25.3.2013

Arquitectura nómada y de reciclaje

La obra del grupo a77, formado por los arquitectos Gustavo Diéguez y Lucas Gilardi, es un producto típico de la vanguardia de Buenos Aires. El colectivo a77 formó primero parte de un grupo más amplio, denominado m777, y ha evolucionado gracias a fuertes influencias artísticas, desde experiencias como Piedra buen arte hasta formar parte del gran colectivo Proyecto Venus, que les ha marcado especialmente, y que fue creado a inicios del año 2001, justo antes de la crisis del llamado corralito.

La obra de a77 se divide esencialmente en dos campos: por una parte, experimentos artísticos, microarquitecturas que actúan como revulsivo social y que se transmiten a través de talleres para niños y jóvenes. Para ello fabrican, con sus propios medios y con sus manos, una especie de arquitectura nómada, montable y desmontable, totalmente próxima al mundo del arte.

Esta obra, desarrollada durante los últimos años, la preparan en una de las naves de la Fundación exACTa (el cheLA), un conjunto fabril recuperado con una mínima rehabilitación en Parque Patricios, uno de los barrios populares de Buenos Aires. El cheLA, Centro Hipermediático Experimental Latinoamericano, es un espacio para todo tipo de experiencias artísticas, incluidos música, teatro y circo, del que es gestor, animador y propietario Fabián Wagmister, un artista y tecnólogo argentino director de la carrera de TV, cine y medios digitales de la Universidad de California en Los Ángeles.

Dentro de esta línea creativa y social, destaca su centro cultural Nómade, que funciona desde hace tres años por iniciativa de la Fundación PROA y que ha dejado de ser nómada por un año. La instalación, formada por un contenedor concubierta verde del que, para colonizar la acera o vereda, salen artilugios y cajas que se transforman en mesas y bancos, ha quedado situada delante de la Fundación, en la avenida Pedro de Mendoza y el inicio de Caminito, en el corazón de La Boca.Durante un año se hacen en el centro cultural Nómade actividades en la calle para que los niños y niñas del barrio, con monitores de la misma Fundación Proa, realicen experiencias artísticas.

Este trabajo, con cajas que se transforman, está en la base de toda sutrayectoria que, como a ellos les gusta decir, se ha ido haciendo fruto de la casualidad. Habría que decir que se ha hecho al saber ver las oportunidades que esconde la casualidad. Estas cajas provienen del transporte de vidrios para coches blindados, que vienen así embalados desde Colombia y, una vez llegadoa destino, estas cajas se convierten en deshecho. Ellos las han aprovechado y han construido decenas de espacios para albergar actividades de cambio social.

Y este material encontrado les ha permitido desarrollar una estética particular, que han llevado a su otra línea de trabajo, también muy porteña, que es la que consiste en la ampliación en volumen de viviendas existentes de baja altura. Este mecanismo, mucho más urbano que el de derribar varias casas preexistentes para construir condominios en altura, se está desarrollando en los últimos años en la ciudad de Buenos Aires con proyectos singulares y de bajo presupuesto.

En el caso de Diéguez y Gilardi, las obras de los dos ámbitos, el artístico-activista y el de la arquitecturamediante la ampliaciónde casas, se hacen con la misma lógica: un montaje ligero, a base de piezas de acero, madera, cerámica y cristal que, siguiendo una poética del reciclaje, van creando estructuras. Son muy parecidas las estructuras ligeras de sus arquitecturas nómades, a base de tirantes y formas inclinadas,y las estructuras de los espacios que se añaden a las plantas existentes, siguiendo formas y alturas, haciendo evidente el ensamblaje de piezas nuevas sobre antiguas.

Por ejemplo, en la intervención en una vivienda unifamiliar de los años cincuenta de planta baja y un piso en la calle Concepción Arenal, el equipo a77, con un presupuesto razonable y que por metro cuadrado resulta casi un 50 por ciento de la media del mercado, ha anañadido una planta más con medios niveles actuales y futuros, para coronar la casa con una piscina. Estas tipologías típicas, resultado de la parcelación en profundidad de los terrenos en Buenos Aires, responden a una sucesión de casas patios. En este caso a77 mantienen el patio de la matriz preexistente, pero lo giran 90º a partir del primer piso para ganar en luminosidad y colocar la escalera.

Como en todas sus obras, lo que se ha hecho es respetar las preexistencias, sacarle el máximo partido a la estructura tipológica y emplear materiales rescatados y reciclados: perfiles metálicos, bañeras, puertas de hierro y ventanas halladas en depósitos de chatarra. Además, todas las barandillas de la escalera pertenecieron a las defensas originales de la avenida General Paz, la autovía de límite de circunvalación del límite de Buenos Aires.

En esta vivienda se ha aprovechado el patio para situar a la escalera que comunica con los nuevos ambientas superiores, montando una estructura metálica que resuelve la nueva mitad de la casa con el dormitorio de los niños y su área de juegos, la habitación de los padres, la piscina, con su terraza con suelo de madera como solárium, y el quincho con la parrilla. La habitación de los padres y la de los hijos está separada por un patio nuevo, consuelo y protecciones de madera, en cuyo centro hay una claraboya que ilumina el estar del nivel inferior preexistente.

En otra vivienda, casi contigua, terminada a principios del año 2013, la operación ha sido similar, con menos presupuesto y menor intervención en lo preexistente. En este caso se añade una estructura metálica muy ligera, de forma inclinada, resuelta en sus detalles menoreseinteriores, incluyendo la cubierta, con madera, para alojar una nueva cocina, comedor y sala de estar. En el exterior todo el espacio añadido es envuelto por una chapa grecada que lo unifica.

En definitiva, estas obras de a77 demuestran la posibilidad de hacer una arquitectura sumamente cultay refinada, conesta lógicadel montaje, basada en la recuperación y reciclaje de piezas y materiales existentes, que tienen una gran influencia para fomentar la creatividad, en el caso de los experimentos artísticos de sus arquitecturas nómadas,y paramejorar lacalidad de vida y la diversidad urbana, en el caso de esta serie de ampliaciones de viviendas existentes. Toda una lección creativa y social de una nueva praxis arquitectónica que tiene una sólida base teórica, que sabe aprender e inspirarse en cada caso concreto y que tiene esta vertiente optimista de demostrarnosque en tiempos de crisis es mucho lo que se puede hacer con imaginación, con los materiales adecuados y con presupuestos razonables.

Fuente > http://fad.cat/files 

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