MCBA – Museo Cantonal de Bellas Artes

Ubicado en el centro de la ciudad, el proyecto proponía un plan maestro para los tres principales museos de la ciudad: el Museo de Bellas Artes MCB-A, el Museo de Diseño Contemporáneo y Artes Aplicadas MUDAC y el Museo de la Fotografía Musée de l’Elysée.

El sitio de más de 2 hectáreas, cerca de la estación central de trenes, estaba ocupado principalmente por una antigua sala de trenes del siglo XIX y algunos otros edificios industriales.

Como estrategia urbana, los proyectos implementan un nuevo vacío estructurante, una nueva plaza pública alrededor de la cual gravitan los museos. El vacío se extiende a lo largo del sitio e integra los edificios en la escala del tejido de la ciudad y, al conectarse con la plaza de la estación de tren existente, los instala en la continuidad del espacio público de la ciudad. La arquitectura se convierte en el marco de la vida urbana de la ciudad, el contenedor de la nueva plaza pública.

El nuevo Museo de Bellas Artes se ubica en el borde sur del sitio como un volumen monolítico longitudinal, paralelo a los rieles. Al igual que la estación de tren, define un espacio urbano a la vez que lo protege de las molestias de los trenes.

Abrazando esta condición, el Museo de Bellas Artes, el más grande de los tres museos, lleva y expresa la memoria del sitio, haciéndose eco de la antigua condición industrial del sitio con formas pragmáticas, geometría rigurosa y líneas duras y nítidas. El MCBA es específico de su sitio, trata de establecer un vínculo con una cierta atmósfera, para anclarlo en la ciudad tanto en el espacio como en la historia.

La oportunidad de crear un vacío urbano condujo a la demolición de parte de la sala de trenes existente. Sin embargo, la preservación de la memoria de un lugar se logra a través de la preservación de fragmentos. El proyecto conserva parte del salón original y lo transforma como pieza central del proyecto. En una relación muy clásica, el nuevo edificio del MCBA actúa como fondo destacando la presencia de la antigua ventana arqueada como fragmento, protuberancia y principal protagonista del edificio desde la barandilla.

El edificio en general es relativamente hermético, para proteger las colecciones del museo, y por lo tanto tiene una fachada cerrada e introvertida a los rieles, en el sur, y una fachada más abierta, permeable y animada en el norte.

La planta baja se desarrolló como la prolongación de la plaza pública y alberga así los principales programas sociales, de cafetería, librería, entrada, auditorios, etc. Una vez dentro del foyer, el fragmento salvado revela todo su papel como componente sustancial estructurador de la nuevo MCB. Aquí, el arco tallado resuena con el tranquilo espacio de doble altura del vestíbulo y lo conecta con la vista de las vías del tren. También estructura el programa, organizando la circulación principal a los pisos superiores y separando las exposiciones permanentes y temporales.

La complejidad del programa se resuelve de una manera muy simple y sintética, cinco núcleos estructuran el programa en todos los niveles pero también ayudan como elementos constructivos estructurales y contienen la forma del edificio.

El piso superior está bañado por la luz natural proveniente de lucernarios trapezoidales modulares orientados al norte, difundiendo la luz y ofreciendo condiciones de iluminación óptimas para el arte.

Descripción

El museo se organiza en tres plantas conectadas por el vacío continuo del foyer que estructura la circulación.

En la planta baja contiene todas las funciones sociales del programa: foyer, librería, restaurante, auditorio y galería temporal de arte contemporáneo. La fachada en ese nivel es muy porosa, para que estas funciones internas estén en continuidad con el espacio público exterior de la plaza. En los niveles superiores, a ambos lados del foyer, se organizan los espacios expositivos. La galería permanente del Este está separada de la galería temporal del Oeste, y se pueden visitar juntas o en paralelo gracias a circulaciones verticales independientes, lo que permite futuras exposiciones integrales, así como colecciones cápsula más pequeñas. La conexión en la exposición permanente se concibe como un espacio social y de eventos, una escalera como auditorio para conferencias más pequeñas o inauguraciones.

El edificio ofrece dos fachadas, una opaca al sur y otra más abierta y animada al norte, creando un diálogo con la nueva plaza. La exposición a la luz de la fachada norte se minimiza mediante aletas verticales profundas entre las cuales se perforan ventanas altas y grandes. Las aletas están diseñadas para evitar que la luz solar directa entre en las zonas sensibles a la luz del edificio. El piso superior está iluminado naturalmente desde cobertizos modulares orientados al norte diseñados para filtrar y ajustar la luz solar. Los galpones poseen un sistema interno de persianas que permiten un control minucioso de la cantidad de luz que ingresa a las habitaciones así como la posibilidad de un ambiente atenuado.

Las fachadas de ladrillo evocan la historia industrial del sitio y ofrecen una textura, un patrón vibrante al monolito. En la plaza, el ritmo de las persianas verticales rompe la masividad del monolito y revela las aberturas. Por la noche, las persianas sirven de lienzo para difuminar la luz procedente del museo, transformando la fachada a la plaza.

La idea fundacional del diseño urbano de las plazas es crear un espacio público exterior en diálogo con los museos. Al igual que los edificios, integra fragmentos de su pasado industrial, las vías y el plato giratorio. También se plantarán algunos árboles altos para reforzar su lugar en la continuidad del espacio público con la plaza de la estación de tren.

Leé la nota original en inglés > https://arqa.com/en/architecture/mcba-musee-cantonal-des-beaux-arts.html