2.7.2004

La salud y el confort en su hogar asumen nuevos criterios

El baño sauna es una práctica milenaria iniciada en los países nórdicos y escandinavos, creada por la necesidad de sentirse bien, física y espiritualmente. Es un excelente estímulo para el bienestar corporal, y se ha expandido a nivel mundial por su comprobada e incuestionable eficacia.

Su acción sobre el sistema circulatorio.

Al introducirse al sauna (a una temperatura de 80º/90º C) el organismo experimenta una reacción que se manifiesta en el enrojecimiento de la piel, a causa del intenso calor seco. Esta congestión de la piel se debe a la constricción del plexo interno y a la vasodilatación del plexo superficial, es decir que la irrigación sanguínea presiona desde el interior hacia la superficie.
Luego al ducharse con agua fría, se revierte la acción, refrigerando el flujo sanguíneo.(Es importante tener en cuenta que la ducha de agua fría debe comenzar por los pies, subiendo paulatinamente y mojando por último la cabeza).
En sucesivas entradas al sauna y duchas frías (promedio de tres veces), obtenemos una mayor recirculación forzada y oxigenación de la sangre, logrando mayor irrigación cerebral (que ayuda a corregir artereoesclerosis), mejor oxigenación de los tejidos en general, y un mejoramiento notable de las funciones renales e intestinales.

Transpiración
A causa del intenso calor, el organismo pone en funcionamiento su sistema de refrigeración que es la transpiración. A travéz de ella, eliminamos toxinas y lubricamos la piel, que se torna más tersa y suave, ya que la transpiración es la mejor «crema natural», eliminando también problemas de acné, puntos negros, espinillas, celulitis, etc.

Dolores reumáticos y contracturales
El intenso calor seco del sauna es una excelente termoterapia, mejorando problemas reumáticos y articulares, ya que el shock térmico calor-frío-calor, elimina contracturas musculares en todo el cuerpo y beneficia la columna vertebral.

El más efectivo tranquilizante tensional.
La temperatura del sauna produce un estado de agradable aletargamiento; paulatinamente se va tomando conciencia de las reacciones y funciones corporales; y esto hace dejar de lado las preocupaciones y los problemas que nos aquejan diariamente.
Se llega a una tranquilidad mental acompañada de una distensión muscular que finalmente nos produce un profundo relax que nos beneficia como «inductor de sueño» y normalizador del sistema neurovegetativo.

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