muros y puertas territoriales. Las líneas de la ruta se unen a lo lejos, una curva nos entretiene o un acortamiento del horizonte creado por un ligero movimiento topográfico alimenta el suspenso de lo que está por venir. Pero lo que se asoma es más de lo mismo. En este juego cinemático, puntuaciones de ritmo aparecen con regularidad: puentes, salidas, postes, señales, carteles. A 100 kilómetros de Rosario, sobre la ruta 34, en San Genaro yendo al norte, un cartel de grandes proporciones se asoma a la ruta. En su interior se exponen maquinarias agrícolas. Un cartel con un gran espacio interior, o un galpón con una gran pantalla publicitaria. Un híbrido que toma lo mejor de las dos tipologías: la visibilidad del cartel y la espacialidad utilitaria del galpón. Con un simple movimiento geométrico, la planta rectangular del galpón se abre en diagonal hacia la ruta y en deformación perspectívica intensifica el cono visual que multiplica la potencia visual del artefacto.

Juan Manuel Rois | Profesor Titular
FAPyD | Universidad Nacional de Rosario

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