Escondida 33

ESCONDIDA 33

La casa ‘escondida’ en el número treinta y tres se inserta en un fraccionamiento de la zona Camino Real a Cholula. Este proyecto surge como el segundo encargo directo para la oficina; previamente se había diseñado una cafetería en un contexto próximo para esta misma familia.

El cliente proporcionó una matriz de Excel en la que se ilustraban de manera detallada las necesidades espaciales y el esbozo de la planta arquitectónica. Ante esta situación, nos cuestionamos: ¿Cómo dar el siguiente paso? ¿Hacer caso omiso de sus ideas? ¿O seguir construyendo la confianza con los futuros habitantes?

Nuestra aproximación fue tomar esta matriz como punto de partida para comenzar una traducción espacial. Confiábamos plenamente en esta estrategia proyectual, ya que el cliente compartía una amplia experiencia en el habitar. Esta no era su primera casa construida por un profesional de la construcción, y había acumulado varios ensayos de prueba y error respecto a cómo ocupaban los espacios de una vivienda.

La zonificación espacial fue especificada a partir de la matriz tabulada por los usuarios, complementada con un programa arquitectónico desarrollado por los arquitectos diseñadores. A partir de este proceso surgieron las intenciones y los ejes de composición que dieron forma a las plantas arquitectónicas.

El esquema consiste en un único volumen que agrupa todo el programa y parece flotar sobre el predio de 400 m2. Este volumen se libera de la colindancia sur para generar un jardín que inunda de verde y calor las habitaciones en todos los niveles, integrándose de manera discreta, callada pero empática a la escala peatonal. Además, respeta las restricciones del condominio y genera espacios verdes que benefician al vecindario.

La secuencia espacial se organiza en forma de cruz que atraviesa esta ‘caja de zapatos’. En la planta baja se resuelve todo el programa público y de servicio; en el primer nivel se ubican los dormitorios, y en el último nivel se disponen una sala de TV y una terraza desde donde se aprecian los volcanes, así como un oratorio.

La volumetría inicial parte de una clásica ‘caja de zapatos’. En un segundo acto, se trabaja en ‘romper la caja’, buscando el balance entre los macizos y los vanos, y cuidando la profundidad de los abocinados y perforaciones, que funcionan como el diafragma de una cámara fotográfica. Esto aporta cuerpo y presencia a la masa volumétrica. En un tercer acto, se define la imagen: huesos y pieles expuestos y resistentes a las condiciones propias del sitio y al paso del tiempo. Los materiales empleados son naturales y característicos de la región, conjugando maderas, vigas metálicas y aluminio tipo europeo.

Las fachadas se conciben a partir de planteamientos clásicos (base, fuste y capitel). Se genera un basamento pétreo con un marco de concreto aparente y una cálida puerta de madera tipo tzalam. El siguiente nivel presenta un acabado rústico en color blanco, mientras que el remate incluye colores cálidos y cartelas con viguerías de madera.

Los clientes solicitaron una casa de ‘estilo Santorini’. En el taller consideramos que el estilo es una expresión de la geografía y la atmósfera del lugar, por lo que proyectamos esta vivienda bajo la clave del ‘regionalismo crítico’.

HIDDEN 33

The "hidden" house at number thirty-three is located in a gated community in the Camino Real to Cholula area. It marks the second direct commission for the office, as we had previously designed a café in a nearby context for this family.

The client provided us with an Excel matrix that perfectly illustrated their spatial needs and a sketch of the architectural floor plan. So, how should we proceed? Ignore their ideas or continue building trust with the future inhabitants?

Our approach was to take this matrix as a starting point to begin a spatial translation. We had full confidence in this design strategy because the client shared extensive experience in inhabiting spaces. This was not their first home built by a construction professional; they had gone through several trial-and-error attempts to understand how they used the spaces in a house.

The spatial zoning was specified based on the matrix tabulated by the users, complemented by the generation of an architectural program by the designer architects. Intentions and compositional axes emerged to solve the floor plans.

The scheme consists of a single volume encompassing the entire program, "floating" on the 400m² lot. It steps away from the southern boundary to create a garden that brings greenery and warmth to the rooms on all levels. The design discreetly and empathetically embraces the corner, respecting the pedestrian scale, the condominium's restrictions, and providing green spaces for the neighborhood.

The spatial sequence can be read as a cross cutting through this "shoebox." The ground floor accommodates all public and service programs, the first floor organizes the bedrooms, and the top floor includes a TV room and terrace offering views of the volcanoes and a small chapel.

The classic shoebox serves as the initial volumetric action. The second step is to "break the box," balancing solid and void elements and defining the "window-place" to create depth. Openings are tapered and perforated, resembling the diaphragm of a camera lens, adding body to the volumetric mass. The third step focuses on the image. The structure and finishes are exposed and resistant to the site's latitude, designed to endure over time. Materials are natural and local, combining wood, metal beams, and European-style aluminum.

The facades are based on classical principles (base, shaft, and capital). A stone base with an exposed concrete frame and a warm tzalam wood door forms the foundation. The next level features a rustic white finish, and the uppermost level is accented with warm colors and wooden beams supported by decorative brackets.

The clients requested a house in the "Santorini style." In the workshop, we considered that style reflects the geography and atmosphere of a place. We designed this home in the language of "critical regionalism."