Balcarce y San Luis

La intervención se desarrolla con la intención de reconversión en el valor patrimonial, basado en dos niveles de actuación: el primero se caracteriza por la valorización de la edificación histórica proyectada por el Arquitecto Don Hilarión Hernández Larguía y el Ingeniero Juan Manuel Newton, a partir de la restauración y la recalificación de espacios.

            El segundo en la construcción de una nueva edificación proponiendo resaltar los valores de reversibilidad obtenidos con el uso de estructuras leves y materiales contemporáneos.

            Focalizados en este último nivel de actuación, con el conocimiento de la generosa incidencia del sol al norte y al oeste, el material se traduce en una “Piel Metálica Microperforada” que cubre por completo el nuevo edificio derivando el diseño arquitectónico en una “Caja de Metal”.

            Los elementos filtrados dibujan sombra en los pisos y paredes, un efecto que transforma el ambiente para quienes lo habitan, otorgando también cierta privacidad, no obstante y a pesar de la permeabilidad visual.

            Durante las estaciones del año y a lo largo del día, la luz natural surge de diferentes formas como un componente más en la arquitectura. Durante la noche, la luz artificial pasa a través de pequeños orificios desde el interior al exterior, transformando a la arquitectura en una especie de lámpara urbana que interactúa con la silueta y las sombras del edificio histórico.

            Según los antiguos guardianes de los templos: …”el Musharabi filtra la energía, liberando la luz del alma. La luz que entra en el templo se convierte en un caleidoscopio y nos enseña que nada es definitivo, todo se transforma para dar paso a otra mirada”…