18.10.2009
Una semana rica para la arquitectura
Las notas que siguen no pretenden ser la crónica caliente de los sucesos y las palabras que se vivieron a lo largo de una semana de octubre que resultó en extremo positiva tanto para los arquitectos como para los estudiantes que tuvieron ocasión de asistir a la Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires que lleva el número 12 y a una jornada que se llevó a cabo en el auditorio del Malba con la presencia de dos destacados arquitectos españoles.
Una Bienal de lujo
Desde la nómina de más de 50 disertantes llegados de los más diversos puntos del globo, hasta la prolija organización de un encuentro multitudinario (mérito éste que le cabe a Pichon Rivière & Díaz Bobillo PR&DB), la XII BA de este años hizo recordar las más brillantes ediciones de este evento que se ubica sin duda alguna entre los de mayor predicamento en el mundo, después de la Bienal de Venecia.
Un dato infrecuente fue la exposición que se llevó a cabo en forma paralela con las conferencias. Situada toda la muestra en el Centro Cultural Recoleta, con la impecable conducción de Claudio Massetti, fue llamativo el cuantioso despliegue de paneles que cubrieron las paredes de las 14 salas del Centro.
Salvo un bache al comienzo, porque faltaba la identificación de buena parte de los proyectos presentados, la muestra resultó uno de los puntos altos del encuentro, y así lo manifestaron buena parte de los visitantes extranjeros y provenientes del interior del país. Hubo incluso algunas novedades, como la mostración de la obra de Carlos Zapata, de Estados Unidos, reproducida por completo en una franja de papel fotográfico que, sin solución de continuidad, se iniciaba en una pared y luego seguía pegada al piso hasta llegar a la pared opuesta de la sala.
Mientras tanto, el espectador se gratificaba con la presencia de obras escultóricas muy calificadas que acompañaban el recorrido merced a una iniciativa de Jorge Glusberg que convocó a los más prestigiosos escultores argentinos y que, como es habitual, respondieron con calidad y prontitud a la invitación.
Salvo el caso de Franco Purini, de Italia, que se excusó a último momento por un problema sucedido en su estudio romano, todos los arquitectos anunciados ocuparon en tiempo y forma el escenario del auditorio del Design Center y fueron aplaudidos por una platea colmada y atenta.
Como hará falta más espacio para examinar las disertaciones y hacer un balance de esta Bienal excepcional, sólo me propuse en estas líneas trazar una visión panorámica de lo acontecido.
Habrá que hablar también de los premios otorgados y del mal momento vivido el sábado 10 en la mesa redonda dedicada a la Crítica con la conducción de Manuel Cuadras, cuando el arquitecto Carlos Sallaberry informó de la ausencia de Jorge Glusberg motivada por un accidente sufrido esa madrugada, y de su internación en estado delicado.
Todos los presentes manifestaron su pesar y su deseo de una pronta recuperación de quien es, desde hace casi un cuarto de siglo, el animador e impulsor de estas Bienales conocidas en todo el planeta como una expresión vital de la arquitectura y la cultura argentina.
Como al unísono
En el riquísimo panorama cultural de Buenos Aires no es infrecuente que se produzcan varias actividades el mismo día y a la misma hora. Pues bien, en coincidencia con las jornadas de la Bienal a la que acabo de referirme hubo el martes 6, en el auditorio del Malba (que tuvo que ser reforzado por la nave del Museo con una pantalla que reproducía el escenario para centenares de estudiantes sentados en el piso) con la platea completa, una conferencia de los arquitectos Alejandro Zaera Polo y Patxi Mangado.
El primero se concentró en la descripción de proyectos en los que las envolventes tenían protagonismo mientras que Mangado puso de relieve, además de algunas obras con el característico sello de su producción (entre ellas el Pabellón de España en la Exposición Internacional del Agua en Zaragoza 2008), su propuesta de un Foro de Arquitectura para el análisis y la evaluación de esta disciplina en el siglo XXI. Como lo expresé al hablar de la Bienal, será necesario un texto especial para el análisis de lo mucho que se dijo en la tarde de ese martes en el Malba.
En este caso también hay que poner de relieve el esfuerzo desplegado por el arquitecto Alberto Gorbatt y su equipo para concretar un seminario de alta calidad y perfecta organización.
Por último, y como otro acontecimiento en la misma semana, el jueves 8 de octubre, con la presencia del gobernador de Santa Fe, doctor Hermes Binner y su equipo de colaboradores, se presentó en la casa de la provincia el libro «Santa Fe en obras 2008-2009» que reproduce las obras proyectadas para el período de gobierno en las 5 regiones que conforman el territorio provincial. Hubo una sala, en la exposición de la Bienal, donde se expuso parte de ese conjunto de proyectos de obra pública compuesta por centros de salud y hospitales, escuelas en toda la escala desde jardines de infantes hasta secundarias y terciarias, centros culturales y juzgados. En fin, una suma de realizaciones que cuentan con el asesoramiento de Mario Corea y Silvana Codina y un nutrido equipo de profesionales que impulsa el arquitecto Hugo Storero, Ministro de Obras Públicas y Vivienda de la Provincia.
Como se advierte, fueron días de intensa y fructuosa actividad en el campo de la arquitectura y el urbanismo que los colegas van a capitalizar luego de destilar tanta materia prima y tanto potencial.