Edifice, cabaña autosuficiente

“Necesito soledad. He venido a esta colina al atardecer para ver las formas de las montañas en el horizonte, para contemplar y comunicarme con algo más grandioso que el hombre. Su mera distancia y falta de profanación es un estímulo infinito. Es con anhelo y aspiración infinitos que busco la soledad, cada vez más resuelta y fuerte; pero, con cierta debilidad, siempre busco la sociedad «. – Henry David Thoreau, diario, 14 de agosto de 1854.

Edificio: «un edificio, especialmente uno imponente» o «un complejo sistema de creencias»

El edificio es una modesta cabaña de cedro de 500 pies cuadrados ubicada en Fremont, Nueva York, aproximadamente dos horas al noroeste de la ciudad de Nueva York, ubicado en el bosque de las montañas occidentales de Catskills. El edificio es un ejercicio de reducción, para vivir solo con lo necesario y de manera autosuficiente. Inspirada en los escritos de los trascendentalistas Emerson y Thoreau, la cabaña se erige como un ejemplo de arquitectura introvertida o neotranscendentalismo. El trascendentalismo se define como una creencia en la bondad inherente de las personas y la naturaleza. La creencia de que la sociedad y sus instituciones han corrompido la pureza del individuo y que las personas están en su mejor momento cuando son verdaderamente autosuficientes e independientes. En la arquitectura del edificio, esto se exhibe a través de su aislamiento físico, programación esencialista e infraestructura autosuficiente. El edificio se encuentra en silencio entre los árboles, en perfecto equilibrio con su entorno.

Al acercarse, el edificio no ofrece una entrada clara, ya que permanece indefinido hasta que se está lo suficientemente cerca de él, y cuando se está casi físicamente inmerso en él. Como en el arte, uno debe estudiarlo en relación con su contexto para comprenderlo, revelando más de sí mismo con el tiempo. Según lo expresado por Richard Serra, «creo que siempre tienes que encontrar dónde está el límite en relación con el contexto para poder articular cómo quieres que el espacio interactúe con el espectador». Los presentes de la estructura destacan el entorno que lo rodea. El edificio actúa como un punto de inflexión dentro del contexto del espacio para aumentar nuestra conciencia del medio ambiente. La fachada orientada al este, austera, sin fenestración, actúa como una pantalla para que el sol y los árboles proyecten un juego de luces y sombras. Esta interacción produce un tipo de camuflaje para la estructura, difuminando la delineación de sus bordes y masa con el paso de la luz efímera. Psicológicamente, la interacción de la luz y la sombra establece un sentido de lugar a través de la memoria. El edificio solo puede existir en este entorno específico a través de la interacción de los árboles, la luz solar y nuestros ojos.

A medida que uno se mueve alrededor del edificio, una sola ventana de franjas en la fachada sur y oeste revela lentamente los espacios interiores, permitiendo al individuo un breve momento para ver el programa interior. La cara norte del edificio se pliega hacia adentro abriéndose como el punto de entrada a través de su vacío, pero también como una cubierta interiorizada, haciendo una sutil referencia histórica al porche tradicional de la granja. Una vez dentro, el programa del edificio se divide en cuatro zonas: vivir, cocinar, cenar y dormir. Definido como un programa de «ciclo de vida», es la esencia mínima de la habitación humana y la sostenibilidad. En el corazón del espacio, separar el dormitorio de la zona de vida es el núcleo del servicio. Dentro del núcleo se encuentran los sistemas necesarios para mantener la habitación. Todos los sistemas pertenecientes a la habitación de la cabina son «introvertidos» o tradicionalmente definidos como «fuera de la red». Estos sistemas incluyen energía solar, recolección de agua y baños de compostaje. La calefacción es proporcionada por una estufa de leña y el enfriamiento se logra mediante ventilación cruzada. La iluminación del espacio es proporcionada por velas.

Declaración del arquitecto

El edificio es una creencia, una creencia en la individualidad y la autosuficiencia. Quería encontrar una sensación de paz interna dentro de mí mismo a través del acto de la arquitectura, lo que se encontró a través de la creación del trabajo físico dentro del bosque fue en realidad la construcción espiritual y emocional de un lugar dentro del alma. Un lugar interiorizado y definido por la armonía dentro de la naturaleza de nuestra existencia. En este sentido de creación espacial, el trabajo se vuelve atemporal y sin ningún huésped físico. El trabajo trasciende el reino físico para convertirse en parte de nosotros, holístico y eterno. Esta arquitectura está conectada sistémicamente al medio ambiente a través de tecnología e infraestructura sostenibles. Autosustentable con cero huella ecológica. El edificio es una arquitectura de responsabilidad y respeto por nuestro entorno y por nosotros mismos.

Leé la nota original en inglés > https://arqa.com/en/architecture/edifice.html