11.11.2011
A mi querido amigo Alan Fletcher
Nos encontramos por primera vez en 1964 en su viejo estudio -Fletcher, Forbes and Gill-. Nuestro pasos no se habían cruzado nunca antes. La vida a veces nos sorprende de esa manera. Cada visita a Londres fue de una maravillosa intensidad y amistad bajo la influencia de nuestro oficio común: el diseño.
Fotografía por Ronald Shakespear
Tiernas memorias de Paola y Alan durante su visita a Buenos Aires en 1987. Y de la cocina en su hogar de Notting Hill con los Martinis, por supuesto. Algún tiempo después, Alan decidió irse. Evidentemente, el Gran Diseñador había llamado a su artista preferido a su lado. Alan está ahora en alguna parte, dibujando, diseñando, escribiendo. Como siempre. Agunas veces hablamos. Nos quedaron muchas cosas en el tintero. Después de cenar, una noche en Londres, Alan me contó esta bella historia que había escuchado antes de alguien.
“En el año 53 antes de Cristo, Marcus Crassus invadió Parthia -el actual Irak y vecino de Persia- con 40.000 hombres y el objetivo de extender el imperio. El resultado fue una catástrofe. Y se debió fundamentalmente al diseño del arco de los parthianos, quienes eran maestros en el uso de esta arma de guerra. El arco parthiano fue un arma construída en base a un resorte laminado, con un alcance y poder que hizo que las legiones quedaran indefensas. Murieron 20.000 romanos y 10.000 quedaron prisioneros. Pero lo importante para nosotros es que los parthianos no vencieron porque tuvieron un mejor general. Vencieron porque tuvieron un mejor diseñador”.
Fuente > http://www.ronaldshakespear.com/2011/06/a-mi-querido-amigo-alan-fletcher/