Sentidos no visuales y arquitectura

Ante la supremacía de la vista en desmedro de los demás sentidos -táctil, olfativo, gustativo, auditivo y vestibular- se propone repensar una organización más horizontal e interdependiente entre los sentidos corporales del receptor y en este caso un arte: la arquitectura.

Sentidos corporales
Nuestros sentidos corporales nos conectan con el mundo. Los sentidos transmiten unidades de información al cerebro como piezas microscópicas de un gran rompecabezas. Cuando se reúne la cantidad suficiente de ‘piezas’, el cerebro dice, por ejemplo: patio. Percibo un patio. Esto puede suceder antes de que todo el patio sea visible; el ‘dibujo’ sensorial de un patio puede ser una silueta, o un rincón limitado y bañado de luz natural, o solo una puerta y una persiana entreabierta. A veces la información llega a través del sonido que produce una fuente de agua oculta, el cantar de los pájaros escondidos en follaje de un árbol o sólo el aroma de los naranjos antes de llegar a la entrada.
Si bien ninguno de los sentidos es enteramente autónomo. En conjunto los sentidos nos dan la experiencia de la realidad, por el contrario, si neutralizamos momentáneamente uno o más de nuestros sentidos, ello sólo logra agudizar los demás.
Como consecuencia, percibimos mediante una combinación de todos los sentidos, que se verifican y refuerzan unos a otros. De otra manera nuestra experiencia de la realidad queda sumamente mutilada
En conclusión, la percepción del receptor está determinada, no solo por las características del campo perceptual -en este ejemplo un patio- sino también por las características del receptor que percibe a su modo según su experiencia cultural y emocional, es decir, según patrones perceptivos.
Descubrir los patrones perceptivos del receptor -descubriendo el proceso mediante el cual diversas sensaciones se interpretan y organizan- puede ayudar a buscar una salida a nuestro mundo cada vez más visual reincorporando los demás sentidos a nuestro entorno.

Arquitectura multisensorial
La resistencia al predominio de lo visual parece evidente. La arquitectura afecta a todos nuestros sentidos y no solo a la vista. La percepción de la arquitectura es una actividad que implica a todo el cuerpo: sentir en la piel el calor del sol al amparo de un patio soleado, o las refrescantes sombras de la galería que lo rodea, escudriñar el ritmo y la escala de una fachada, escuchar el volumen de una habitación, sentir la dureza de la piedra, la suavidad de los azulejos, oler el aroma de la glicina en un rincón del jardín, probar el frescor del agua de una fuente. Todo eso es arquitectura.
Entonces, los instrumentos de la arquitectura como pisos, paredes, aberturas y cubiertas se los puede integrar plásticamente, imaginando nuevas formas, pero ya no solo visuales sino formas de lo táctil, de lo auditivo, de lo olfato-gustativo y de lo vestibular. Tendiendo puentes sobre el tiempo y la materialidad. La sensualidad y el erotismo de la materia imperfecta afectada por los sucesos temporales de la vida, porque los sentidos nos conectan íntimamente al pasado, con una eficacia que no lograría nuestras ideas más elaboradas. Buscando que lo sensible permanezca. Celebrando la posible recuperación de la arquitectura y su capacidad de percibirse como un poema para nuestros sentidos.

Carlos Rubén Cárdenas
Escultor y Arquitecto