Refuncionalizar el patrimonio arquitectónico con patrimonio natural – Mención honorífica

El Parque

El parque como reinterpretación de las lógicas del paisaje de Concordia 

El proyecto busca entender distintas identidades paisajísticas de Concordia y reinterpretarlas a lo largo de todo el parque. Haciendo de éste un eco del paisaje concordiense. Para esto, por un lado, identifica y respeta las identidades ya dadas en el lugar, y por otro identifica lógicas del paisaje en la ciudad para ser reinterpretadas en el mismo parque.

Se identifica como las lógicas existentes al bosque nativo, la rivera, el río, el mirador, el pastizal y las ruinas. Por otro lado, se reinterpreta, en el planteo actual, el lago, el humedal, el recorrido ecológico, las colinas, salto chico (con sus piedras basálticas) y se plantea a futuro la posibilidad de sumar la costanera, los espigones y el muelle como forma de relacionarse con el río.

Todas estas reinterpretaciones se hacen en total articulación con lo existente, con el río y la ciudad.

Sobre la ciudad se genera un buffer, un amortiguador con cuatro espacios reconocible que buscan articular y transicionar el parque y la trama urbana planteada a futuro. Estos buffers articulan en su identidad la realidad propia de Concordia con sus espacios naturales artificiales. Juega con distintos tipos de vegetación con carga cultural para la ciudad para generar un pasaje entre la ciudad y el parque, a su vez que genera colinas que buscan cortar la incidencia sonora que pueda contaminar el ambiente natural.

De los cuatros amortiguadores que se generan, el primero de estos trabaja con un parque de Citrus en honor a Concordia como capital del citrus.

El segundo usa una vegetación de carácter forestal, por el gran desarrollo de esta industria que se da en la ciudad y la región.

El tercero es un damero de árboles en honor al damero fundacional de Concordia.

Y el cuarto es una gran explanada para mirar el río, fundamento del origen de la ciudad, a su vez que permite la contemplación de las ruinas a desenterrar.

Por otro lado, aparecen caminos que continúan la trama de la ciudad y dividen el parque en espacios reconocibles y distintos dentro de las reinterpretaciones: el pastizal, el espacio con vegetación nativa, el mirador, el lago-humedal y el bosque protegido actual.

Finalmente se plantea un recorrido deportivo-ecológico capaz de articular el bosque protegido, con el edificio existente, con el parque y con el río.

El Edificio

Refuncionalizar el patrimonio arquitectónico con patrimonio natural

Si uno observa la forma de relacionarse de la gente de Concordia con el edificio, empieza a entender que importa su historia, pero más importa su esencia de ruina. La ciudad le da valor por ser una ruina, la gente se apropia y se conecta con el lugar a través del carácter poético que genera la ruina y de cómo el edificio fue tomado por la naturaleza. Como diría Ítalo Calvino, a través de lo que ha llegado a ser, se puede evocar con nostalgia lo que era.

Esto es algo propio del ser humano desde antaño, incluso Piranesi logra captar en sus pinturas esa fascinación del hombre por las ruinas. E incluso hoy, gran parte de los atractivos turísticos del mundo, pero también de Concordia, se destaca por la relación de las personas con las ruinas.

Desde esta mirada reflexiva, pensar en poner el programa dentro del edificio, sería cortar esta relación cultural y poética que la ciudad generó con el edificio.

Por eso el proyecto busca reinterpretar este edificio en ruina tomado por la naturaleza y genera un recorrido exterior del museo pero independiente, contando la historia de Concordia a través de la vegetación. Limpiando las ruinas y mejorándolas, pero manteniendo ese carácter poético y simbólico reconocible para Concordia. Refuncionalizar el patrimonio arquitectónico con patrimonio natural.

Esto también pone en relevancia la importancia del paisaje natural para la consolidación cultural de la ciudad.

Por su parte, el programa se propone en un edificio exento, que por su forma constraste con lo viejo para potenciar el valor de ambos. Este edificio genera miradores hacia el edificio y hacia el entorno. Haciendo inseparable su esencia con la del propio lugar. Esto a su vez es más barato, más fácil, menos riesgoso para la construcción antigua, más respetuosa con la misma y respeta la cultura de Concordia para con el edificio.

Su forma parte de un círculo que contrasta con el edificio, generando un patio interior con vegetación nativa de la zona, que se vuelve un espacio de contemplación y trascendencia marcado por la fuerza simbólica de los grandes patios circulares.

De este círculo se desprenden líneas tangenciales en dirección a las vistas más importantes del lugar. Esto permite una mejor articulación de la geometría con el lugar, a la vez que reduce la complejidad de construir bajo los radios de un círculo.

Así el edificio se transforma en un ícono contrastante, con carácter propio pero que no mata el carácter del edificio antiguo, sino por el contrario, lo potencia y lo revalora.