22.6.2020

Dibujo y Evolución

Los humanos han aprendido a dibujar antes que a escribir. El arte rupestre, es decir, las pinturas halladas en cuevas fueron hechas un período de tiempo entre el paleolítico y el neolítico, y tienen una antigüedad de entre 40.000 y 70.000 años.

Ya entonces los humanos teníamos una necesidad de representarnos a nosotros mismos y a otros animales. Se dibujaban escenas de caza, hombres, utensilios, animales de todo tipo y también trazos abstractos. El arqueólogo Dean Snow ha demostrado además, midiendo y comparando la longitud las manos que hicieron esas pinturas, que la mayoría de las realizadas en España y Francia fueros hechas por mujeres. Quizá la capacidad de las mujeres para desarollar un pensamiento abstracto, así como el dominio del lenguaje sea la que les haya permitido desarollar también la capacidad para dibujar.

Me sorprende la calidad de todas esas pinturas rupestres, algunas de ellas por su sencillez, su abstracción y claridad. De otras me gusta su detalle, la policromía, el contraste del rojo, el negro y el vacío. Algunas me recuerdan a las figuras de Henri Matisse, en movimiento, sencillas pero exactas a la vez. Y me pregunto, dónde están todas las demás pinturas? Aquellas que son más rudimentarias, que han sido dibujadas para aprender y llegar a lo sublime de las que han llegado hasta nosotros. Sencillamente no existen. A lo largo de miles de años los humanos aprendieron a dibujar y fueron perfeccionando su técnica, pintando una figura sobre otra en la roca, igual que hacemos en el encerado de una escuela.

Nuestros antepasados podrían haber pintado porque les producía placer. En cualquier caso, en muchos lugares seguramente era una actividad un tanto mística, que tenía que hacerse con la ayuda de unas velas, en la oscuridad de una cueva. O quizá pueden haber querido hacer representaciones de escenas vividas para contar a otros, o escenas épicas de caza, recuerdos de lugares distantes, pero también pueden representar anhelos, ilusiones, … proyectos.

El dibujo forma parte de todas las culturas y la capacidad para dibujar se desarrolla en una fase temprana. Los niños, igual que nuestros antepasados, aprenden a dibujar antes que a escribir. Representan a sus familiares, a sus amigos, su entorno; pero también sus sueños: la bicicleta que desean, la casa en la que querrían vivir, el lugar que querrían visitar.

El dibujo es por tanto esa forma de expresar nuestros proyectos. Y paradójicamente, a pesar de ser una herramienta que se puede aprender a una edad mucho más temprana que la escritura, y a la par que el habla, el dibujo tiene una capacidad para expresar, definir y concretar mucho mayor que las dos anteriores. Más vale una imagen que dos palabras.

La técnica del dibujo fue desarrollándose y en algún momento, el dibujo sirvió en algún lugar, por primera vez, para representar un proyecto, una obra creada de forma abstracta por el intelecto humano, como paso intermedio para su construcciäon. Ese proyecto podría haber sido un templo, una embarcación, una lanza, una tumba, o incluso la ordenación de una aldea. El caso es que desde entonces el dibujo forma parte de las herramientas necesarias para construir. Su relación intrínseca con la matemática, a través de la geometría, así como la agrimensura permitió a los hombres desarrollar nuevas formas de conocimiento.

Hay pocas cosas que actualmente se construyan sin tener como base una planificación o un dibujo. Prácticamente todo lo que se construye o produce de forma industrial o profesional, se dibuja primeramente. Se dibujan los nuevos barrios de las ciudades, los puentes, las infraestructuras, las redes de servicio (alcantarillado, gas, telecomunicaciones, depuradoras,…), las calles de nuestras ciudades, las papeleras, los bancos, las farolas, los semáforos (no sólo dónde se van a colocar, sino ellos en sí mismo). Se dibujan los planos de los aviones, de las naves espaciales, de los automóviles, camiones, canoas, transatlánticos, bicicletas, trenes y tranvías. Se dibujan las casas, los colegios, los hospitales, oficinas, mercados, todos los edificios en definitiva.

Antes de ser construídos se dibujan los muebles de nuestras viviendas, las lámparas, los electrodomésticos, las vajillas, las ventanas, las lámparas, los sanitarios, las alfombras y otros elementos textiles, las baldosas, los radiadores, los pomos de las puertas, los tornillos… Se dibujan los lápices que están sobre nuestro escritorio, la ropa que llevamos puesta, el pijama, los zapatos, las joyas, las gafas, los bolsos y mochilas, los juguetes, las tiritas para el corazón partío, el cepillo de dientes.

Qué es por tanto lo que no se dibuja? Verdaderamente pocas cosas. Por ejemplo un vino, un bizcocho. Aunque sí se dibujan los envases en el que van a ser comercializados o los moldes en que serán producidos y su etiquetado. Tampoco se dibuja una canción, ni se dibuja necesariamente el trabajo de un artesano, la chaqueta que calceta nuestra abuela, la pasta de dientes, un medicamento, o las manualidades de los escolares. Cuando no hay un dibujo previo, el resultado será bueno cuando el artesano tenga talento o siga un método tradicional, aprendido mediante la tradicicón oral.

Visto entonces de esta manera, si asumimos que prácticamente todo lo que nos rodea es fruto de unas ideas, que para ser realizadas, han tenido que ser dibujadas previamente, el dibujo debería forma parte de las materias troncales de todos los ciclos educativos, dándosele la importancia que merece. Ahora mismo, el dibujo a nivel educativo está incluído dentro de algo más amplio que es llamado Arte. Así se le da al dibujo únicamente el valor de herramienta para representar pinturas; se le relega a un estado cuyo único fin es producir objetos “bellos”, bidimensionales (cuadros) destinados a adornar las paredes de nuestras casas. El dibujo también sirve para contar historias, como por ejemplo hacen los cómics. Digamos que las pinturas rupestres son los primeros cómics de la historia.

Pero este no es el único destino del dibujo!!!

El dibujo tiene también una función social, científica, humanística, que se desarrolla plenamente cuando éste se utiliza para planificar nuestro entorno y mejorar nuestras condiciones de vida. La evolución del dibujo ha ido a la par que la evolución humana, igual que otras técnicas, el habla, la escritura, las leyes, etc. Y alcanza hoy un nuevo estatus con las computadoras, que nos permiten hacer representaciones hiperrealistas 3D de nuestros proyectos. La evolución humana siempre ha estado vinculada a la capacidad de poder dibujar lo que se deseaba.

Si nuestro hijos muestran desinterés o desprecio por el dibujo en casa o en el colegio, hagásmosles llegar estas palabras de ánimo.

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