14.12.2015

Oscar Niemeyer en la mirada de Sebastián Crespo

…Me gustaría decir que la arquitectura no es importante… Lo importante, para mí, es la vida, los amigos, este mundo injusto que debemos convertir en un mundo mejor…

Me pide usted que hable de mi arquitectura, de mi vida, de aquello que me agrada y de lo que me hace sentir triste. Y voy a tratar de satisfacerle en pocas palabras. Me gustaría decir que la arquitectura no es importante, a pesar de que me ha hecho permanecer ligado a la mesa de dibujo durante sesenta años. Lo importante, para mi, es la vida, los amigos, este mundo injusto que debemos convertir en un mundo mejor. Hago solamente aquello por lo que me siento atraído, con la mayor libertad, convencido de que la arquitectura es antes que nada, invención. Además, creo en la intuición, viendo la creación arquitectónica como una cosa muy personal e intransferible. Cada arquitecto debe tener su propia arquitectura. En lo que respecta a la vida, siempre digo que, por desgracia, soy pesimista; encuentro al ser humano frágil y abandonado, sin ninguna perspectiva.

Pero la vida, hay que vivirla. Y, puesto que estamos todos en el mismo barco, debemos vivirla codo a codo solidarios. El resto lo hace el tiempo, y nosotros lo seguimos sin remedio. Contentos cuando pasamos un buen momento, las mujeres son hermosas, los amigos fraternales, cuando el cielo azul está lleno de estrellas. Tristes e indignadas cuando la vida se convierte en una madrastra cruel, la miseria crece y nuestros más pobres hermanos permanecen olvidados y sumidos en la desesperación. Y entonces, cuando la esperanza abandona el corazón de los honres, la revolución se impone. Creo, sin duda, en la inteligencia del ser humano., en que algún día estaremos volando por el cosmos, charlando con nuestros hermanos del espacio, pero siempre haciéndonos, inquietos, la misma pregunta: “Después de todo, ¿qué somos?”

Autor: Fragmento de la entrevista a Oscar Niemeyer realizada por Michael Kimmelman, para el libro Oscar Niemeyer de Matthiue Salvaing y Michael Kimmelman; Assouline 2009.

Artículo en: Revista Trama 116

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