25.11.2016

Devenir Diesteano

Eladio Dieste. Nacido el 10 de diciembre de 1917 en el departamento de Artigas, Uruguay. Se recibió de Ingeniero en el año 1943 en la Facultad de Ingeniería del Uruguay. El valor de los muros, la importancia de la construcción y la pasión por la belleza permanecen en el ingeniero desde que inicia su carrera independiente en la década del 50.

“Los devenires son contingentes, no imitan, se producen por medios de desterritorializaciones disimétricas y descodificaciones no planificadas. El devenir no es la historia, la historia designa únicamente el conjunto de condiciones (por muy recientes que sean) de las que hay que desprenderse para “devenir”, es decir para crear algo nuevo”. Gilles Deleuze

Podríamos comparar la obra de Dieste con la de dos maestros de Latinoamérica: Oscar Niemeyer y Amancio Williams, arquitectos referentes en sus propios países.  Pero van a haber algunos factores por los cuales Dieste se va a alejar de estos nombres. Principalmente, el uso del ladrillo por sobre el hormigón armado, y luego, el hecho de que sus obras no van a tener un carácter tan monumental como las de Niemeyer.

Dieste va a tener muy presente al usuario, y como éste se va a apropiar del espacio. Va a crear un interior muy humano. “Cuando una señora dice que una casa hecha con ladrillos es muy acogedora, lo que está expresando de una  manera más o menos vaga es que el material tiene una serie de virtudes que lo vuelven muy apto para el contacto con el hombre”, va a declarar Dieste en una entrevista que le realizan, dejando en claro su posición frente a la percepción del espacio y la materialidad.

Materialidades
Justamente en el “nuevo” uso del ladrillo es en donde se va a desplegar el devenir diesteano. Sus conocimientos aportados de la ingeniería van a facilitarle esta tarea de darle una forma alternativa al mampuesto. El ladrillo va dejar de funcionar como un bloque que se traba a noventa grados y genera formas prismáticas, para pasar a estar informado de varias maneras; desde una pared ondulada, revestimientos, partes de pisos y hasta bóvedas. La materia y la información deben prepararse de tal modo que puedan intercambiar potenciales para formarse, para informarlos y para producirlos. Su iglesia en Atlántida es un claro ejemplo de cómo el material es afectado.

Otro material que va a ser muy utilizado por Dieste es la luz. Los efectos creados en sus obras por la luz son de una sensibilidad extrema. Dieste va a reconocer que tiene una idea del espacio cuando lo proyecta, lo diseña, pero muchas veces al ir a la obra se ha sorprendido, como le sucedió con la iglesia de Durazno.

Nada escapa a la materialidad, pero no hay de qué preocuparse, la materialidad no es una prisión. La materialidad es la libertad en sí misma.  Esto se refleja en toda su obra, y es por eso que impacta tanto y por lo que en los últimos años ha sido objeto de estudio en diversas universidades en todo el mundo.

En la época en la que Dieste empezaba a construir el debate internacional, éste era alrededor de tres temas: la búsqueda de una relación entre tradición local y lenguaje moderno, el concepto de espacio, y las nuevas geometrías. Del primero citamos la experiencia de Dieste en la construcción de las bóvedas catalanas de la casa Berlingieri que trabajó junto a Bonet, quien a su vez trabajó con Le Corbusier en su estudio inspirándose en las reservas populares, revitalizando la experiencia de los veinte. Dieste iniciará sus estudios, investigaciones e invenciones estructurales desde la bóveda, aunque éste no sea un elemento de la tradición uruguaya.

A Dieste lo vemos al preferir al ladrillo sobre el hormigón armado. Al rechazarlo,  Dieste se separa de una de las típicas vías del modernismo, y de una de las maneras de construir en la región. También se aleja de una manera de pensar el material y su relación con la forma. El proceso creativo es atravesado por el material. “La forma de puesta en obra del ladrillo lleva al protagonismo de las diversas superficies (…)», escribe Dieste. «El espacio cuya elaboración y construcción es el fin de la arquitectura, se limita y define con formas, colores, texturas, y el hecho de que la técnica lleve al predominio de la superficie tiende a producir espacios más ricos, más sinfónicos, podríamos decir que los elementales de los primeros pasos de la arquitectura actual”.

Este espacio del que habla Dieste es diferente del espacio que fluye indeterminado, característico de las modernidades vecinas: se liga con los valores de lo material, esos que imponen los límites construidos.  El ladrillo pasa a tener entonces una apariencia tectónica que evoca una suerte de tejido en sus tramas variadas, rompiendo con la tradición.

Devenir digital
“Lo que había, lo único que había, es decir, lo que hay y lo único que hay es, era y es una gran cantidad de materia, siempre consciente de sí misma, siempre organizándose a sí misma en disposiciones cada vez más complejas e inteligentes, siempre adoptando nuevas actitudes”. Jeffrey Kipnis

Un par de décadas tuvieron que pasar para que junto con el auge de lo computacional y la robótica en la arquitectura se revisitara la obra de Dieste. A través de metodologías digitales y su gran poder de modelado se ha de desplegar todo un nuevo mundo de variantes  al momento del diseño con materiales tradicionales como el ladrillo y la madera. Ese material tan fiel a Dieste que ha sido el ladrillo, al cual lo dotaba de tanta sensibilidad, en proyectos más contemporáneos se lo lleva a un extremo de precisión y plasticidad impresionante.

Uno de los estudios de arquitectura que ha estado explorando esta temática han sido los Gramazio Kohler, quienes han reconocido una gran influencia de Dieste a la hora de llevar adelante todas sus investigaciones. Un detalle para tener en cuenta es que sus trabajos tienen una alta cuota de trabajo material, no se quedan sólo en el mundo virtual, y para ello se valen de la última tecnología, ya sean brazos robóticos o hasta drones que construyen paredes. Con el uso de estos dispositivos se aseguran una rigurosidad y precisión a la hora de ensamblar las partes, potenciando una cierta economía de recursos.

Estos tipos de investigaciones se han vuelto muy casuales en las universidades que investigan en torno al mundo digital y su materialización, siendo un ejemplo el ejercicio de construir un muro de ladrillo bajo metodologías paramétricas. El ladrillo empieza a estar informado de una manera diferente de la que lo hacía con Dieste. Adquiere una función mucho más estética y afectiva, sin cumplir otra función más, como la estructural, como sí lo hacían las obras de Dieste.

Los continuos devenires de la historia de la arquitectura la benefician, no solo porque se vuelve a mirar atrás y a recuperar proyectos y arquitectos que han dejado huella, sino porque proponen una mirada al futuro para reactualizar las temáticas contemporáneas.

Más información > https://www.youtube.com/watch?v=kDW6XCB7HPE

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