«Carré Lumière», en Bègles

Como parte de este proyecto urbano, supervisado por el SAEMCIB (Société Anonyme d’Economie Mixte de Construction Immobilière de Bègles) e impulsado por el gobierno local, el objetivo fue ser ejemplo viviendas para la comunidad, buscando explorar nuevas propuestas dentro de la industria.

La solicitud se basó en 4 principios fundamentales:
1 – Reinventar las viviendas comunitarias, considerar formas intermedias de hábitats que combinen la necesidad de privacidad junto con el disfrute de la socialización. El «Carré Lumière» reúne las mismas cualidades que una vivienda unifamiliar (el sentido de la privacidad, espacios exteriores individuales, independencia y espacio al aire libre de fácil acceso) sin las desventajas en términos de impacto ambiental (contaminación visual y atmosférica, consumo excesivo de tierra).

2 – Para que las personas puedan vivir en un lugar que puede evolucionar con ellos. Bègles es más bien una «forma de movimiento». Es un envoltorio maleable que tiene el potencial de duplicar su tamaño a futuro, y por lo tanto, duplicar su capacidad. Cada apartamento puede cambiar su jardín de invierno para convertirlo en un espacio interior con el fin de ampliar su sala de estar. En respuesta al crecimiento de una familia, los habitantes pueden agregar una habitación en el área que ya se ha construido, y por qué no, siempre pueden retirarlo una vez que los niños han dejado el hogar.

3 – Da un ejemplo de «austeridad económica»
Bègles fue construido a un costo de 1.000 € por m², un precio muy por debajo del precio actual en esta región, y el doble de la superficie. Este resultado fue posible gracias a la labor de racionalización, control y gestión del presupuesto, asi como de la sobriedad arquitectónica.

4 – Modelo climático sostenible
Los requisitos de planificación urbana, permitieron a LAN utilizar un modelo climático híbrido, que complementa el clima de esta parte de Francia. El diseño bioclimático está a medio camino entre un modelo nórdico aislado y un diseño estilo patio mediterráneo. Se basa en el principio de la compacidad variable, que introduce la noción de la adaptación de la vivienda. Todos tienen la opción de utilizar su espacio al aire libre como una barrera contra el viento, un invernadero, o como una unidad de refrigeración. Esto se conoce como arquitectura inter-estacional.

Los dos edificios están alejados de los estándares actuales de la producción de viviendas: el edificio se implanta a sólo siete metros de profundidad, construido como un estacionamiento y decorado con motivos industriales. A pesar de algunos de los aspectos radicales de este proyecto, se convirtió rápidamente en un hito fundamental de la identidad de este nuevo distrito.

Umberto Napolitano

Visitá el texto original en inglés > http://bit.ly/1l7pQk7