Casa C, una casa de campo con alma de rock

Para los propietarios era importante tener una vivienda bien integrada en el paisaje, con ambientes luminosos y una fuerte conexión con el exterior, donde se pueda disfrutar de la naturaleza sin renunciar al ritmo vibrante de la ciudad. Esta casa abierta y acogedora fue diseñada principalmente para momentos de convivencia con amigos, pero también para albergar el taller de la propietaria: Antonella de Opificio Lauchli, que trabaja en el campo artesanal para la creación de complementos y muebles a medida, decoración de interiores y la transformación de muebles antiguos.

La forma arquetípica de la masía se equilibra con los interiores contemporáneos, repartidos en tres plantas, en las que los arquitectos han querido potenciar la sensación de libertad y espacio, aprovechando la altura de los techos, limitando el número de muros y saliendo del perímetro permeable con una serie de puertas francesas que dan a un gran jardín.

“Hemos dividido el espacio en tres niveles, trabajando en el ‘cielo’ de cada uno, para incrustar tres experiencias diferentes. En la planta baja, usamos blanco y concreto; para el primero elegimos el brillo del amarillo; finalmente, en la planta superior dejamos la estructura de madera vista. El elemento de continuidad que acompaña al visitante en esta especie de paseo arquitectónico es la escalera. Diseñada en una sola pieza, está realizada en metal expandido, permitiendo que la luz se filtre a través de un juego. de reflejos y sombras. La casa tiene un alma rockera asombrosa, como los propietarios. Es un espacio homogéneo y dinámico, donde los materiales y superficies cambian, extendiendo la emoción desde la experiencia visual a la dimensión táctil”, dice Junko Kirimoto, co- fundador del estudio.

La planta baja está diseñada como un espacio informal, con un gran salón que alberga una zona de televisión con una librería a medida en madera natural y soportes de hierro negro, y un comedor y cocina totalmente abierta en acero inoxidable con una isla central negra. , protegido por una vidriera. Desde su posición central domina la escalera escénica, realizada íntegramente en hierro natural tratado con una esbelta pata central de apoyo y una única hoja de chapa microperforada que constituye los escalones y el parapeto. Ligera y transparente, la escalera, con su piel permeable, ofrece perspectivas inusuales e invita a apreciar todo el hueco de la escalera, que culmina en el piso superior con un gran lucernario. La distribución se completa con el laboratorio del propietario, y una serie de espacios accesorios, incluido el lavadero y el baño de visitas, tratados con un acabado de microcemento efecto corten que introduce un elemento de material adicional en la planta baja, donde se encuentran techos y paredes blancas. Destacar la estructura de los pilares deliberadamente dejados en hormigón visto.

Las mismas opciones de color y acabados se repiten en la primera planta, dedicada a los niños y caracterizada por una nota extra de color en sus techos amarillos. A lo largo de un pasillo con un balcón que da a la escalera, se encuentran las puertas retráctiles de los baños y los cuatro dormitorios, con su refinado mobiliario diseñado a medida, desde estanterías hasta escritorios, desde paredes de pizarra hasta colgadores.

Más allá, los visitantes acceden a una amplia sala de estar y estudio con baño de visitas, que actúa como filtro para el área reservada para los novios, con un dormitorio doble con muebles a medida en OSB tratado con laca verde brillante, un baño y un armario con vestidor. El nivel superior tiene un carácter muy material: el suelo, en microcemento gris, contrasta con el techo inclinado con cerchas de madera y tejas a la vista.

Una cinta OSB natural, tratada con una capa protectora transparente, y el estante superior cubierto de hierro negro tratado, se enrolla por toda la habitación, envolviéndola en tres lados. De mueble suspendido para el televisor, la cinta se transforma en revistero, se convierte en banco, se pliega para tomar la forma de una chaise longue, se eleva para convertirse en una superficie de trabajo, luego una tapa abatible que oculta una cocina con fregadero y encimera, que finalmente, a 90°, se convierte en el revestimiento de la puerta abatible de un mueble.

El porche, diseñado con una sala de estar y un comedor cerca de la cocina, difumina los límites entre el interior y el exterior. El jardín con césped inglés alberga la huerta con tinas de corten, proyectada sobre el paisaje urbano. Y es precisamente aquí, donde se produce la síntesis de la versátil propuesta del estudio Alvisi Kirimoto, para combinar a la perfección los ritmos de la ciudad y un estilo de vida más verde.

Leé la nota original en inglés > https://arqa.com/en/architecture/house-c.html