HOGAR DE TIEMPO COMPLETO PARA ADOLESCENTES
carlaymagaUN MATBUILDING EN EL SIGLO XXI
Frente a las diversas crisis que sufren actualmente nuestros territorios tercermundias, (económicas, habitacionales, de valores, etc.) el bagaje conceptual generado por Smithson bajo la denominación Matbuilding, merece una atenta revisión y resulta una potente caja de herramientas a la hora de pensar en programas abocados a poblaciones vulnerables. El actual desarrollo de tecnologías orientadas a la industrialización y estandarización, amplifica el planteo de Smithson, lo vuelve más accesible, más democrático. Si consideramos que la mayor parte de la ciudad contemporánea se reproduce bajo lógicas informales en la búsqueda de soluciones habitacionales, el referente resulta más que oportuno.
SOBRE EL PROGRAMA
Cualquier vivienda, tenga esta las características que tenga, es el referente al que siempre se vuelve. En ella se tejen entramados muchos más densos de los que la propia arquitectura habilita. A su vez, la vivienda ha sido – y aun es – la principal unidad generadora de ciudad. Es un reproductor social: su calidad determina la calidad de la ciudad que genera. Pensar en vivienda de interés social exige focalizarse en poblaciones desatendidas y dentro de estas, encontramos a aquellos niños y adolescentes que han quedado en situación de desamparo familiar total. Los adolescentes en esta situación, son particularmente vulnerables ya que por un lado representan en nuestro país el 50% de la población de menores en tal situación. A esto se agrega su inminente expulsión del sistema que los contiene, al alcanzar la mayoría de edad. De cara al problema, se plantea un hibrido programático que resuelva tanto la vivienda, como la generación de herramientas para el desarrollo personal del adolescente: un hogar mixtopara chicos de entre 13 y 18 años, que cuente con un núcleo educativo-productivo autónomo, áreas habitacionales y recreativas. Se plantea un esbozo de programa abierto que pueda asociar su núcleo productivo a distintas coordenadas geografías.
LOCUS – LOCI
Actualmente, los programas de atención a niños y jóvenes en situación de desamparo, promovidos en su mayoría por el INAU, no cuentan con lógicas claras de localización en el territorio. Se apela sobre todo a camuflar los mismos en la trama urbana, con el afán de evitar posibles estigmatizaciones y de aprovechar la red de infraestructura consolidada. Los jóvenes son distribuidos según la disponibilidad locativa de los centros, olvidando cualquier espíritu que apele al arraigo y a la identidad. La influencia que el entorno tiene sobre la formación del individuo, no se contempla. De acuerdo a la naturaleza del programa y en virtud de volver a una escala más comunitaria que retome la identidad como valor, se intenta crear coordenadas teóricas que habiliten lugares posibles para implantar un hogar. Se plantean como consignas para un posible enclave que:
– Este vinculado a una localidad, teniendo la posibilidad de vincularse fácilmente con otras localidades, tal como un punto dentro de una constelación con facilidad de movilidad.
– Estar en la rótula entre lo urbano y lo rural, debido a que estos puntos facilitan la asociación a una actividad de interés productivo.
– Que cuente con servicios básicos tales como educación y salud.
– Que tenga algún tipo de identidad productiva
– Que posibilite generar arraigo a partir de una impronta territorial particular.
UN ENCLAVE
En esta línea, se ensayará entonces la ciudad de Rosario, Colonia. La misma se encuentra próxima a Colonia Valdense y Nueva Helvecia, equidistante de las dos capitales rioplatenses (Montevideo y Buenos Aires). Su población es de unos 10000 habitantes, cuenta con el hospital más completo de la zona luego de Colonia de Sacramento, centros educativos, plaza de deportes, canal de televisión abierta propio y dos emisoras de radio. La zona es conocida por ser una de las más productivas del Uruguay en cuanto a fruticultura, horticultura y lechería.
DE UNA CÉLULA A UN TEJIDO
Tanto el programa, como su coordenada geográfica se trataron asumiendo la fractalidad como estrategia, entendiendo ésta como aquella que opera reproduciendo lógicas similares a distintas escalas: la territorial a través de la constelación de centralidades y la del programa a través de la constelación de pequeñas unidades funcionales. Y a su vez, la modulación de cada unidad como múltiplo de la siguiente, para racionalizar recursos tecnológicos y habilitar la agregación de nuevas unidades funcionales. Esta capacidad agregativa, convierte al conjunto en una pequeña ciudad dentro de otra ciudad. Convierte al conjunto en una aldea.
LA FRACCIÓN ESCALAR
De esta forma, se parte de un módulo mínimo habitable: un área de descanso equipada para un adolescente y se realiza un primer ejercicio de agregación. De la sumatoria de estos módulos, surgen claves para la dimensionar un contenedor genérico y neutro, que a su vez, al asociarse a otros de su especie, pasa a conformar un clúster. Finalmente, tres de estos clústers conformaran el hogar: uno con fines habitacionales, otro con fines educativo-productivos y el último con fines recreativos.
UN PARÉNTESIS: EL MODELO
El contenedor neutro denominado UAM: unidad de agregación mínima, generó un estudio en paralelo donde se explicitaron soluciones estructurales, constructivas, sugerencias sobre instalaciones sanitarias y eléctricas, etc. En clave de manual hágalo usted mismo. De forma lúdica las UAMs invitan a ser puestas a prueba para distintos programas.
ARQUITECTURAS ANONIMAS
El porcentaje de personas que a lo largo de todas las fronteras autoconstruye sus propios habitares, es demasiado amplia para ignorarla.
No sólo eso, sino que en el otro extremo, una otra amplia cantidad de la construcción es implantada y erigida por la especulación inmobiliaria.
Y es paradójico pensar que es ésta, y no los profesionales urbanistas, la que ha decidido sobre dimensiones de predios, ubicación en las tramas urbanas, orientaciones densidades, etcétera. Y aún más: es la que ha pautado alturas mínimas de locales, que se han convertido en “estándares”, áreas mínimas, anchos mínimos de vanos, etcétera. Básicamente, la que ha construido la ciudad formal. Mientras que de la informal, la pobreza como va pudiendo crea sus solapes.
Es por esto que aquí se intenta dejar plasmado el esfuerzo por construir una alternativa. Aquella en la que el rol del arquitecto sea la de facilitador. Una especie de ser rótula entre la esfera del individuo que habita los espacios y también los construye, y las nociones que la academia otorga sobre espacialidades, materias y tecnologías.
En este sentido, pareció pertinente formular esta serie de contenedor neutros, aptos para colgar dentro de ellos, cual andamios de una escenografía, la vida misma de quien los ocupe. Y generar un ensayo, que chequeé al menos de forma teórica, algunos de sus posibles usos.
Información de la obra
- Estado: Proyecto
- Autores: Carla Firpo Magdalena Ponce de León
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