26.12.2012

Foster + Partners re-imagina la Grand Central Terminal de NY en el año de su centenario

Norman Foster presentó en la Municipal Art Society de Nueva York su propuesta del Masterplan para reordenar la Grand Central Terminal de NY.

La Grand Terminal Central es uno de los puntos más famosos de Nueva York y representa quizás el más importante espacio cívico de la ciudad. Sin embargo, con el tiempo se ha convertido en víctima de su propio éxito. Un edificio diseñado para ser utilizado por 75.000 personas por día ahora suele recibir diez veces ese número de personas, alcanzado hasta un millón en los días pico. El resultado es un grave hacinamiento e insuficientes conexiones a las líneas de tren y metro por debajo de la explanada, lo que provoca muy malas experiencias tanto en los arribos como en las salidas de la terminal. Sumado a ello, las calles circundantes se encuentran frecuentemente atoradas con el tráfico vehicular marginando a los peatones. Además, el rápido crecimiento de altos edificios en las cercanías han prácticamente consumido a la Terminal.

El Masterplan presentado propone crear explanadas más amplias dentro de la estación, con nuevos y mejores accesos. En el exterior, las calles se re-configuran y son compartidas por vehículos y por peatones. En este contexto, la Vanderbilt Avenue se convierte completamente en una calle peatonal. La propuesta incluye la creación de nuevos espacios cívicos que proporcionarán a la Grand Central Terminal una configuración urbana adecuada para los próximos 100 años.

La entrada de la calle 42 hacia el sur, donde el acceso es muy limitado, se ampliará para completar la elevación utilizando las aberturas existentes y facilitar significativamente la accesibilidad. La entrada a través de túneles en el acceso norte de Park Avenue se re-equilibra a favor de los peatones mediante la creación de grandes espacios subterráneas a través del edificio Helmsley. La Lexington Avenue al este será arbolada con aceras más amplias y se beneficiarán con un gran acceso subterráneo a la terminal. La idea ya planteada de peatonalizar la Vanderbilt Avenue hacia el oeste se prolongaría. La calle se ancla al sur con un nuevo e importante espacio cívica entre la calle 43 y la entrada oeste de la terminal y al norte por una plaza que tendrá nuevos accesos a las líneas que llevan al East Side. Cafés, árboles y esculturas traerán vida y nuevos aires a la Grand Central Terminal.

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En los niveles de la plataforma y las explanadas, donde la congestión es especialmente crucial para los viajeros de las líneas 4, 5, 6 y 7, las áreas públicas de conexión se amplían radicalmente para hacer frente al enorme aumento del tráfico de pasajeros de los últimos 100 años. Esto transformará totalmente la experiencia de los pasajeros. Este visionario plan director, con un enfoque que prioriza a los peatones y a los viajeros, permitirá a la Terminal Grand Central recuperar su merecida estatura cívica como un importante símbolo de Nueva York y un adecuado centro de transferencia de transporte del siglo 21.

Lord Foster dijo: «El llamado de la Municipal Arts Society para estudiar los próximos 100 años de la Gran Terminal Central en el contexto más amplio de la ciudad y su espacio público representa un bienvenido e importante debate que ayudará a dar forma a la futura configuración de la ciudad. La calidad del espacio público de una ciudad refleja el nivel de orgullo cívico de sus habitantes y tiene un impacto directo en la calidad de vida de todos los días. El advenimiento del Long Island Rail Road East Side Access junto con el plan de re-zonificación del distrito, representan una oportunidad única para abordar los temas de acceso público y movilidad en torno a una de los terminales de trenes más grandes del mundo.”

Original Text in English
Norman Foster presented proposals for a masterplan to bring clarity back to Grand Central Terminal at The Municipal Art Society of New York’s annual Summit in New York last night. Grand Central Terminal is one of New York’s greatest landmarks and contains perhaps the city’s finest civic space. However, over time it has become a victim of its own success. A building designed to be used by 75,000 people per day now routinely handles ten times that number with up to a million on peak days.

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The result is acute overcrowding; connections to the rail and subway lines beneath the concourse are inadequate; and the arrival and departure experience is poor. Added to that, the surrounding streets are choked with traffic and pedestrians are marginalised. The rapid growth of tall buildings in the vicinity has all but consumed the Terminal. Within the station, the proposal creates wider concourses, with new and improved entrances. Externally, streets will be reconfigured as shared vehicle/pedestrian routes, and Vanderbilt Avenue fully pedestrianised. The proposal also creates new civic spaces that will provide Grand Central with an appropriate urban setting for the next 100 years.

The 42nd street entrance to the south, where access is severely constrained, will be widened to fill the entire elevation by using existing openings, thus greatly easing accessibility. The access via tunnels on the northern approach from Park Avenue will be rebalanced in favour of pedestrians by creating grander, enlarged underground spaces through the Helmsley building. Lexington Avenue to the east will be tree-lined with wider sidewalks and will benefit from more prominent and enhanced tunnel access to Grand Central Terminal. The idea already mooted to pedestrianise Vanderbilt Avenue to the west would be extended. The street would be anchored to the south by a major new enlarged civic space between 43rd Street and the west entrance to the Terminal and to the north by a plaza accommodating new entrances to the East Side Access lines. Trees, sculpture and street cafes will bring life and new breathing space to Grand Central Terminal.

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At platform and concourse levels where congestion is particularly acute for travellers on the 4, 5, 6 and 7 lines, we will radically enlarge the connecting public areas, to address the huge increase in passenger traffic in the last 100 years. This will transform the experience for arriving and departing commuters and passengers. A generous new concourse will be created beneath the west entrance plaza on Vanderbilt Avenue connecting directly into the main station concourse. This visionary masterplan with its focus on pedestrians and travellers will allow Grand Central Terminal to regain the civic stature that it deserves as a major New York landmark and an appropriate twenty-first century transport hub.

Lord Foster said: «The Municipal Arts Society’s call to study the Next 100 years of Grand Central Terminal in the wider context of the city and its public realm represents an important and welcome debate that will help shape the future form of the city. The quality of a city’s public realm reflects the level of civic pride and has a direct impact on the quality of everyday life. With the advent of the Long Island Rail Road East Side Access, along with the plan to re-zone the district, there has never been a better opportunity to tackle the issues of public access and mobility around one of the greatest rail terminals in the World.«

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