Casa Frutillar

Para la definición de la imagen de la casa, se tomó como referencia la tipología de galpones presentes en el paisaje de la Región de Los Lagos, que se constituyen como iconos visuales y marcas de identidad local. Estas estructuras destacan por su simpleza geométrica que contrasta con la naturaleza, y se relaciona con ella, a través de proporciones y texturas. Se rescata la riqueza de sus sistemas constructivos y estructurales que forman parte de la imagen de la obra.

La madera se aborda como tema de proyecto, como revestimiento y estructura. Los revestimientos de pino termotratado, la tejuela de alerce y la estructura de pino dimensionado, son materiales vivos, que muestran el paso del tiempo, tal como la naturaleza a su alrededor.

Se reconoce el paisaje natural como protagonista del lugar, es por esto, que se propone una paleta de colores limitada, de tal manera de que el paisaje destaque dentro del contexto.

La casa se emplaza al sur de un claro del bosque, de manera de asegurar el asoleamiento la mayor cantidad de horas diarias e intervenir lo menos posible la vegetación existente. El acceso y estacionamientos se plantean al sur de la casa, liberando el área norte como espacio natural principal.

La estructura de la casa se conforma por una sección tipo, de 8,8 mts. de crujía, compuesta por pilares y tijerales de pino, distanciada cada 2,4 mts. La modulación propuesta responde a los formatos de comercialización de los elementos de madera en Chile. La altura del primer piso la establecen los pilares de 2.4 mts., mientras que, para el tijeral, se proponen 4 mts. de altura, dimensión que permite habitar dicha estructura, como también dar solución a las aguas lluvias.

La estructura propuesta, define la espacialidad para todas las zonas comunes, así, el acceso se resuelve a través de una terraza exterior techada, desde donde se accede a un espacio común con doble altura, que contempla living- comedor- cocina, en primer piso, y una sala de estar en el segundo piso.

Los dormitorios principales y los recintos comunes, se orientan hacia el norte, para aprovechar las vistas y condiciones de asolamiento. Los recintos húmedos, se agrupan orientados hacia el sur relacionados al sector más denso del bosque. Esta zonificación se refleja en el trabajo diferenciado de fachadas; la fachada norte se soluciona con materiales translucidos, generando una relación fluida con el contexto, mientras que la fachada sur, se propone hermética con rasgos puntuales que solucionan la ventilación de los recintos húmedos.

En la segunda planta, se ubican los dormitorios de visita y la sala de estar abalconada al espacio común. Por último, hacia el sur, perpendicular a la casa, se proyecta el volumen de servicios, cuya neutralidad geométrica funciona como contrapunto a la geometría del volumen principal.