• Alberto Gorbatt ha publicado una actualización hace 6 años, 6 meses

    No es necesario que el ojo de la mente perezca después de la infancia.

    Imaginen un ojo no gobernado por las leyes de la perspectiva hecha por el hombre, un ojo carente de los prejuicios de la lógica compositiva, un ojo que deba conocer a cada objeto encontrado en la vida a través de una aventura de la percepción. ¿Cuántos colores hay en un campo de hierba para el bebé que gatea inconsciente del “verde”? ¿Cuántos arcoíris puede crear la luz para el ojo instruido? ¿Cuán atento a las variaciones de las ondas de calor puede estar ese ojo? Imaginen un mundo vivo con objetos incomprensibles y reluciente con la variedad infinita de movimiento e innumerables variaciones de color. Imaginen un mundo antes de ‘en el principio era el verbo’. Permitan que la así llamada alucinación entre al reino de la percepción, acepten las visiones en sueños, las ensoñaciones diurnas y los sueños nocturnos. No es necesario que el ojo de la mente perezca después de la infancia.

    Stan Brakhage, Metáforas sobre la visión, 1963
    Capítulo ‘Cine’ de la muestra MANIFIESTO de Julian Rosefeldt
    Fundación PROA