Casa Mill Hill

Uno de los principales impulsores de este proyecto fue poder crear una casa que se beneficie de la mejor disposición de espacio e iluminación posibles sin comprometer la estética de las casas vecinas más tradicionales. El resultado final es una progresión de espacios que se fusionan y colisionan para crear una masa agregada y matizada.

La elección de los materiales va de la mano con las decisiones de diseño. Los ladrillos holandeses aportan referencias al contexto construido, mientras que sus tonos violetas sinterizados ofrecen un marcado contraste con la vegetación circundante. Yuxtaponiendo la mampostería, las grandes superficies acristaladas colocan el proyecto en un diálogo contemporáneo con su sitio a través del alzado posterior.

Respecto al interior, el proyecto capitaliza la artesanía local para crear espacios que funcionen en armonía entre sí, con transiciones fluidas que permitan la existencia de ambientes distintos dentro de espacios ininterrumpidos y más grandes. En el mismo corazón de la casa, un atrio de diez metros de altura arroja luz y unidad a la circulación de la casa, proporcionando una transición dramática entre los jardines delantero y trasero.

Utilizando varios principios Passivhaus, la casa cuenta con sistema de recuperación de calor de ventilación mecánica, hermeticidad, acristalamiento de alto rendimiento, techos verdes y paneles solares en un esfuerzo por minimizar su impacto ambiental y consumo de energía. Al igual que los otros servicios de la casa, estos sistemas se integran en última instancia con el diseño para integrarse con el conjunto del edificio.

Leé la nota original en inglés > https://arqa.com/en/architecture/mill-hill-house.html