17.9.2003

Ciudad Formal / Ciudad No Formal

ESTRATÉGIAS DE INTEGRACIÓN – BÚSQUEDA DEL METODO
FLAVIO JANCHES

Capítulo [1] Introducción

El presente trabajo es el resultado de un proyecto realizado en la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, en el curso de Arquitectura III del año 2002, en la cátedra del Arquitecto Jorge Lestard.

Este experimento como modelo de enseñanza, tiene como principal objetivo profundizar en los procesos de aproximación al conflicto urbano, generando un estado de movilización constante en el grupo en general ?tanto en docentes como en estudiantes- exigiendo a su vez un mayor compromiso en las reflexiones y en las propuestas.

Como expondremos mas adelante, tanto los resultados relacionados estrictamente con las preexistencias, como los que se aventuraron a una experimentación desprejuiciada, se construyeron a partir de una reflexión compleja, con propuestas movilizadoras y con mecanismos proyectuales alternativos.

Durante un cuatrimestre nos hemos dedicado a investigar sobre la problemáticas urbanas de las villas de emergencia, para iniciarnos, no solo en la temática de la informalidad en la ciudad, sino también para construir un pensamiento urbano basado en el reconocimiento de los conflictos y complejidades de la ciudad.

Cada grupo ha desarrollado un programa particular de trabajo según las múltiples lecturas de la villa, partiendo tanto de los antecedentes físicos y sociales específicos del sitio elegido, como del encuentro multidisciplinar con profesionales involucrados (directa o indirectamente) con esta problemática.

De esta manera la diferencia entre proyecto e investigación proyectual estará definida en los contenidos de la propuesta elaborada convirtiéndose en un instrumento intermedio que facilitara los procesos de mediación con la realidad y con los distintos autores de una actividad compleja como el proyecto del espacio publico. (1)
Es el proceso y no el resultado el objetivo final de este experimento.

Si bien después de muchos años se ha comprendido que estas urbanidades no son posible de erradicar, se pretende hoy desde los proyectos oficiales, su transformación incorporándolos a la estructura urbana a través de sistemas viales, de infraestructuras o de viviendas. Sin embargo, nosotros hemos intentado actuar desde objetivos diferentes, no porque pensemos que estos procedimientos sean erróneos, sino porque buscamos mecanismos de transformación que surjan del reconocimiento de las tradiciones, costumbres y relaciones internas existentes, para actuar sobre el fortalecimiento de los mismos, y recuperar así los aspectos de urbanidad, y de identidad perdidas. Queremos aprovechar la inercia propia de los habitan-tes de las villas que lograron -a pesar de su precariedad- construir un sistema de relación propio que conforma su hábitat urbano.

Es por eso que proponemos en nuestro trabajo, construir fragmentos independientes para transformar ciertos sectores internos en ámbitos de identidad y de relación social, evitando así un proyecto único que determine a priori la transformación completa de la villa. Esta metodología actuará entonces a modo de germen de urbanidad que potenciará otras fuerzas e inercias internas de evolución.

Es entonces el factor tiempo la diferencia fundamental entre modalidades de acción, ya que en su consideración como componente proyectual nos permite adecuar o modificar las decisiones previas, según los propios deseos y aspiraciones del barrio.

En su introducción del libro «Everyday Urbanism», Margaret Crawford distingue los modelos de acción posible en la ciudad, a partir de los argumentos de los filósofos franceses Michael de Certau y Henry Lefebre apoyados en el significado urbano del concepto de la vida diaria. Esta distinción entre modos de operación están fundados en acciones estratégicas basadas en el lugar y acciones tácticas basadas en el tiempo. (2)

Las estrategias representan la práctica de aquellos en el poder, postulando un lugar que puede ser delimitado en si mismo. Las estrategias establecen un propio lugar, tanto espacial como institucional, semejante lugar triunfa sobre el tiempo. Racionalidades políticas, económicas y científicas se construyeron en el modelo de estrategia. En contraste, la táctica es el camino de operación sin un lugar definido, y solo depende en el tiempo. Sin un lugar propio, las tácticas dependen en tomar las oportunidades, en un momento claramente elegido, y en la rapidez de movimiento que puedan cambiar la organización del espacio. Las tácticas son una forma de la creatividad de todos los días. Varias de las actividades urbanas son tácticas. Desafiando los propicios lugares de la ciudad, el rango de transitoriedad, temporalidad y efimeralidad de las actividades urbanas contistuyen una contra-práctica del urbanismo oficial establecido. (3)
Además de proporcionarnos valiosa documentación del partido y del área de estudio, el Arquitecto Héctor De Marzi, Subsecretario de Planeamiento Urbano de la Municipalidad de Vicente López, nos incentivo en desarrollar esta investigación en la Villa «Las Flores».

Estos resultados fueron posible gracias a múltiples actividades que construyeron una estrecha relación con sus habitantes, tanto en encuentro directos y visitas, como a través de las experiencias con los profesionales actuantes en la villa. Fueron fundamentales los aportes de las experiencias de trabajo en el lugar de las licenciadas Cristina Fernández, Mabel Langrada y Marta…, brindándonos los datos y experiencias logradas a través de años de trabajo en el barrio.

En el work-shop desarrollado junto al arquitecto Jorge Mario Jáuregui, se definieron las bases de actuación específica, apoyándonos en las experiencias del proyecto «Favella?Barrio» de la Ciudad de Río de Janeiro. Este intercambio fue hecho gracias al esfuerzo de los arquitectos Eduardo Bekinschtein y Javier Fernández Castro directores de la Secretaria de Relaciones Institucionales y de la Secretaría de Ciencia y Técnica respectivamente de la Facultad de Aquitectura Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.

Cabe mencionar también, el valioso aporte de Ricardo, Eva y Beba, dirigentes de la comisión vecinal de la Villa Las Flores no sólo por abrirnos las puertas de sus hogares y mostrarnos su realidad, sino también por sus aportes que ayudaron a definir muchos de los trabajos aquí presentados.

Si bien este proyecto genero ciertas resistencias iniciales, fue el proceso quien permitió a estudiantes y docentes, construir un com-promiso profundo con la temática de estudio, siendo el resultado final una sumatoria de propuestas complementarias que definen un modelo de actuación posible en la ciudad.

1) Varas Alberto, Metropolis, UBA, UP, GSD Harvard Univesity
2) Margaret Crawford, «Every Urbanism». Introduction. The Monacelli. 1999
3) Ibíd

Capítulo [5] ESCENARIOS DE TRABAJO

«El arquitecto como etnógrafo empieza por reconocer que no son ya las relaciones económicas de la producción las que determinan el cambio urbano, sino los términos de identidad cultural.»
(XAVIER Costa) 1

Es indudable que la Ciudad de Buenos Aires junto a su Area Metropolitana vivió durante la década del 90, un proceso de expansión material de su espacio relacionado a la economía global, que la afianzó en la red internacional, como mega ciudad periférica. Sin embargo verificó también, la profundización del fenómeno de polarización social, de exclusión y de fragmentación socio-territorial.

Después de una extensa época de bajo crecimiento, la ciudad incorporó nuevas tipologías de proyectos urbanos que simbolizaron la relación de la ciudad con los nuevos paradigmas socioculturales de los habitantes. (2) Pero a diferencia de ciudades del mundo desarrollado, que orientaron las inversiones internacionales a servicios avanzados, los cambios desarrollados en Buenos Aires, se concentraron en programas relacionados principalmente con el ocio y el consumo, la vivienda suburbana, las infraestructuras viales, y los nuevos centros periféricos de decisión.

La nueva mega red metropolitana de autopistas determinó el sistema de ejes de crecimiento, que modificó los parámetros de planificación estratégica, promoviendo nuevos centros periféricos con desarrollos de barrios residenciales privados y equipamientos de consumo comercial y recreativo. Este nuevo componente social generó un paisaje suburbano de contraste, caracterizado por la agresión y la segregación social como identidad formal de la periferia construida.

En la ciudad central, el nuevo paradigma residencial prefirió el crecimiento en altura de conjuntos de vivienda con infraestructura de servicios complementarios, manteniendo al igual que en los desarrollos periféricos, el aislamiento como punto de identidad referencial.

Pero como dijimos, este crecimiento de Buenos Aires fue asimétrico. Por un lado los mega-emprendimientos internacionales y por el otro el crecimiento de la marginalidad, (en áreas centrales y en la periferia), acentuaron el paisaje dual de la Ciudad. Al aumento de la tecnología representativa de las corporaciones internacionales, los paisajes artificiales y las infraestructuras de servicios de consumo, se contrapone la profundización de la fractura urbana y del deterioro social.

Frente a esta situación, el Estado no se planteó la necesidad de posicionarse en su rol de control de las inversiones y de defensa del equilibrio social y territorial de la ciudad, resignando las principales decisiones de desarrollo urbano en manos privadas, sin complementarlas en zonas y en programas históricamente postergados.

«No habitamos porque edificamos, sino que edificamos y construimos porque ya habitamos». Martín Heidegger

Resulta imposible encarar la transformación de las villas de emergencia o asentamientos humanos irregulares sin comprender que están inmersos en la problemática global de las ciudades y que por lo tanto no se resuelven en sí mismos, sino como parte integrante del complejo proceso de urbanización. Estas marginalidades expresan en su existencia la falta de equidad de la sociedad, la ausencia de planificación territorial y la ocupación desequilibrada del territorio en las grandes Metrópolis contemporáneas.

Buenos Aires, a pesar de la importante transformación urbana expe-rimentada en la ultima decada por los procesos Metropolitanos de globalización, mantiene aún, grandes zonas de marginalidad fisica y social. Las áreas históricamente con menores índices de inversión en sus infraestructuras, aceleraron su proceso de deterioro social, aumentando considerablemente el volumen de su mancha urbana y de su población.

Muchos de los últimos proyectos urbanos, olvidaron la existencia de estas periferias internas y externas, definiendo los sectores marginados como área verdes o vacios con potenciales de desarrollos futuros. Sin embargo, la experiencia demostró la imposibilidad de erradicación y, a pesar de constituirse como un medio físico provisorio, la permanencia en el tiempo de su población residente.

Es por eso necesario reconocer el esfuerzo que a lo largo de los años, esta población ha realizado, construyendo a través del tiempo una estructura urbana que resolvió (aunque precariamente) sus necesidades no solo de vivienda sino también de pertenencia ciudadana. Estos esfuerzos deben ser reconocidos y valorados aprovechando su estructura principal de funcionamiento, para completarla con acciones que sirvan para recalificar sus condiciones ambientales -propias y de su entorno-, y fortalecer la convivencia, la organización comunitaria y la conciencia de la ciudadanía, para que de esta manera se integran a la ciudad formal, como barrios populares. Realojar estas poblaciones en otras áreas, donde todo tendría que construirse a partir de cero, costaría muchas veces mas, debido a las inversiones en viviendas, servicios e infraestructuras. Y más aún, si se considera el costo social de las intervenciones de este tipo, que rompen con las relaciones socioeconómicas, familiares y de amistad. (7)

A pesar de surgir por una necesidad no resuelta, las villas de emergencia a llevan en si una estrategia de cotidianeidad que, resuelve parcialmente la estructura de relaciones que conforman su hábitat urbano. Reconociendo la inversión no sólo en la construcción de sus casas, sino también en la mejora de sus sistemas urbanos, se podrá comprender un importante número de significados sociales espaciales y estéticos, que se encuentran en la repetición de sus acontecimientos ordinarios y extraordinarios, que describen las experiencias de vida, los hábitos y las rutinas de sus inhabitantes.

Esta estrategia de integración urbana, es la base programática de nuestra investigación proyectual.

1) Costa Xavier, El arquitecto como etnografo, Met 01
2) Ciccolela Pablo, Ignaqui Iliana. Introducción La Ciudad Global Saskia Sassen
3) Diario Clarín
4) Crawford, Margaret. Everyday urbanism
6, 7) Jáuregui Jorge Mario

Capítulo [7] PROYECTO

En Buenos Aires al igual que en cualquier ciudad cosmopolita, es posible reconocer un comportamiento social propio, basados en superposiciones y significados contradictorios, que conforman la condición multidimensional que hacen a su identidad.

La multiplicación de estos acontecimientos simultáneos, definen su imaginario urbano característico, caracterizándola como un hecho único e irrepetible.

Es necesario entonces, recomponer su proceso de construcción temporal para reconocer los eventos que la caracterizan y definir así su posible resultado final. Difícilmente podamos determinar el futuro de áreas urbanas, basándonos únicamente en repeticiones de formulas de estructuras simples, preconcebidas en «el producto de la relación entre urbanistas y empresarios, que proyectando en términos gerenciales los valores culturales de la ciudad, la colocan en un campo de acumulación». (1)

Nuestro trabajo pretende entonces, comprender esta relación que existe entre los actos cotidianos y la forma urbana para complementar nuestro discurso de diseñador profesional (basados en principios abstractos, cuantitativos, formales, espaciales o perceptivos), con el entendimiento de la vida que pasa en el lugar. (2)

La ciudad se expresa a través de los eventos producidos por su cultura vernacular. Estos eventos incluyen la mas variada gama de expresión, ya sean a partir de actividades domesticas, deportivo, religioso o de tradición conformando espacios urbanos de formas espaciales distintivas.
La zona de la Recoleta en la Ciudad de Buenos Aires es un lugar que nunca fue diseñado para las múltiples actividades que ahí se desarrollan. Durante el fin de semana miles de personas se encuentran para producir una representación compleja de eventos siendo su entendimiento tácito lo que gobierna su espacio multiformal. No hay anuncios, ni planificación ni preparación, pero miles de personas participan semanalmente.

Efímeros como parecen serlos estos eventos como el de la Recoleta o la festividad de San Cayetano -que concentra casi dos millones de personas en un barrio de borde durante el mes de agosto-, no son solo la representación de su actividad especifica, sino además los instrumentos de la memoria urbana, que configuran, modifican o refuerzan los mitos que dan la razón de ser de la ciudad.
Su habitualidad ya sea diaria, semanal, mensual o anual, confiere a la ciudad un ritmo de secuencias variadas y superpuestas que ligan los aspectos de la individualidad social. Mas que por su materialización prefigurada.

Estas actividades son en si mismas arquitecturas, en el sentido que su expresión formaliza el espacio urbano ya sea por su repetición o por su renovación constante. Esta relación entre orden formal y caos cotidiano configuran el ámbito de conformación social de la ciudad.

Urbanidad = caos + orden

Los porcentajes de cada uno de los elementos de la ecuación confieren identidad a los eventos urbanos, siendo estos modificados por aspectos temporales de movimiento, cambio, usos, etc. para modificar asi su definición de lugar.
Nuestra formula será determinar los componen-tes de orden (estructura formal) y caos (eventos cotidianos) determinantes del espacio urbano publico y con identidad, necesarios para conformar el verdadero ámbito de relación social.
Estos aspectos relacionados al caos pueden ser identificados según secuencia de rutina. Lefebre los cataloga según sean secuencialmente lineales oscilantes o puntuales. Son estos los eventos que conforman las actividades de todos los diaS, determinantes del espacio publico de su verdadera identidad.

Investigar sobre la problemática de la marginalidad urbana en las Ciudades Contemporáneas, es una manera posible de provocar respuestas alternativas a esta forma de concebir el proyecto de intervención urbana, ya que si bien el problema de las villas de emergencia surge de una necesidad no resuelta, lleva en si una estrategia de cotidianeidad que resuelve (en forma precaria) la estructura de relaciones que conforman su hábitat urbano. Es por eso que comprender el dinamismo de su configuración, (surgidos de fracasos de respuesta propios de la ciudad), nos puede ayudar a encontrar acciones estratégicas que integren la ciudad formal con la ciudad no formal.

Es entonces el desarrollo de los aspectos relacionados al espacio público y a la identidad los objetivos principales de esta experiencia, para configurar una estructura urbana «institucional» que materialice la cohesión social dentro de la villa y con su entorno inmediato.

«Lo institucional es la manera que tiene de materializarse la cohesión social. La integración de una sociedad depende de la fuerza positiva de sus instituciones. Las instituciones son precisamente lo que se comparte. La familia, el amigo, el vecino, el barrio, el Estado, el trabajo, la escuela, el hospital, el club: son las instituciones (los mitos) que conjugan a los sujetos, son los soportes de lo social. Nuestro gesto, a la vez ideal y terreno, tiene como meta transformar el proyecto individual en colectivo. El «espacio institucional» lo podemos entender también como espacio «simbólico-identitario». Es el espacio único, preciso y bien accesible, que nuclea todas las aspiraciones positivas del barrio. Es el lugar que fotografiamos para vernos representados afuera: los chicos jugando al fútbol, o estudiando, la gente al sol, la murga, las fiestas? un aire de vitalidad y salud generalizado. Un espacio que posibilita las actividades sociales, políticas, festivas y culturales. Un espacio que de esta manera refuerza (o produce) el lazo social, porque refuerza la identidad unívoca del barrio, relativizando así las luchas internas; refuerza la noción de pertenencia a una comunidad; refuerza la contención de cada uno de los sujetos de la comunidad. Con esto alcanzamos el punto de inflexión: el habitante de la villa, como sujeto fuerte y seguro de sí mismo, está en posición de acercarse a una integración real con el sistema urbano. Es en la fuerza del villero, del sujeto hoy marginal, donde vemos la posibilidad auténtica de su recuperación y valoración por parte de la sociedad urbana».

Si bien investigar el conflicto de marginalidad urbana, sirva para definir pautas generales de aplicación para esta problemática, concentrar el trabajo en un área específica de aplicación nos permite comprender aspectos físicos, económicos, sociales y culturales existentes, que sirven para el desarrollo multi-condicional del resultado, impidiendo la simplificación del conflicto a una única causa principal. Además, agrega al trabajo una visión positiva y estimulante del fenómeno urbanístico ya que a través del relevamiento expresivo se pudo entender algunos de los atributos reales y potenciales. Este ojo crítico intencional nos muestra situaciones y condiciones usualmente menos presente en el trabajo de proyecto urbano que entiende al proyecto en la ciudad como el que se produce sobre espacios naturales idílicos.

Las propuestas elaboradas por los alumnos fueron concebidas de acuerdo a premisas particulares que orientaron según cada caso, el enfoque de transformación del asentamiento. Si bien estas propuestas están definidas en esquemas generales, tienen en si reflexiones multicondicionales que complementan su discurso proyectual.

Estas propuestas intentan invadir la villa desde la particularidad del fragmento, para que desde esta mínima intención produzcan transformaciones evolutivas. Como se dijo en la introducción es el factor tiempo, un elemento proyectual en la construcción del nuevo paradigma de intervención. Por eso las nuevas propuestas inva-den a la villa a modo de «germen urbano» motivando en su nueva relación urbana, procesos de transformación espontáneo tendientes a convertir a las villas en barrios suburbanos.

Estos procesos de cambio se iniciaran de acuerdo a los distintos acontecimientos y emplazamientos, cuya elección dependerá en el grado de oportunidad y posibilidad físico, económico y social.

Las intervenciones propuestas en el taller, ya sean en los bordes o en el interior de la villa, elaboraron este proceso dinámico en el tiempo, acotando la escala de intervención según los objetivos específicos de cada una de las etapas presentadas. Las propuestas se desarrollaron a partir de reinterpretar la lectura previa del conflicto urbano (físico y social) para reconocer en las oportunidades funcionales y espaciales preexistentes un modo de intervención. Si bien estos proyectos son independientes, pueden en muchos casos, interrelacionarse para conformar superposiciones programáticas que permiten complejizar la nueva urbanidad interior.

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