Autor: Rafael Viñoly Architects
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Viñoly es un estudio de arquitectos de renombre internacional fundado en 1983 con sede en Nueva York y oficinas en Londres, Manchester, Abu Dhabi, Buenos Aires, Chicago y Palo Alto, cuyos proyectos se extienden por seis continentes. Durante los últimos treinta años, el sello distintivo del estudio ha sido su capacidad para reinventar las tipologías institucionales e integrar la esfera pública en edificios institucionales.
La excepcional diversidad de los proyectos que el estudio ha llevado a cabo, muchos de ellos premiados, incluye juzgados, museos, centros de artes escénicas, centros de convenciones, instalaciones deportivas, bancos, hoteles, hospitales, laboratorios, instalaciones recreativas, complejos residenciales e instalaciones comerciales, industriales y educativas. Los proyectos varían en escala, desde módulos de trabajo para laboratorios hasta grandes planes de ordenación comerciales e institucionales. El estudio también ha realizado varios proyectos de restauración y ampliación de edificios de destacado valor histórico y arquitectónico.
Guiado por el liderazgo del diseñador principal, Rafael Viñoly, el estudio se encuentra bajo la dirección del vicepresidente Jay Bargmann, quien además gestiona proyectos en colaboración con cada uno de los directores de proyecto del estudio. Estos arquitectos expertos —muchos de los cuales forman parte del estudio hace veinte años o más— comparten los recursos avanzados y centralizados del estudio, así como un alto nivel de compromiso y un rico cuerpo de conocimientos. Esta estructura garantiza la consistencia y altos niveles de diseño y documentación que permiten al estudio mantener su larga trayectoria de proyectos exitosos completados en poco tiempo bajo el modelo diseño-construcción, así como de encargos programados y organizados de forma convencional en todo el mundo.
La inteligencia del taller de diseño del estudio, en conjunción con las habilidades de un gran equipo multidisciplinario, produce respuestas apropiadas y creativas para los requisitos de los programas. Consideramos que el diseño es un campo integrado en el que la programación, la función, la implementación, la ingeniería, la viabilidad económica y el impacto cultural no son cuestiones o disciplinas independientes, sino elementos que deberían evaluarse y abordarse por igual. Este enfoque requiere versatilidad, experiencia y, sobre todo, una visión de conjunto pragmática que amplíe la necesidad de creatividad en lugar de limitarla.