2.5.2012
Tetris: Ecole Secondaire de Genolier, Switzerland
La escuela, situada cerca de un bosque en Genolier, Suiza, a través de sus grandes ventanas, se abre totalmente a sus alrededores arbolados. Imagínese a nuestros hijos, encaramados en la belleza salvaje del follaje... un lugar fuera de todo, entre el cielo y la tierra, donde sólo reina la belleza implacable de una luz diáfana de color verde, el dulce sonido del canto de las hojas agitadas por el viento, una atmósfera fascinante por su tranquilidad en armonía con la idea de estar en un lugar de aprendizaje. Imagine una escuela que basa su estética plástica en la selva. Una belleza que interpreta una sinfonía musical al ritmo de la casualidad y la repetición, para capturar, jugar, vivir las emociones que nos regala la naturaleza. El edificio se desarrolla en silencio... al dialogar con la naturaleza, su presencia es mínima. El patrón de repetición utilizado para el proyecto de las aberturas de fachada tiene sus raíces en el entorno que caracteriza el lugar. Un zoom macroscópico sobre el follaje nos ofrece una pixelización que constituye el patrón con el que se diseñan las aberturas. El famoso juego del Tetris anima las fachadas y hace que la luz le otorgue a la escuela un aire lúdico. La fachada norte nos da la bienvenida... esta entrada a la nueva escuela a su vez se conecta con el complejo existente a través de un gran paso, un puente de cristal de geometría rota que puede servir de tribuna al aire libre para actividades deportivas. Los espacios de circulación son generosos, crean lugares de encuentro y proporcionan ámbitos aptos para aplicar nuevos métodos de enseñanza. Los colores también tienen su fuente en el bosque cercano mediante la restauración de un concreto de color marrón que evoca los troncos de los árboles. En el interior se expresan las variaciones cromáticas de la luz en las cuatro estaciones: otoño, naranja para el nivel más bajo, el invierno de color marrón en la entrada, verde primavera en el primer piso y color verde-azulado en el segundo piso. En los cuartos de baño el color es azul... penetra en las paredes de madera y en el techo de los gimnasios donde el suelo refleja un cielo azul. El edificio utiliza el principio de grandes luces, dos paredes de hormigón de 40 centímetros de espesor que abarcan los dos niveles de aulas soportan un arco de 32 metros de longitud. De esta manera el gimnasio, libre de cualquier soporte intermedio, se puede subdividir para el desarrollo de distintas actividades. En términos de sustentabilidad y mantenimiento, los materiales utilizados en el exterior proporcionan una durabilidad que resiste a las inclemencias del tiempo: un material inerte como el hormigón y un techo compacto completamente resistentes a la humedad del ambiente que genera el bosque cercano.
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The building is located near the forest and its large windows fully open the school on its wooded surroundings.
Imagine our children, perched in the wild beauty of foliage, about to sprout from vertigo that comes from the rise of knowledge… A place outside any, between heaven and earth, where reigns only the relentless beauty of a diaphanous light colored green, the sweet sound of singing of leaves blowing in the wind, a spellbinding atmosphere by its serenity in harmony with all the idea that there is a place of learning.
Imagine a school which draws its plastic aesthetics of the forest. A beauty who plays a musical symphony to the rhythm of chance and repetition, to capture, play, live emotions that nature gives us.
The building unfolds quietly because dialogue with nature, respect for the latter, out of modesty, its footprint is minimal: as a result of deforestation is reduced, the search also.
The repeating pattern used for the definition of the openings of facade has its roots in the plant environment that characterizes the place. Zoom on the macroscopic foliage delivers us a pixelization constituting the frame in which the openings take place. The famous arcade game Tetris animates the facades and makes light of the serious idea of a school to give it a more playful.
A door-to-north false facade welcomes the entry of the new school which is in turn connected to the existing complex through a large entry step outside that can serve as bleachers for outdoor sporting activities. A glass bridge, geometry broken, connects the two schools.
The program follows a hierarchical organization clear down the access and sport, the top areas of learning, this spatial arrangement is enhanced by the multiple external environments and their lights.
The circulation spaces are generous because we must accommodate students, create meeting places and provide surfaces for new teaching methods.
The colors also draws its source in the nearby forest by restoring a concrete-colored brown, evoking the tree trunks. Inside, the chromatic variations borrow light of the four seasons, autumn orange for the lower level, the winter-brown at the entrance, spring green on the first floor and was green-blue in the second floor. The bathrooms are blue, penetrates to the wood walls and ceiling of the gyms where the soil reflects the blue sky.
The building uses the principle of large spans, two concrete walls 40 inches thick and encompassing two levels of classes materialize an arc of 32 meters in length through which the gym is divisible released any intermediate support.
In terms of sustainability, maintenance, materials which constitute the outer shell provide durability that resists the vicissitudes of time: an inert material such as concrete, and a compact roof completely resistant to ambient humidity generated by the near the forest.