28.7.2005

Boletín Informático de la SAM – Julio de 2005 II

Está sangrando el algarrobo
Pbro. JORGE CONTRERAS
LE 3.358.856

Está añoso y encorvado, como sangrando; no por los fuertes zondas, ni por los soles abrasadores del verano. No es por eso, sino por la pasión del pueblo huarpe en el norteño desierto lavallino.
El fin de unos cuatro mil habitantes de los pueblos originarios está destinado a la dispersión o a morir de inanición. La ciudad culta y poderosa ha sellado injustamente este destino. Frente al conflicto por la posesión de las tierras, la Suprema Corte de Justicia de Mendoza ha dictado el ?no innovar? para las partes en conflicto.
Esta decisión de los jueces supremos ha sido acatada por las comunidades huarpes, pero desobedecida por los que detentan los llamados ?títulos supletorios? -empresas poderosas y ambiciosos particulares-, que están alambrando las tierras e impidiendo, por esa parcelación injusta, el pastaje de las cabras de las familias puesteras, provocando muerte de animales y hambre en la zona.
El calvario del pueblo original tiene otras fases angustiantes: un poderoso grupo económico se ha apropiado y desviado el curso del río San Juan, ha construido un dique precario y todo este desastre increíble y ambicioso está ocasionando una gran sequía en los puestos, con la consiguiente muerte del ganado.

Todo es desolación.
¿En qué van quedando las esperanzas de una reparación histórica que Mendoza y el país les deben a los pueblos originarios?
¿En qué ha quedado la Ley 6.920 de entrega de las tierras a los pobladores primitivos, que disponía que 7.000.000 de hectáreas poseyeran comunitariamente las comunidades huarpes y que aprobaron por unanimidad las dos Cámaras legislativas de Mendoza, con una sola abstención?
¿Cómo va a resolver la Provincia el conflicto de títulos supletorios, ya que por cada metro cuadrado hay 4 ó 5 pretendidos titulares?
¿El derecho consuetudinario, que tanta importancia ha tenido en todos los códigos del mundo junto al derecho positivo, es que aquí no cuenta?
Es la mentalidad neoliberal capitalista que ha instalado en el mundo una división abismal entre ricos y pobres y una búsqueda afiebrada del lucro a cualquier precio por parte de poderosas empresas, la que aquí está presente.
La Constitución Nacional, suprema ley de la Nación, ha tenido una decisión histórica en su artículo 75, inciso 17, al ?reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos?, declarando también la posesión comunitaria de las tierras.
Por otra parte, alegra a todos que en Jujuy se hayan entregado los primeros títulos comunitarios a las comunidades aborígenes de Quebrada y Puna, con la respectiva personería jurídica.
A nosotros, ?los menducos?, nos está quedando el consuelo de llegar al norte lavallino para edificarnos con un pueblo pacífico que ama a Dios y a la tierra -su Pacha Mama- que tiene valores humanos y respeta la vida, que contempla y cuida la naturaleza.
Una tierra en que, como escribía don Juan Draghi Lucero en su libro La Cabra de Plata, ?allí encuentro la cultura?.

Solución para el tratamiento de residuos
LOS ANDES

Uno de los problemas que enfrentan las naciones modernas es cómo perfeccionar y masificar sus medios de producción, procurando abaratar costos de manera tal que los bienes que se producen lleguen a una mayor cantidad de personas a un precio accesible. La sociedad de consumo, vilipendiada por algunas escuelas de pensamiento que la sindican como un esquema de glorificación de lo superfluo a lo cual se intenta convertir en indispensable, tiene por otro lado la virtud de proporcionar trabajo, un grado de orden y estabilidad. Quizás un adecuado equilibrio entre oferta, aprovechamiento de los recursos y mejor distribución de la riqueza haría más racionales algunas de sus características.
El caso es que, luego de establecer ese tipo de sociedad, surgen otros problemas. Por una parte, la explotación de recursos sin cuidado del ambiente -encarece costos- y por otra, la disposición de los residuos propios de la actividad productiva e industrial, así como los sobrantes de los productos ofrecidos al mercado. En otras palabras, se produce mucha basura y debe disponerse de esta de forma más racional de lo que se está haciendo ahora.
Si bien en la Argentina no hemos llegado a los extremos de acumulación de residuos que se producen en sociedades más prósperas -no confundamos ello con avance, que participa de otras características-, ya se advierte el fenómeno, con sus indeseables consecuencias, de la falta de una planificación para disponer de los residuos tanto de las actividades productivas e industriales como de los consumidores de bienes.
Hace algunos días, Los Andes suministró un completo informe en torno de los problemas que se derivan de la falta de una planificación para el procesamiento de residuos. Ello debió implementarse hace ya muchos años, y se convocó a muchas reuniones, se consultó a muchos expertos y se proyectaron cursos de acción que, en definitiva, no fructificaron en la implementación de una solución integral que permitiera solucionar el problema de una vez y para siempre. Esa falta de acuerdos proviene del entrecruzamiento de intereses, de la poca aptitud de algunas comunidades y sus dirigentes para colaborar en los procesos y de la falta de medios e, incluso, imaginación.
Así, mientras en algunos sectores se avanza hacia modalidades que implican un tratamiento más racional de los residuos, incluso con aprovechamiento y reciclado de sus componentes, en otras se sigue como en la época de las primeras civilizaciones urbanas: en algún barranco natural, o artificialmente dispuesto para ello, se tira basura sin clasificar y haciendo caso omiso de sus posibilidades económicas por un lado y de los peligros que derivan de ciertos componentes que deben ser tratados en forma especial.
Una de las materias que se sigue adeudando en este aspecto es la que atañe a la disposición de los residuos patológicos y de otros que se derivan de hospitales y centros sanitarios, que contienen elementos que pueden afectar seriamente la salud de quienes, en tren de aprovechar mediante el cirujeo parte de los residuos, se ven expuestos a contactos peligrosos.
Ese tipo de residuos, en general, ya que parte de ellos suele ser hallada en vaciaderos clandestinos, se quema en el crematorio del cementerio de la Capital, antigua institución cuya erradicación se viene solicitando desde hace mucho tiempo por los vecinos de la zona de Las Heras donde se encuentra ubicada la necrópolis. Razón tienen los habitantes en pedir que se cambie de lugar a ese crematorio, ya que su misma existencia en zona tan habitada, traslada hacia las personas peligros que deberían estar más y mejor controlados.
Hace algunos años, una empresa privada intentó hacer funcionar una planta para tratamiento de esos residuos en Santa Rosa, pero la oposición de los vecinos, sumada a la falta de algunos requisitos por parte de los inversores, esterilizaron el esfuerzo. Lo cierto es que en algún momento, que no puede estar muy lejano, y en algún lugar que sería preferible se determine por consenso sin llegar al drama que representó la instalación de la cárcel en Cacheuta, la comunidad mendocina debe asumir la responsabilidad y la tarea de encarar la construcción de una planta que disponga de ese tipo de residuos tan peligrosos.

Los vientos de Giancarlo o Vientos de honestidad intelectual.
Estimados lectores:
Ante la lamentable pérdida física de Giancarlo De Carlo, maestro de la arquitectura, compartimos con ustedes esta nota escrita por el Director de Ambiente, Arq. Rubén Pesci.
Aprovechamos la ocasión para informarles que la revista está en proceso de producción, para presentarse renovada en pocas semanas.

Por Arq. RUBÉN PESCI
Director de Revista Ambiente

Ayer y hoy sentí una gran intranquilidad. Vientos tristes, pesados, lentos, pasaban a mi alrededor.
Hoy al mediodía me llegó de Italia la noticia de la muerte de Giancarlo de Carlo, gran maestro, mejor amigo.
Ahora el viento está más ligero y suave. Ya habrá pasado su cortejo alado con música de Gustav Mahler, y como siempre, Giancarlo nos dejó esperanzas.
Había nacido en Génova hace 83 años, de padre italiano y madre chilena. Pero vivió y murió en Milán, que casi nunca lo honró ni le dio trabajo.
Recuerdo que en 1989 fuimos invitados a realizar una muestra de CEPA, nuestra entidad, en el Politécnico de Milán. Puesto a organizar mi presentación, preferí invitar a Giancarlo y a Tomás Maldonado como comentaristas. Giancarlo lo hizo a pesar de ser la primera vez que era invitado al Politécnico -¡por mí!- donde nunca dio clases ni conferencias.
¿Por qué ese y otros olvidos, a quien fue uno de los grandes Maestros de la Arquitectura y el Urbanismo de la Segunda Mitad del Siglo XX?.
¿Por qué, a pesar de haber obtenido el Gran Premio de la Unión Internacional de Arquitectos en 1984, por sus obras y planes en Urbino?
¿Por qué, a pesar de haber obtenido en 1994 la Medalla de Oro del Royal British Institute of Architects?.
Primero, cabe aclarar que esa reticencia a reconocerlo fue sobre todo en Italia, y de 1980 en adelante. Segundo, que fue particularmente por parte del núcleo del ?star system? de la arquitectura de elite.
Claro, de Carlo, amigo de Italo Calvino, de Aldo Van Eyck, de Alison y Peter Smithson, de Hermann Hersberger, de Donlyn Lindon, de Sverre Fehn, de Oriol Bohigas, lideró el Team X, que derrocó el agotado CIAM y el internacionalismo racionalista. Pero también lideró, con su revista ?Spazio e Societá?, la transversalidad de la arquitectura ? no autónoma, no formalista-, anticipando las búsquedas sistemáticas, integradoras, de la complejidad en la incertidumbre… Y entonces fue quizás el principal opositor del Post-modernismo, decadencia ya felizmente fracasada.
Pero antes que oponerse, Giancarlo generaba. En 1969 escribió (el también uno de los líderes de las revueltas del 68 en París y del 69 en Italia) ?La pirámide al revés?, donde propone dar vuelta al poder (el académico ante todo) para alentar los procesos participativos y de autogestión.
En aquellos años, ?L´Architetture dÁujourd´hui? le publicó casi un número entero, titulado ?El encuentro de la arquitectura y la política?. De Carlo hizo participación proyectual conciente, premeditada, desde los 50, como ninguno, anticipándose 30 o 40 años a prácticas hoy insoslayables por los más y temidas por los menos, la elite ilustrada de la banalidad objetual. Y la llegó a hacer, para el Barrio Obrero que proyectó en Terni, en 1974, en televisión abierta, para toda Italia.
¿Qué une su gran proyectación arquitectónica (el Magisterio, Urbino, 1974), su gran proyectación urbanística (el propio Plan de Urbino, o la Isla de Mazzorbo, Venecia), su gran prédica ambiental y social (su revista Spazio e Societá, su ILAUD, Laboratorio Internacional de Arquitectura y Diseño Urbano, que nos deslumbraron desde 1975 hasta ahora)?:
Honestidad intelectual, deslumbrante, con autoridad ilimitada, con testimonios tan emocionantes como inquietantes. Un ser humano completo, ?rinascimentale?, mezcla de Che y Victor Hugo, de F.LI. Wright y Walter Gropius, de Calvino y Verdi.
Italianísimo ? pasional, grandilocuente, de enorme cultura humanista ?pero amante de la prudencia intelectual de la cultura inglesa. Antiprepotente, pero de convicciones frimísimas.
Su viento es verdísimo y muy joven. Quizás apenas adolescente para este mundo a renacer. Y merece el epitafio de una estrofa poética de Robert Frost:
?Tengo una pelea de enamorados con el mundo?
Así vivió. Y así nos encomendó vivir.

La Plata, 5 de junio de 2005

Potencial turístico de Latinoamérica
Por ANDRÉS OPPENHEIMER | Periodista

En medio de la avalancha de noticias negativas sobre escándalos de corrupción y crisis políticas en América latina y el Caribe, hay una novedad sumamente positiva que ha pasado casi inadvertida: el aumento del turismo. Los países latinoamericanos están recibiendo más turismo, y podrían recibir muchísimo más aún. Empecemos con las buenas noticias: la región se está beneficiando de un auge del turismo en todo el mundo. El año pasado, el número de viajeros internacionales a nivel mundial creció en un 10,3 por ciento ?una cifra récord de los últimos 20 años? y el número de visitantes a América latina y el Caribe creció en un porcentaje igual, según la Organización Mundial de Turismo (OMT), con sede en Madrid, España.
El número de visitantes a América Central creció en un 17 por ciento, a Sudamérica en un 16 por ciento, a México en 10 por ciento y al Caribe en un seis por ciento. En su conjunto, los países de la región recibieron unos seis millones de nuevos turistas en el 2004, según la OMT. ?Las cifras de América latina y el Caribe fueron muy buenas?, me señaló Augusto Huescar, director de estudios de mercado de la OMT. ?Y para 2005, estamos proyectando un incremento de entre el cinco por ciento y el ocho por ciento, conservadoramente?.
Lo que no es tan buena noticia es que, considerando sus espectaculares atractivos, la región podría estar recibiendo muchísimo más turistas. El año pasado, el número de viajeros internacionales a Asia y el Medio Oriente creció mucho más que a América latina. Y en términos de su cuota de mercado, América latina y el Caribe apenas están recibiendo un exiguo ocho por ciento de total de viajeros del mundo por año, según las cifras de la OMT.
¿Cómo puede ser que esta región ?con las playas más bellas del planeta, las pirámides mayas en México, las ruinas de Machu Picchu en Perú, las cataratas de Iguazú en la frontera brasileña-argentina-paraguaya y una de las culturas musicales y gastronómicas más ricas del mundo? no está recibiendo un porcentaje mayor del turismo mundial?
Es difícil no hacerse esta pregunta cuando uno ve el ranking de la OMT de los países que más turismo reciben en el mundo. En el primer lugar está Francia, con 75 millones de turistas, seguida por España con 53 millones, Estados Unidos con 46 millones y China con 41 millones. México está octavo en la lista, con cerca de 19 millones de turistas.
Algunos lugares más abajo, está Polonia con 13 millones de turistas, Sudáfrica con casi siete millones, Australia con 4.3 millones, Brasil con 4.1 millones, Argentina con tres millones, Chile con 1.6 millones, Perú con un millón, la mayoría de los países centroamericanos con unos 900 mil turistas cada uno y Colombia con 600 mil turistas. ¿No hay algo que está fallando con la industria del turismo en América latina cuando España recibe casi tres veces más visitantes que México? ¿O cuando Polonia recibe tres veces más que Brasil?
Claro, uno puede argumentar que España y Polonia tienen países vecinos ricos, de donde viene la mayor parte de sus turistas. Pero si de ubicación geográfica se trata, ¿cómo explicar que Sudáfrica reciba más del doble de turistas que Argentina, un país con atractivos turísticos similares, que está aproximadamente en la misma latitud?
Los expertos en turismo dicen que, además de la inseguridad que espanta a muchos potenciales visitantes, el problema radica en la ausencia de estrategia de ventas, promoción y la falta de voluntad política. Aunque el turismo es una de las industrias que más ingresos genera en el mundo, muchos países latinoamericanos todavía lo ven como algo frívolo y no tan digno de atención gubernamental como, digamos, las manufacturas. Asimismo, una buena parte del turismo mundial ocurre dentro de las regiones y América latina está en desventaja por los altos costos de sus tarifas aéreas por la sobrerregulación de los países.
?Es más caro volar de Costa Rica a Nicaragua que a Miami, o de Perú a Ecuador que de Perú a Miami?, dice Bobby Booth, el editor de AvNews, un boletín especializado sobre la industria aeronáutica. ?Hace falta más competencia?, dice.
Algunos analistas de la industria dicen que a América latina le está yendo aun mejor de lo que señalan las cifras de la OMT, a la que ven como una institución algo eurocéntrica. Según nuevos datos de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo, que representa a las líneas aéreas, los viajes a América latina han subido en un 13 por ciento en lo que va de este año, comparado con un crecimiento promedio mundial de 8,7 por ciento. Pero con un empujón oficial, la región podía duplicar o triplicar su número de turistas actuales e incrementar sustancialmente sus ingresos externos.

«La comunicación debe respetar la diversidad cultural»
LA NACION ON LINE
Miércoles 6 de julio de 2005
Dominique Wolton. El sociólogo francés en Buenos Aires.

Está en Buenos Aires participando de un seminario sobre los desafíos de la prensa en tiempos de globalización y abundancia informativa; aquí, algunas de sus conclusiones que invitan a la reflexión de los medios y las audiencias
Dominique Wolton es director de investigaciones del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia y especialista en el análisis de los medios de comunicación y su impacto sobre la vida social y política de la sociedad. No es la primera visita a la Argentina, pero en esta oportunidad fue invitado como expositor del seminario «Desafíos del Periodismo Real», que se desarrolla hoy y mañana en el Malba.
La discusión giró en torno al rol que deben cumplir los medios de comunicación en un sistema democrático. Según Wolton, «hay una visión económica de la comunicación ligada a la búsqueda de la eficiencia a partir de la incorporación de las nuevas tecnologías, pero yo adhiero a una visión más humana en donde lo central es respetar la diversidad cultural y tener en cuenta que detrás de la tecnología hay hombres y mujeres con pensamientos diversos».
Además, el doctor en sociología está convencido de que «los periodistas son actores centrales en el proceso de consolidación de las democracia», aunque esbozó una crítica: «Muchas veces son demasiado egocéntricos y les falta autocrítica».
En otro segmento del seminario organizado por Clarín, Wolton enumeró una serie de elementos contextuales que favorecen y dificultan el accionar de los medios de comunicación en estos tiempos. Entre los favorables mencionó el crecimiento de las audiencias y los mensajes a partir de la expansión de las nuevas tecnologías, el mayor nivel de educación y la multiplicación de opiniones públicas cada vez más críticas a pesar del analfabetismo.
Con relación a las dificultades del contexto sociopolítico, económico y cultural al que se enfrenta la prensa, el sociólogo señaló la resistencia por parte de los receptores a aceptar los mensajes de los medios; las presiones de eficiencia y rentabilidad que salpican a los periodistas; la deslegitimación del rol social del periodista a partir de la superabundancia informativa; los riesgos de acercarse demasiado al poder político y perder credibilidad en la opinión pública; subestimar la inteligencia de los receptores («hay malos diarios con buenas audiencias y viceversa»); reducir la opinión pública a la lógica de las encuestas, que no tienen la misma naturaleza que la información periodística.
Por último, Dominique Wolton aportó algunas soluciones prácticas para este momento de los medios de comunicación:
? Hay que generar una nueva reflexión sobre el estatuto de la información para poder diferenciarla de otros mensajes.
? Se requiere de la firma de un convenio internacional de la información entre los gobiernos, las sociedades de prensa y las opiniones públicas.
? Es imprescindible recuperar el trabajo reflexivo sobre el estatuto del periodista fijando reglas claras y obligaciones.
? Comprender que lo que está en juego con la globalización es el respeto por la diversidad cultural. Es fundamental que esta diversidad esté reflejada en los medios.
? Entender que no hay información sin cultura y conocimiento. El periodista y el teórico miran la misma realidad con anteojos diferentes.
? Escapar al enfrentamiento de los medios versus poder político.
? Admitir las dificultades y contradicciones del oficio.
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/719047

El futuro de las tecnologías de la enseñanza
Una entrevista con Chris Dede.
Por James Morrison y Chris Dede
Traducción: Flavia Ricci, Lic. en Comunicación Social (Argentina) y Master en Comunicación Empresarial y Tecnologías Digitales (España).
www.arquitecturadelconocimiento.blogspot.com

Chris Dede, profesor de Tecnologías del Aprendizaje en la Escuela de Graduados en Educación de Harvard, es una autoridad en cuanto a tecnologías del aprendizaje y sus impactos en la educación. Como maestro, investigador y abogado, es un visionario cuya fascinación por la tecnología lo llevó a comprometerse con los ideales más altos de la educación. Entrevisté a Dede, miembro del Comité Editorial de Innovate, en abril de 2004.

James Morrison (JM): Chris: ¿cómo definirías las ?tecnologías del aprendizaje??
Chris Dede (CD): las defino de forma amplia. Por ejemplo, los celulares pueden ser tecnologías del aprendizaje. Con el software adecuado, dispositivos portátiles como Game Boy y otros tipos de consolas de entretenimiento, pueden ser tecnologías de aprendizaje. Mi trabajo se basa en tecnologías de la información aplicadas a la educación ?dispositivos que permiten a los usuarios personalizar su acceso a la información de acuerdo a las decisiones que toman en un proceso de búsqueda. No discuto que un pizarrón es una tecnología de aprendizaje, pero no es la clase de tecnología en la que baso mi investigación. Mi interés fundamental radica en cómo las tecnologías emergentes expanden las capacidades humanas para crear conocimiento, compartirlo y gestionarlo, de forma tal que estoy más interesado en las tecnologías que manipulan datos por sí mismas, colaboran y optimizan archivos. Hoy tenemos una gama de tecnologías que va desde los juegos con jugadores múltiples en Internet hasta una serie de tecnologías portátiles, algunos de ellos muy convenientes en ambientes educativos.

JM: ¿Qué tecnologías son las apropiadas para el aprendizaje? ¿Cómo podrían utilizarse en el futuro?
CD: en los próximos 10 años, tres interfaces diferentes van a complementarse en términos de aprendizaje. He desarrollado algunos escenarios que describen cómo cambian en la escuela estas interfaces. Los lectores deberán tener en cuenta las descripciones breves que daré aquí y las más elaboradas publicadas en un informe gubernamental (Dede 2002).
La primera interface es de la variedad ?el mundo del escritorio?. Todos estamos familiarizados acerca de cómo Internet nos acerca expertos y documentos remotos. Tecnologías como Internet 2 representan el futuro de esa interface. Son más rápidas y ofrecen la posibilidad de ver videos y otras alternativas de banda ancha. Internet 2 hace posibles proyectos basados en tecnología y la búsqueda de información en todos los niveles educativos. Imagine que un maestro de escuela quiere desarrollar un proyecto relacionado con el asma, que es un problema en el interior de la ciudad. Una hipótesis puede ser que la calidad del aire es el causante de la epidemia. Los estudiantes con un familiar o amigo con asma podrían utilizar herramientas simples para evaluar la severidad del asma midiendo la capacidad pulmonar y realizando preguntas médicas pertinentes. Podrían publicar esta información en una base de datos a través de Internet. A su vez, cada escuela podría acceder a un mapa que a través de colores indicara la ecología, meteorología y elementos de polución existentes para prevenir alergias similares en la región. Los estudiantes podrían comparar estas predicciones con las elaboradas por ellos mismos, podrían utilizar su información para realizar informes, realizar recomendaciones o diseñar campañas públicas acerca del asma. Los maestros podrían enlazar estos estudios a los contenidos basados en estándares nacionales acerca de la biología, la ecología, meteorología, epidemiología y planificación urbana. El relato 1 es una muestra de cómo un proyecto así podría impactar en el alumno y el docente.
La segunda clase de interface es la del entorno virtual de múltiples usuarios (MUVE) de ?Alicia en el País de las Maravillas?, en el cual los usuarios se imaginan a sí mismos detrás de la pantalla, en el mundo virtual. Los participantes usan avatares (representaciones de sí mismos a través de gráficos producidos por una computadora) e interactúan con otros avatares de otros participantes, agentes informáticos y artefactos digitales. La industria del entretenimiento ya entiende esta interface y su poderosa atracción para la próxima generación de usuarios. Estos usuarios están muy familiarizados con los entornos virtuales y participan de actividades tan simples como la mensajería instantánea hasta complejas como la elaboración de vidas ficticias. Pensemos en Linaje II, un juego de múltiples usuarios en donde los jugadores construyen toda una sociedad que afecta a tres reinos medievales.
Steinkuehler (2004) ha investigado las formas cognitivas en los juegos virtuales de usuarios múltiples. Sus hallazgos sostienen la idea que, con un sofisticado diseño de instrucciones, podemos incorporar actividades de aprendizaje en entornos virtuales enriquecidos gráficamente. Por ejemplo, podríamos tener estudiantes que encuentren dilemas éticos que vayan complejizándose a medida que ellos fuesen avanzando en el Narnia Muve, basado en relatos de C.S. Lewis. Los estudiantes más antiguos podrían participar en el MUVE de Star Trek (Dede y Palombo, 2004), que integra las matemáticas a medida que navegan en la Nave de la Empresa, la ingeniería, a medida que ellos se encargan de los motores y la antropología, en la medida que ellos deben comunicarse con extraterrestres. El relato 2 imagina los beneficios de los entornos basados en MUVE para las escuelas primarias, mientras que el relato 3 muestra cómo dos estudiantes de escuelas secundarias pueden implementar un entorno MUVE para terminar con su proyecto grupal, no sin tener algún conflicto personal generado por los encuentros cara a cara.
El tercer entorno implica una informática ubicua. En lugar de estar frente a una pantalla o imaginándose detrás de una, los usuarios van por el mundo con dispositivos móviles que les permiten llevar el mundo virtual consigo. La interface les permite además interactuar con dispositivos inteligentes del mundo real. Por ejemplo, un edificio podría tener un dispositivo inteligente que les enviara mensajes a los transeúntes acerca de la fecha de construcción del edificio, su arquitectura, su historia, sus ocupantes actuales y lo que ellos hacen y otro tipo de información similar. (El relato 4 muestra cómo esta tecnología puede hacer más atractivas las exhibiciones y tareas de los museos). Las investigaciones en torno a estas tecnologías van desde dispositivos manuales baratos hasta la elaboración de entornos inteligentes que interactúan con las computadoras a su alrededor. Eric Klopfer y sus colegas desarrollaron un ejemplo. En una simulación que llamaron ?Detectives del Entorno?, los estudiantes utilizaron una computadora de bolsillo (habilitadas con un sistema de posicionamiento global o GPS) para investigar una sustancia química virtual en el campus del Instituto de Tecnología de Massachussetts (MIT). Tenían un tiempo limitado para recopilar información, entrevistar a expertos, examinar las napas subterráneas, determinar las causas del vertido de la sustancia e identificar los peligros del medioambiente y los riesgos en la salud.
Creo que las tres interfaces son relevantes y estoy investigando cada una de ellas para determinar cuáles son sus fortalezas y limitaciones.

JM: Cuéntanos más sobre sus investigaciones acerca de estas tres interfaces.
CD: con fondos de la Fundación Joyce estoy utilizando Internet 2 para colaborar con el diseño de las escuelas públicas de Milwaukee y evaluar el desarrollo del portal para los maestros. Con el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencias creé y aun estoy poniendo a punto un MUVE que ayuda a los alumnos de escuelas medias a desarrollar habilidades complejas como la formulación de hipótesis o el diseño experimental. El decano de Harvard financia un proyecto de informática ubícua que incluye una serie de dispositivos de bolsillo y varios periféricos. Estoy investigando cómo estos dispositivos extienden el proceso de aprendizaje en 10 cursos de la Escuela de Educación de Graduados de Harvard.

JM: ¿Cómo combinamos estas tecnologías con las pedagogías que hacen que los estudiantes construyan su propio mundo de conocimiento antes que asimilar pasivamente la información?
CD: Cualquier pedagogía o medio puede ser implementado con un amplio espectro de pedagogías ?desde la asimilación, enseñanza presencial, hasta los programas de aprender haciendo o a través de mentores. Los medios son contenedores que deben llenarse con diferentes tipos de contenidos y pedagogías. Uno puede crear un entorno virtual en donde un maestro lee una lectura tradicional, pero dudo que en ese caso sea más útil que escuchar esa lectura en el mundo real. Los entornos virtuales tienen el potencial de hacernos desarrollar un aprendizaje activo porque nos permiten hacer una suerte de magia no que podemos o no podríamos hacer en el mundo real. En los MUVE los estudiantes trascienden las distancias, ven cosas ininteligibles que son normalmente inaccesibles para sus sentidos. Con los dispositivos manuales los estudiantes pueden interactuar con algo como un vertido químico, algo que ningún docente crearía en el mundo real. Estudiantes y docentes pueden enlazar actividades de orientación y las de aprender haciendo que son paralelas a las simulaciones que ya mencioné.

JM: Chris, estás sugiriendo que atraemos el sentido de aventura de los jóvenes y usamos «edutainment» para inducirlos a lograr objetivos curriculares?
Atraemos el sentido de aventura de los jóvenes, pero también estamos explorando el poder de la inmersión. Sentarse en el escritorio, mirando la pantalla e interactuando por videoconferencia con alguien es un tipo de inmersión. Adentrarse en la pantalla, dentro de un entorno virtual y utilizar un avatar para interactuar es un segundo tipo de inmersión. Es como asistir al Martes de Gracias usando máscaras, podemos utilizar diferentes identidades o enfoques para aprender a través de la experiencia. Navegar el mundo real consultando la pantalla de un dispositivo manual que interactúa con otros dispositivos para hacernos llegar información es un tercer tipo de inmersión.
Por primera vez en la historia del hombre tenemos acceso a extrañas tecnologías de inmersión. Ahora necesitamos entender hasta qué punto estas tecnologías son útiles para aprender y hasta qué punto son sólo algo que divierte o interesa. ¿Cuáles tienen el soporte necesario para servir a propósitos educativos?. En otras palabras, ¿cuáles tecnologías son trascendentes y cuáles son simplemente tecnologías que nos deslumbran?.

JM: su investigación se focaliza en gansos dorados: tecnologías que no solamente deslumbran, sino que enlazan las necesidades de los estudiantes en nuevas y constructivas formas. Gracias por tu tiempo, Chris, y por tus importantes contribuciones en este campo.

Referencias
Dede, C. 2002. Vignettes about the future of learning technologies. In 2020 visions: Transforming education and training through advanced technologies, 18-25. Washington, DC: Technology Administration, U.S. Department of Commerce. h t t p : / / w w w . t a . d o c . g o v / r e p o r t s / T e c h P o l i c y / 2 0 2 0 V i s i o n s . p d f (accessed June 9, 2004).
Dede, C., and M. Palombo. 2004. Virtual worlds for learning: Exploring the future of the «Alice in Wonderland» interface. Threshold: Exploring the Future of Education, Summer: 16-20. h t t p : / / w w w . c i c o n l i n e . c o m / N R / r d o n l y r e s / e w 6 y l f y r u u z q 7 3 z 2 n d i n u 3 3 v y t m p 6 3 a p h z w j x m v u e 6 u c 5 t m m j b 4 a 4 k w a f e o 3 q 2 6 g n e x 7 u i q x k p 2 6 j 5 g 2 2 3 7 t y m x m 6 r d / T – S u m – 0 4 – V i r t u a l W o r l d s . p d f (accessed June 9, 2004).
Steinkuehler, C. 2004. Learning in massively multiplayer online games. Paper presented at the Sixth International Conference of the Learning Sciences, Santa Monica, CA, June. h t t p : / / w w w . s i t . w i s c . e d u / ~ s t e i n k u e h l e r / p a p e r s / S t e i n k u e h l e r I C L S 2 0 0 4 . p d f (accessed June 9, 2004)
FUENTE: http://www.innovateonline.info/index.php?view=article&id=1

Reinventar la ciudad lacustre, entrevista a Teodoro Gonzalez de Leon
Por MIQUEL ADRIÀ
Miquel Adriá, coordinador de nuestra «Página de arquitectura’, dialoga con dos protagonistas de la arquitectura en México. Miembro del Colegio Nacional y autor de edificios que redefinieron el perfil del DF (el Auditorio Nacional, el Museo Tamayo, el Colegio de México, el Infonavit), González de León es un apasionado defensor de los edificios «que hacen ciudad’: construcciones que tienden puentes y abren plazas hacia la vida en común. Por su parte, González Gortázar combina la arquitectura con la escultura y ha procurado que la edificación sea un acto de intenso hedonismo. A continuación, los planos de la ciudad posible.

Acabas de regresar de Montevideo, donde estuviste invitado por el presidente Sanguinetti y diste dos conferencias: una sobre tu obra, en la Escuela de Arquitectura, y otra en el Museo de Artes Visuales, a la que asistió tu anfitrión. En esta última hablaste de la ciudad.
-Sí, la dediqué a Montevideo, que es una ciudad con una factura muy interesante; es una trama, un damero, pero instalado en una península con los ejes paralelos a los límites, de tal manera que las calles perpendiculares bajan y como están sistemáticamente arboladas con plátanos, como Barcelona, se hacen túneles y al fondo siempre ves el mar. Eso se repite en unas cincuenta calles, y todas ellas van a dar a una larguísima costanera al borde del océano que le da identidad geográfica a la ciudad, porque ganó su frente de mar. Todas las ciudades americanas que conocemos dan la espalda al río o al mar, excepto Montevideo y Río. En la cultura europea, en cambio, las ciudades dan a la ribera.

-¿Qué proponías en Montevideo?
-El presidente Sanguinetti quería que diera mi opinión sobre un proyecto en el que pretenden impactar un área de 40 manzanas con el reciclamiento de la vieja estación del ferrocarril y algunas instalaciones del puerto que han quedado obsoletas, construir ahí nuevos edificios y ganar el frente del viejo puerto. Recuperar las vías del ferrocarril que ya no se necesitan, como en Londres, Barcelona, Lille o Munich… En México no hemos pensado todavía qué hacer con toda la zona ferroviaria obsoleta, olvidada en el centro de la ciudad. México ha tenido un mal trato con sus ferrocarriles, y de hecho existen vacíos urbanos muy localizados en la ciudad, áreas centrales que podrían tener viviendas y parques.

-¿Qué necesita más la ciudad de México: parques o viviendas, pulmones o espacio urbanizado para vivir?
-Siguen llegando nuevas migraciones a la ciudad de México pero ahora ocupan la periferia. Creo que es importantísimo incorporar nuevas viviendas al Centro.

-¿Viviendas de interés social?
-Vivienda mezclada. La vivienda social siempre está dirigida a un sector de ingreso semejante y esos lugares son monótonos. Hay que salpicar el Centro con clases sociales distintas y muchas actividades mixtas: vivienda, comercio, oficinas, pequeñas industrias -no contaminantes, por supuesto-, talleres, etcétera.

-O sea que propones recuperar la ciudad tradicional…
-Sí, la mezclada, la de siempre. Creo que podemos encontrar bastantes huecos en la ciudad de México. Los parques de Buenos Aires y de Montevideo son magníficos; aquí, en cambio, nadie los cuida. Se planta cualquier especie porque el programa prevé que hay que plantar árboles, no como el viejo José de la Lama, quien sembró en el Parque México jacarandas sobre la avenida y escogió especie por especie, árbol por árbol. En el DF fue trágico cuando cada Delegación pasó a hacerse cargo de los parques y jardines. Ahora nos gobierna una gran incultura.

-¿No será que la incultura a la que te refieres es fruto de la velocidad; que si el crecimiento hubiera sido más lento, habría sido más ordenado?
-En parte sí, pero también la velocidad impidió que la gente se educara. Hubo personas que en los años cincuenta advirtieron que si en México no se educaba teniendo en cuenta el crecimiento acelerado que sufría, en poco tiempo iban a ocupar todos los puestos de poder y decisión individuos sin educación que no sabrían lo que es la ciudad, lo que es un jardín… Con cultura se puede ser cívico, urbano, y saber cómo cuidar un jardín o arreglar una fachada. Urbanismo viene de urbanidad_

-De hecho, las reacciones de participación vecinal responden a la oposición sistemática a cualquier propuesta. No se dan alternativas.
-El objetivo es evitar que otro haga algo, como la oposición al tren elevado o a los estacionamientos, que son propuestas totalmente lógicas a problemas reales, pero a la gente le parece que son atentados. Creo que es un problema de inmovilismo y de falta de educación. En nuestro país existe un gusto perverso por quedarse como estamos. En política, esto tiene su versión: el que no hace la hace.

-¿Es sólo un problema de educación, o simplemente la reacción a que siempre que se ha hecho algo se ha hecho mal o sin tener en consideración los intereses de los vecinos, de los inmediatamente afectados?
-Creo que ambas cosas son ciertas; prueba de ello es que las obras se realizan siempre al final de sexenio, no se terminan y el siguiente sexenio las maldice, y tampoco las acaba. Es una regla que viene desde el sexenio de Alemán: el único modo de que un nuevo gobierno tenga su propia identidad es maldiciendo el trabajo del anterior. Tiene algo de edípica esta reacción de matar siempre al antecesor del mismo partido, al padre de la misma sangre…

-La ciudad de México tiene algunos ejemplos recientes de nuevos centros de oficinas o centros comerciales aislados, que sólo responden a los intereses de la iniciativa privada. ¿Se puede privatizar la ciudad?
-Para evitar eso es necesaria la intervención sana del gobierno, que reúna en esfuerzos colectivos todas esas energías generadoras de ciudad y evite que se conviertan en guetos, o que sólo respondan a los intereses de unas cuantas empresas. Puesto que el gobierno puede llegar a todo, debería ser capaz de organizar los distintos propósitos, ya que la ciudad la hacen todos, la hace la gente. Tal vez se podrían aplicar algunas medidas ordenadoras, de control de altura y del paño de fachada, como en Montevideo o en Buenos Aires, continuando la calle corredor -que tanto abominaba Le Corbusier. Quizás algunas medidas de ese tipo en las partes centrales de la ciudad todavía son operables, y en las aledañas hay que buscar el «contraste controlado’. Así podría ser la ciudad contemporánea, que aglutinara la pluralidad de aspiraciones, desde la plástica abstracta del movimiento moderno hasta los restos del posmodernismo, respondiendo a una sociedad plural.

-¿Hay alguna estrategia que permita controlar este desorden?
-En las nuevas áreas ese control, ese orden puede estar orientado a que los proyectos privados produzcan espacio urbano público, con pórticos, plazas y avenidas. El conjunto Arcos Bosque creó un espacio público muy generoso. La historia nos da muchos ejemplos: Bolonia, en la que todo el mundo hizo pórticos, suma ahora kilómetros de éstos. Munford decía que ahí el urbanismo se volvió generoso. Otra cosa es el Centro Histórico: las 400 manzanas que lo componen deberían ser respetadas por su valor histórico, y toda intervención que allí se produzca tendría que pasar por un filtro de calidad. Está el ejemplo de Montevideo, donde existe un comité totalmente honorario que revisa todos los planes, todas las obras que se hacen en el Centro y lleva 25 años trabajando con independencia del gobierno.

-¿No crees que si esta propuesta llegara a funcionar nos llevaría a una ciudad reaccionaria, muy conservadora, como el París de antes de Mitterrand, o el London Heritage del príncipe Carlos, en el que no se podía tocar nada ni construir ningún edificio que no se mimetizara con las arquitecturas del siglo XIX?
-Depende, si esto lo controlan ciertos conservadores y restauradores del INAH, ya se fastidió. Este comité debería ser muy plural y participar en él algún representante profesional escogido por las escuelas de arquitectura, entre otros.

-Tú siempre propones que la ciudad se arme a base de elementos autónomos, pero ¿cómo conectas la ciudad?
-Siempre va a ser por el lado de la vialidad; a la ciudad ya no la vas a poder abarcar globalmente, como en el plan total lecorbusiano. Se puede atacar en puntos estratégicos siempre intercomunicados por una vialidad eficaz para coches, una buena estructura de Metro, unas zonas verdes que también estructuran la ciudad. La idea que quiero proponerle al nuevo regente es plantar jacarandas en el Zócalo, una escuadra de doble hilera que se convierte en un evento anual, distinto y poético en el Centro. Este tipo de intervenciones cambian la ciudad.

-¿El DF es una ciudad para vivir o para sobrevivir?
-Esta es una ciudad muy intensa que yo nunca dejaría. No es cierto que sea tan difícil vivir de un modo aceptable en la ciudad de México. La gente busca su acomodo, y trabaja y vive lo más cerca posible. En la medida que el transporte sea más efectivo, también hará más fácil esta relación. Creo que lo mejor es vivir lo más cerca posible de donde uno trabaja. Ganas tiempo de vida.

-¿Crees que se debe estimular el crecimiento de ciudades periféricas al DF para detener el crecimiento de la capital?
-La ciudad va a seguir creciendo a consecuencia del centralismo, por lo que hay que ordenar el crecimiento. A largo plazo, hay que prever una buena infraestructura vial, pero ahí nos topamos con el problema de los regímenes mexicanos que nunca se atreven a propuestas de largo plazo. Hank hizo el programa de los ejes viales en tres años, pues sabía que si no lo acababa nadie lo iba a continuar. Así, privilegió el transporte privado por encima del Metro. México es una ciudad policéntrica, con su Centro Histórico y otros centros tal vez no muy estructurados. Quedan las zonas de los ferrocarriles como posibles huecos a ocupar; tienes los cerros de la sierra de la Villa, que podrían ocuparse con parques urbanos y viviendas puesto que no son reservas ecológicas y están a tres kilómetros del centro de la ciudad; podría ser un lugar maravilloso. Creo que hay que revivir el proyecto de reconstrucción de los lagos: el Plan Texcoco. Fue una desgracia que ganara la propuesta del drenaje profundo, pero la propuesta de Nabor Carrillo preveía la ejecución de siete u ocho lagos grandes para distintos usos: unos para recoger el agua pluvial, otros para agua potable y otros más para reciclaje de aguas. Este valle no drenaba y el problema era cómo hacer los lagos. Finalmente, se vio que el sistema mas efectivo era deprimir el terreno por bombeos intensivos localizados. Imagínate con viviendas alrededor de los lagos… El proyecto no sólo se desestimó sino que ¡hasta se quemaron los ejemplares! Yo conservo uno que me dio Nabor. Prosperó el proyecto del drenaje profundo, que resolvía un problema pero creaba otro puesto que también sacaba el agua subterránea del valle.
El otro problema serio es el del abastecimiento de agua a la ciudad; el sistema de bombeo del agua existente en la periferia está llegando a su fin sin que exista una alternativa de largo plazo. Con el Plan Texcoco no tendríamos estos problemas puesto que de un modo natural los lagos almacenarían el agua del valle a 2,400 m de altura.
-Estamos analizando a la ciudad como una gran estructura en el valle pero hay algunas partes con carácter propio, como el Centro Histórico. ¿Piensas que por su calidad debe ser conservado tal cual?
-Hay que guardar las joyas que están allí, pero las construcciones que no sean monumentos históricos deben ser remplazadas por nuevas edificaciones. Lo que se debe crear en el Centro es nueva vivienda de calidad -con jardines y estacionamiento suficiente, respetando la altura y el paño de las calles- dirigida a las clases medias, e interviniendo en una zona lo suficientemente grande para generar síntomas de regeneración, como pasó en el Marais de París, donde después de 20 años se ha regenerado la estructura social y ahora ya es un barrio de ricos.

-¿Esta propuesta sería compatible con la ciudad monumental de los museos, los palacios y las iglesias?
-Pienso que sí. Es más, también tendrían que incorporarse nuevos edificios de oficinas y pequeños talleres, para recuperar los usos múltiples de la ciudad tradicional, en lugar de las viviendas de bajos recursos y los talleres de desechos que existen ahora.

-Ante esta oportunidad histórica de un posible nuevo gobierno y teniendo en cuenta la poca importancia que se da en todos los programas al tema urbanístico en general y arquitectónico en particular, ¿qué le recomendarías al nuevo regente?
-Yo diría que empezara revisando los programas de largo plazo y que se comprometiera con alguno, como el Plan Texcoco, el programa del agua, y algunos programas puntuales de áreas vacías, como las zonas de ferrocarril o la Refinería, que sigue entera. Pero apenas digo esto y advierto un problema de fondo: la próxima elección es sólo por tres años y los tres candidatos aspiran a la regencia como un paso a la presidencia. ¿Alguno podrá pensar en un plan ambicioso en estas condiciones?

-¿Cómo hará el nuevo regente para asesorarse con un equipo de urbanismo competente, no siendo una prioridad de ningún programa?
-Hay mucha gente, como Jorge Gamboa, que puede aconsejar muy bien; y a partir de ahí hay que ensamblar planes, y dar coherencia a ese desparramamiento con ligas que articulen áreas de la ciudad.

-¿Qué podemos hacer los arquitectos por la ciudad?
-La ciudad la hacemos todos; los arquitectos hacemos edificios, parques, y a veces participamos en proyectos de avenidas con ingenieros y otros especialistas. Los arquitectos le damos la última mano, la tercera dimensión, le ponemos fachadas.

-¿Y a quién le corresponde proyectar el futuro, decidir cómo queremos que sea el lugar donde vivimos?
-Deben participar muchas personas en estos planes; desde luego los políticos, que deben ver la viabilidad de cada propuesta; los ingenieros, los expertos en medio ambiente. Juntos, tenemos que resolver tareas tan urgentes como la recuperación de la identidad geográfica y revisar los límites del valle de México, la serranía, el Popocatépetl. La contaminación es grave para la salud pero también es muy triste que se pierdan los límites geográficos, la pertenencia a un lugar. Le Corbusier me decía una cosa muy bonita mientras cruzábamos el Sena: «Mire las calles de París, son muy tristes, son deprimentes, pero la sensación de espacio que se obtiene al cruzar el río te salva el día.’ Estoy convencido que sólo los planes de gran aliento pueden entusiasmar a la población. Por la vía del Plan Texcoco podemos reinventar la ciudad lacustre…

-¿La ciudad de México, tiene solución?
-Por supuesto: vivimos en ella, trabajamos, vamos al cine, vemos a los amigos…

Reinventar la ciudad lacustre, entrevista a Teodoro Gonzalez de Leon
Por MIQUEL ADRIÀ
Miquel Adriá, coordinador de nuestra «Página de arquitectura’, dialoga con dos protagonistas de la arquitectura en México. Miembro del Colegio Nacional y autor de edificios que redefinieron el perfil del DF (el Auditorio Nacional, el Museo Tamayo, el Colegio de México, el Infonavit), González de León es un apasionado defensor de los edificios «que hacen ciudad’: construcciones que tienden puentes y abren plazas hacia la vida en común. Por su parte, González Gortázar combina la arquitectura con la escultura y ha procurado que la edificación sea un acto de intenso hedonismo. A continuación, los planos de la ciudad posible.

Acabas de regresar de Montevideo, donde estuviste invitado por el presidente Sanguinetti y diste dos conferencias: una sobre tu obra, en la Escuela de Arquitectura, y otra en el Museo de Artes Visuales, a la que asistió tu anfitrión. En esta última hablaste de la ciudad.
-Sí, la dediqué a Montevideo, que es una ciudad con una factura muy interesante; es una trama, un damero, pero instalado en una península con los ejes paralelos a los límites, de tal manera que las calles perpendiculares bajan y como están sistemáticamente arboladas con plátanos, como Barcelona, se hacen túneles y al fondo siempre ves el mar. Eso se repite en unas cincuenta calles, y todas ellas van a dar a una larguísima costanera al borde del océano que le da identidad geográfica a la ciudad, porque ganó su frente de mar. Todas las ciudades americanas que conocemos dan la espalda al río o al mar, excepto Montevideo y Río. En la cultura europea, en cambio, las ciudades dan a la ribera.

-¿Qué proponías en Montevideo?
-El presidente Sanguinetti quería que diera mi opinión sobre un proyecto en el que pretenden impactar un área de 40 manzanas con el reciclamiento de la vieja estación del ferrocarril y algunas instalaciones del puerto que han quedado obsoletas, construir ahí nuevos edificios y ganar el frente del viejo puerto. Recuperar las vías del ferrocarril que ya no se necesitan, como en Londres, Barcelona, Lille o Munich… En México no hemos pensado todavía qué hacer con toda la zona ferroviaria obsoleta, olvidada en el centro de la ciudad. México ha tenido un mal trato con sus ferrocarriles, y de hecho existen vacíos urbanos muy localizados en la ciudad, áreas centrales que podrían tener viviendas y parques.

-¿Qué necesita más la ciudad de México: parques o viviendas, pulmones o espacio urbanizado para vivir?
-Siguen llegando nuevas migraciones a la ciudad de México pero ahora ocupan la periferia. Creo que es importantísimo incorporar nuevas viviendas al Centro.

-¿Viviendas de interés social?
-Vivienda mezclada. La vivienda social siempre está dirigida a un sector de ingreso semejante y esos lugares son monótonos. Hay que salpicar el Centro con clases sociales distintas y muchas actividades mixtas: vivienda, comercio, oficinas, pequeñas industrias -no contaminantes, por supuesto-, talleres, etcétera.

-O sea que propones recuperar la ciudad tradicional…
-Sí, la mezclada, la de siempre. Creo que podemos encontrar bastantes huecos en la ciudad de México. Los parques de Buenos Aires y de Montevideo son magníficos; aquí, en cambio, nadie los cuida. Se planta cualquier especie porque el programa prevé que hay que plantar árboles, no como el viejo José de la Lama, quien sembró en el Parque México jacarandas sobre la avenida y escogió especie por especie, árbol por árbol. En el DF fue trágico cuando cada Delegación pasó a hacerse cargo de los parques y jardines. Ahora nos gobierna una gran incultura.

-¿No será que la incultura a la que te refieres es fruto de la velocidad; que si el crecimiento hubiera sido más lento, habría sido más ordenado?
-En parte sí, pero también la velocidad impidió que la gente se educara. Hubo personas que en los años cincuenta advirtieron que si en México no se educaba teniendo en cuenta el crecimiento acelerado que sufría, en poco tiempo iban a ocupar todos los puestos de poder y decisión individuos sin educación que no sabrían lo que es la ciudad, lo que es un jardín… Con cultura se puede ser cívico, urbano, y saber cómo cuidar un jardín o arreglar una fachada. Urbanismo viene de urbanidad_

-De hecho, las reacciones de participación vecinal responden a la oposición sistemática a cualquier propuesta. No se dan alternativas.
-El objetivo es evitar que otro haga algo, como la oposición al tren elevado o a los estacionamientos, que son propuestas totalmente lógicas a problemas reales, pero a la gente le parece que son atentados. Creo que es un problema de inmovilismo y de falta de educación. En nuestro país existe un gusto perverso por quedarse como estamos. En política, esto tiene su versión: el que no hace la hace.

-¿Es sólo un problema de educación, o simplemente la reacción a que siempre que se ha hecho algo se ha hecho mal o sin tener en consideración los intereses de los vecinos, de los inmediatamente afectados?
-Creo que ambas cosas son ciertas; prueba de ello es que las obras se realizan siempre al final de sexenio, no se terminan y el siguiente sexenio las maldice, y tampoco las acaba. Es una regla que viene desde el sexenio de Alemán: el único modo de que un nuevo gobierno tenga su propia identidad es maldiciendo el trabajo del anterior. Tiene algo de edípica esta reacción de matar siempre al antecesor del mismo partido, al padre de la misma sangre…

-La ciudad de México tiene algunos ejemplos recientes de nuevos centros de oficinas o centros comerciales aislados, que sólo responden a los intereses de la iniciativa privada. ¿Se puede privatizar la ciudad?
-Para evitar eso es necesaria la intervención sana del gobierno, que reúna en esfuerzos colectivos todas esas energías generadoras de ciudad y evite que se conviertan en guetos, o que sólo respondan a los intereses de unas cuantas empresas. Puesto que el gobierno puede llegar a todo, debería ser capaz de organizar los distintos propósitos, ya que la ciudad la hacen todos, la hace la gente. Tal vez se podrían aplicar algunas medidas ordenadoras, de control de altura y del paño de fachada, como en Montevideo o en Buenos Aires, continuando la calle corredor -que tanto abominaba Le Corbusier. Quizás algunas medidas de ese tipo en las partes centrales de la ciudad todavía son operables, y en las aledañas hay que buscar el «contraste controlado’. Así podría ser la ciudad contemporánea, que aglutinara la pluralidad de aspiraciones, desde la plástica abstracta del movimiento moderno hasta los restos del posmodernismo, respondiendo a una sociedad plural.

-¿Hay alguna estrategia que permita controlar este desorden?
-En las nuevas áreas ese control, ese orden puede estar orientado a que los proyectos privados produzcan espacio urbano público, con pórticos, plazas y avenidas. El conjunto Arcos Bosque creó un espacio público muy generoso. La historia nos da muchos ejemplos: Bolonia, en la que todo el mundo hizo pórticos, suma ahora kilómetros de éstos. Munford decía que ahí el urbanismo se volvió generoso. Otra cosa es el Centro Histórico: las 400 manzanas que lo componen deberían ser respetadas por su valor histórico, y toda intervención que allí se produzca tendría que pasar por un filtro de calidad. Está el ejemplo de Montevideo, donde existe un comité totalmente honorario que revisa todos los planes, todas las obras que se hacen en el Centro y lleva 25 años trabajando con independencia del gobierno.

-¿No crees que si esta propuesta llegara a funcionar nos llevaría a una ciudad reaccionaria, muy conservadora, como el París de antes de Mitterrand, o el London Heritage del príncipe Carlos, en el que no se podía tocar nada ni construir ningún edificio que no se mimetizara con las arquitecturas del siglo XIX?
-Depende, si esto lo controlan ciertos conservadores y restauradores del INAH, ya se fastidió. Este comité debería ser muy plural y participar en él algún representante profesional escogido por las escuelas de arquitectura, entre otros.

-Tú siempre propones que la ciudad se arme a base de elementos autónomos, pero ¿cómo conectas la ciudad?
-Siempre va a ser por el lado de la vialidad; a la ciudad ya no la vas a poder abarcar globalmente, como en el plan total lecorbusiano. Se puede atacar en puntos estratégicos siempre intercomunicados por una vialidad eficaz para coches, una buena estructura de Metro, unas zonas verdes que también estructuran la ciudad. La idea que quiero proponerle al nuevo regente es plantar jacarandas en el Zócalo, una escuadra de doble hilera que se convierte en un evento anual, distinto y poético en el Centro. Este tipo de intervenciones cambian la ciudad.

-¿El DF es una ciudad para vivir o para sobrevivir?
-Esta es una ciudad muy intensa que yo nunca dejaría. No es cierto que sea tan difícil vivir de un modo aceptable en la ciudad de México. La gente busca su acomodo, y trabaja y vive lo más cerca posible. En la medida que el transporte sea más efectivo, también hará más fácil esta relación. Creo que lo mejor es vivir lo más cerca posible de donde uno trabaja. Ganas tiempo de vida.

-¿Crees que se debe estimular el crecimiento de ciudades periféricas al DF para detener el crecimiento de la capital?
-La ciudad va a seguir creciendo a consecuencia del centralismo, por lo que hay que ordenar el crecimiento. A largo plazo, hay que prever una buena infraestructura vial, pero ahí nos topamos con el problema de los regímenes mexicanos que nunca se atreven a propuestas de largo plazo. Hank hizo el programa de los ejes viales en tres años, pues sabía que si no lo acababa nadie lo iba a continuar. Así, privilegió el transporte privado por encima del Metro. México es una ciudad policéntrica, con su Centro Histórico y otros centros tal vez no muy estructurados. Quedan las zonas de los ferrocarriles como posibles huecos a ocupar; tienes los cerros de la sierra de la Villa, que podrían ocuparse con parques urbanos y viviendas puesto que no son reservas ecológicas y están a tres kilómetros del centro de la ciudad; podría ser un lugar maravilloso. Creo que hay que revivir el proyecto de reconstrucción de los lagos: el Plan Texcoco. Fue una desgracia que ganara la propuesta del drenaje profundo, pero la propuesta de Nabor Carrillo preveía la ejecución de siete u ocho lagos grandes para distintos usos: unos para recoger el agua pluvial, otros para agua potable y otros más para reciclaje de aguas. Este valle no drenaba y el problema era cómo hacer los lagos. Finalmente, se vio que el sistema mas efectivo era deprimir el terreno por bombeos intensivos localizados. Imagínate con viviendas alrededor de los lagos… El proyecto no sólo se desestimó sino que ¡hasta se quemaron los ejemplares! Yo conservo uno que me dio Nabor. Prosperó el proyecto del drenaje profundo, que resolvía un problema pero creaba otro puesto que también sacaba el agua subterránea del valle.
El otro problema serio es el del abastecimiento de agua a la ciudad; el sistema de bombeo del agua existente en la periferia está llegando a su fin sin que exista una alternativa de largo plazo. Con el Plan Texcoco no tendríamos estos problemas puesto que de un modo natural los lagos almacenarían el agua del valle a 2,400 m de altura.
-Estamos analizando a la ciudad como una gran estructura en el valle pero hay algunas partes con carácter propio, como el Centro Histórico. ¿Piensas que por su calidad debe ser conservado tal cual?
-Hay que guardar las joyas que están allí, pero las construcciones que no sean monumentos históricos deben ser remplazadas por nuevas edificaciones. Lo que se debe crear en el Centro es nueva vivienda de calidad -con jardines y estacionamiento suficiente, respetando la altura y el paño de las calles- dirigida a las clases medias, e interviniendo en una zona lo suficientemente grande para generar síntomas de regeneración, como pasó en el Marais de París, donde después de 20 años se ha regenerado la estructura social y ahora ya es un barrio de ricos.

-¿Esta propuesta sería compatible con la ciudad monumental de los museos, los palacios y las iglesias?
-Pienso que sí. Es más, también tendrían que incorporarse nuevos edificios de oficinas y pequeños talleres, para recuperar los usos múltiples de la ciudad tradicional, en lugar de las viviendas de bajos recursos y los talleres de desechos que existen ahora.

-Ante esta oportunidad histórica de un posible nuevo gobierno y teniendo en cuenta la poca importancia que se da en todos los programas al tema urbanístico en general y arquitectónico en particular, ¿qué le recomendarías al nuevo regente?
-Yo diría que empezara revisando los programas de largo plazo y que se comprometiera con alguno, como el Plan Texcoco, el programa del agua, y algunos programas puntuales de áreas vacías, como las zonas de ferrocarril o la Refinería, que sigue entera. Pero apenas digo esto y advierto un problema de fondo: la próxima elección es sólo por tres años y los tres candidatos aspiran a la regencia como un paso a la presidencia. ¿Alguno podrá pensar en un plan ambicioso en estas condiciones?

-¿Cómo hará el nuevo regente para asesorarse con un equipo de urbanismo competente, no siendo una prioridad de ningún programa?
-Hay mucha gente, como Jorge Gamboa, que puede aconsejar muy bien; y a partir de ahí hay que ensamblar planes, y dar coherencia a ese desparramamiento con ligas que articulen áreas de la ciudad.

-¿Qué podemos hacer los arquitectos por la ciudad?
-La ciudad la hacemos todos; los arquitectos hacemos edificios, parques, y a veces participamos en proyectos de avenidas con ingenieros y otros especialistas. Los arquitectos le damos la última mano, la tercera dimensión, le ponemos fachadas.

-¿Y a quién le corresponde proyectar el futuro, decidir cómo queremos que sea el lugar donde vivimos?
-Deben participar muchas personas en estos planes; desde luego los políticos, que deben ver la viabilidad de cada propuesta; los ingenieros, los expertos en medio ambiente. Juntos, tenemos que resolver tareas tan urgentes como la recuperación de la identidad geográfica y revisar los límites del valle de México, la serranía, el Popocatépetl. La contaminación es grave para la salud pero también es muy triste que se pierdan los límites geográficos, la pertenencia a un lugar. Le Corbusier me decía una cosa muy bonita mientras cruzábamos el Sena: «Mire las calles de París, son muy tristes, son deprimentes, pero la sensación de espacio que se obtiene al cruzar el río te salva el día.’ Estoy convencido que sólo los planes de gran aliento pueden entusiasmar a la población. Por la vía del Plan Texcoco podemos reinventar la ciudad lacustre…

-¿La ciudad de México, tiene solución?
-Por supuesto: vivimos en ella, trabajamos, vamos al cine, vemos a los amigos…

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