26.3.2008

Casas para la vida actual

Un reciente editorial de Diario de Arquitectura, a propósito del insert «Las Casas del Año» (10 proyectos seleccionados que vienen apareciendo desde febrero) llama la atención acerca de hegemonía de las «casa cúbicas» y de la ausencia de los típicos techos con pendiente, las carpinterías con vidrio repartido y bow-windows.
Decir que «todas son bastante sintéticas, despojadas y funcionales», es de una extremada síntesis. Pero más aún, podemos arriesgarnos y decir que tal síntesis es un imaginario disciplinar instalado de lo que es la arquitectura moderna actual.
La pregunta sería: ¿Qué arquitectura hay que hacer hoy? Seguro que clásica no, teniendo presente que habría -como sostienen Piñón o Morales- dos teorías de la arquitectura: la moderna y la clásica. Es una cuestión discutible, pero no demasiado errada.
Una respuesta bien orientada, a la que adhiero, diría arquitectura contemporánea y situada. Es decir, que responda a las necesidades de la sociedad actual en cada lugar del planeta. Contemporáneo es hacerse cargo de los problemas actuales: nuevas formas de vida de las nuevas familias, sostenibilidad y calentamiento global -tópicos que tratan los avances tecnológicos-; pero, al mismo tiempo, que estos tópicos en manos del proyectista alcancen una expresión formal arquitectónica legible en la obra.
La arquitectura que auspicio es la arquitectura contemporánea. Se dirá que eso no es decir nada todavía. Bien, agregaría: en continuidad con la arquitectura moderna occidental (Grecia, Roma, Renacimiento, Iluminismo, Europa siglos XIX y XX, América del Norte y Sur), con su propia traza, desde donde aprendimos, en libros y maravillosas obras, extendidas hoy a todo el planeta.
Pero y aquí el punto central, creo que se está produciendo demasiada arquitectura en «estilo» moderno. Algo que nunca pensamos que fuera a suceder está ocurriendo y ahora se ponen de moda Mies, Le Corbusier, tal vez Wright, Aalto, y así siguiendo.
Lo que parece no ponerse de moda es la resolución de los problemas que tenemos actualmente, que a veces se ocultan en los pliegues del estilo, «Arquitectura Moderna».
Me resisto a aceptar que las Casas de Patio de Mies se inspiraron en De Stijl; creo más bien en la búsqueda de expresar -según palabras de Mies- al nuevo habitante del siglo (Zaratustra para Ábalos). Si hay familiaridad formal entre las plantas de Mies y el cuadro Rhythm of Dance, se puede asignar a una contaminación figurativa, pero no es lo central. Esta afirmación formalista clausura el debate y no posibilita penetrar en la comprensión del espacio ambiguo, un verdadero invento de Mies, que no tuvo la eficacia práctica de otros «inventos», como el parasol, o la doble altura de Le Corbusier, el expresionismo material de los Smithson, o las plantas de Breuer.
«Aún no existe la vivienda de nuestro tiempo, sin embargo, la transformación de la manera de vivir exige su realización. La condición previa de esta realización es la clara determinación de las verdaderas necesidades para vivir. Es un requisito para la reconstrucción cultural». Valga este texto de Mies para la Exposición de Arquitectura y modelo de vivienda de Mies en Berlín, 1930.
Los primeros maestros atendían las formas de vida para inspirar la arquitectura; esto no ocurre con los renombrados creadores actuales. Glenn Murcutt es una excepción. El australiano desea conocer lo suficiente a su cliente, conocer el lugar, en su forma y sustentabilidad antes de encarar su proyecto. En un extenso reportaje el Pritzker señaló (y así se tituló la nota) «No hay que hacerle caso al cliente». Se refería a una experiencia de sus inicios, cuando le pidieron abaratar costos al precio de hacer mal las cosas. En el imaginario latente de los arquitectos, el usuario jamás puede inspirar buena arquitectura, y ese titular confirmaba esa fantasía. Se sigue viendo al cliente como un enemigo de la arquitectura. Sin embargo es uno de los actores que le da sentido.

Jorge Sarquis es Doctor en Arquitectura y director del Centro POIESIS de la FADU-UBA.
Correo Electrónico: jsarquis@fadu.uba.ar / jorgesarquis@fibertel.com.ar
Paginas web: http://www.centropoiesis.org, http://www.fadu.uba.ar/poiesis.html 

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