2.7.2019

¿HIBRIDACIONES? Primeros pasos de un necesario debate

El incendio y pérdida de la cubierta y aguja de la catedral de Notre Dame en París generó una discusión en torno al lenguaje de la futura y necesaria “restauración” o “rehabilitación” del monumento francés, sobre todo por la variedad especulativa de las propuestas que nacieron desde diversas partes del mundo.

Ese debate, aparentemente zanjado por el Senado francés al declarar que Notre Dame debe ser restaurada exactamente a como se encontraba antes del siniestro, podría ser replicado y considerado para la intervención del patrimonio edificado y/o inmuebles con algún tipo de valor que se encuentran en peligro dentro de las ciudades de nuestro país.

En Lima, un incendio de categoría 4 sucedió el 19 de abril del presente año en Mesa Redonda; otro fue el que dejó “El Buque” de Barrios Altos como inmueble inhabitable en agosto del 2016; y otro el que dejó en la misma condición uno de los inmuebles de la Plaza Dos de Mayo en octubre del 2014. Los tres siniestros mencionados acaecieron en ambientes urbanos monumentales o susceptibles de contener patrimonio declarado y/o con valor contextual. Así, ante la evidente indefensión de ciertas arquitecturas, el inicio de un debate sobre su destino puede partir de un par de condiciones, la primera, el cuestionamiento de la pertinencia de la idea, supuestamente inequívoca, de devolver una edificación singular a un presunto estado ideal mediante acciones restaurativas, y la segunda, la identificación de nuevas formas de ver e interpretar las actuaciones sobre lo construido. Posiblemente las intervenciones que trabajan a partir de estas condiciones, son las que buscan generar una naturaleza híbrida, ya que conceptúan al objeto arquitectónico como un ente perfectible, aceptan su devenir y parten de ello para su transformación, y construyen un objeto nuevo al adjuntar nuevos significados a los que ya poseía la preexistencia. Se plantean por tanto, algunas reflexiones teóricas, históricas y proyectuales en torno a la hibridación.

Para la arquitectura, la hibridación es un concepto que permite especular sobre identidad, lenguaje, escala y límite, todo ello desde la puesta en crisis de sus parámetros preestablecidos, y es por eso que posee diversas interpretaciones. De esta variedad se quiere resaltar a la transcategórica, que reconoce como híbrida a la arquitectura que es objeto, paisaje e infraestructura al mismo tiempo; la programática, que yuxtapone diferentes programas sin mayor vínculo que la coexistencia en la misma edificación (parte fundamental del cuerpo teórico de Rem Koolhaas); la material, que plantea la mezcla de la producción y procesos constructivos tradicionales y contemporáneos; y por último, la semántica, que se relaciona con las reconsideraciones de la integración de naturalezas disímiles en un mismo objeto arquitectónico.

Desde la teoría de la arquitectura, la hibridación transcategórica se relaciona a la escala, la programática a la función, la material a lo tecnológico constructivo, mientras que la semántica se relaciona con la identidad, el lenguaje y los límites. Esta última, fundamentada en los postulados de Robert Venturi en “Complejidad y contradicción en la arquitectura”, toma como su núcleo conceptual la identificación de los siguientes elementos: los niveles de contradicción de significado, donde la arquitectura puede ser una y otra cosa a la vez; los elementos de doble función, en los que se relaciona aspectos de uso y estructura; la capacidad de adaptación, donde se justifica la destrucción del orden y se reconoce la variedad; la contradicción adaptada, que implica la desintegración de un prototipo por medio de aproximaciones; y la contradicción yuxtapuesta, referida a un tratamiento de shocks que solapa elementos contrastantes e irreconciliables y crea múltiples niveles de significado.

Por el lado de la historia de la arquitectura, probablemente la Mezquita – Catedral de Córdoba en España, y el Convento de Santo Domingo – Qorikancha en Cusco, son la muestra palpable de que, sea la razón que sea, es posible hibridar, y hasta transformar o “metamorfosear” un contenedor prexistente con la inserción de una nueva arquitectura de naturaleza contraria o no necesariamente análoga.

La Mezquita – Catedral de Córdoba, emplazada en el lugar de la desaparecida Basílica de San Vicente, es el resultado de seis modificaciones y/o ampliaciones de factura califal y seis de factura cristiana, todas estas, dadas entre el siglo VI y el siglo XVII. Respecto al monumento, Rafael Moneo dice: “es un edificio singular cuya historia abarca un periodo de ocho siglos. La clave para la comprensión de su desarrollo reside… en su estructura formal… Pues tales principios se definieron con claridad suficiente para que… estuvieran siempre presentes y fuesen respetados por los arquitectos que sobre la mezquita actuaron…” (1985).

Mientras que el Templo y Convento de Santo Domingo – Qorikancha es el resultado de hasta dos modificaciones incas entre los siglos XIII y XV, dos modificaciones y/o ampliaciones de factura española entre el siglo XVI y el XVIII, y dos modificaciones republicanas durante el siglo XX, una de las cuales fue su restauración. Ramón Gutiérrez dice: “un caso peculiar dentro de las propias estructuras conventuales está definido por la superposición con antiguos recintos indígenas. El ejemplo más notorio es el de Santo Domingo de Cusco ubicado sobre el antiguo templo del Sol (Coricancha) incaico y que por ende debió no solo respetar las construcciones existentes sino que buscó superponer el presbiterio sobre la plataforma del muro curvo” (2002).

En este punto cabe decir que la naturaleza híbrida de los monumentos citados, muestra que sus singulares “personalidades” y formas son una prueba de los postulados de Venturi, sea por la presencia de elementos de doble o múltiple función, por la adaptación a realidades construidas y ruptura de órdenes preexistentes, o por la desintegración de los prototipos existentes que se tuvo que aplicar. Pero son seguramente los significados contradictorios y la contradicción superpuesta, con el consecuente tratamiento de shocks de distintas intensidades que sufrió cada una de las edificaciones, los principales elementos que posibilitan plantearlos como híbridos que pusieron en crisis la identidad, el lenguaje, la escala y el límite.

Por el lado de lo proyectual, las manifestaciones primitivas de hibridación han tenido distintos matices según la época. En el siglo XVIII los proyectos de Jean Jacques Lequeu son una muestra muy atractiva de pintoresquismo arquitectónico por la fusión de elementos de varias arquitecturas, la explotación del principio de independencia de las partes de una composición, y por la búsqueda de una arquitectura parlante. Durante el siglo XIX, los proyectos de restauración de Viollet Le Duc buscaron insertar añadidos no históricos a la preexistencia (la desaparecida aguja de Notre Dame es un ejemplo). Y en el siglo pasado, Superstudio quiso relacionarse transversalmente con la historia mediante la yuxtaposición indistinta del proyecto y el monumento.

En el sentido buscado por las hibridaciones de los proyectos mencionados, ejemplos valiosos se pueden encontrar de manera más habitual en el presente siglo, proyectos como el CaixaForum Madrid (Madrid, España), el auditorio del Convento de Sant Francesc (Santpedor, España), el Royal Ontario Museum (Toronto, Canadá), o el Museo de Historia Militar (Dresden, Alemania), son intervenciones en las que la diferenciación entre lo agregado y lo heredado se manifiesta en la forma, en el lenguaje, en la materialidad, en la estructura, e incluso en los significados, mostrando así un particular modo de actuar que se sustenta en la aceptación de la multiplicidad. Estas propuestas aceptan la posibilidad de incrementar y potenciar el significado y el uso anterior que tuvo lo intervenido por medio de la adición de elementos de naturalezas distintas y hasta contrarias, dejando a la vista la sinceridad de la materialidad de la masa construida previa.

Finalmente, el reconocimiento de los alcances de la hibridación mencionados para con el proyecto arquitectónico de contenedores preexistentes, se convierte en el punto de partida para que ciudades como Lima (susceptible de perder irremediablemente parte de su herencia inmueble), en la que el desarrollo histórico urbano produjo la diseminación de arquitecturas singulares con valores estilísticos, tipológicos, materiales, y contextuales, se pueda gestionar lo heredado de manera que distritos como Barranco, con 174 inmuebles declarados, o Chorrillos, con 65 inmuebles en la misma condición, además de otros ambientes urbanos de la ciudad, recuperen y preserven una pequeña parte del sustento material de su memoria colectiva, permitiendo múltiples usos y mayores coeficientes edificatorios, atrayendo así, la especulación proyectual arquitectónica académica, el debate gremial e institucional, y una futura y deseable inversión pública y privada, productos todos del quiebre del estatismo y hermetismo de los postulados de la restauración en nuestro país.

Para poder subir obras es necesario acceder con una cuenta ARQA

Para poder solicitar la creación de un grupo es necesario acceder con una cuenta ARQA

Para poder guardar en favoritos es necesario acceder con una cuenta ARQA

Para poder valorar obras es necesario acceder con una cuenta ARQA

Para poder agregar a este usuario a tu red de contactos es necesario que acceder con una cuenta ARQA

Para poder enviarle un mensaje a este usuario es necesario que acceder con una cuenta ARQA

Ir a la barra de herramientas