ANIMA, diseño esquemático de un centro cultural en Italia

Situado en la periferia de la trama urbana, entre el mar y las montañas que caracterizan el paisaje del lugar, el edificio es claramente visible e inmediatamente accesible desde la carretera del Adriático. El diseño espacial se caracteriza por la excepcional flexibilidad de sus plantas, de sus sistemas estructurales, y del movimiento vertical (escaleras, ascensores) organizado de tal manera que pueda adaptarse a las demandas cambiantes.

La decisión de confiar esta tarea a Bernard Tschumi se basó en su amplia y variada experiencia diseñando proyectos culturales. El nombre del proyecto, ANIMA, es el resultado de un referéndum público que unió las iniciales de los siguientes conceptos: A de Arte, N de Naturaleza, I de Ideas, M de Música y A de Acción. Estas son las «cinco almas» que Bernard Tschumi utilizó para generar la idea conceptual del proyecto: una identidad en constante cambio. El edificio será un catalizador de los intereses del pueblo, la interacción y la sinergia, promovidas por los clientes que entienden la arquitectura como un proceso, más que como un producto final.

Vincenzo Marini Marini, presidente de la Fondazione Cassa di Risparmio di Acoli Piceno y Luigi Merli, Alcalde de Grottammare, declararon que «la base para el encargo del proyecto se expresa como la voluntad de apoyar y fomentar el desarrollo económico de la comunidad, como un proceso para fortalecer los vínculos de las personas con el territorio con el que se identifican, como un medio para el progreso del conocimiento local y, finalmente, como un medio para mejorar la calidad y cantidad del turismo que fluye en la zona «.

El objetivo de ANIMA es ser la sede de las diversas formas de la cultura local que se expresan a través de medios artísticos, gastronómicos y medioambientales. El objetivo es promover el encuentro, la interacción y el intercambio a través de extensas actividades: espectáculos, exposiciones, conferencias y talleres que describan el territorio existente y prevean sus posibilidades para el futuro. El proyecto se configura así como un espacio dinámico, en constante evolución, un punto de excelencia que ayudará a generar actividades, alentará a los grupos de la comunidad y fomentará la productividad local, convirtiéndose en un generador urbano para el desarrollo de la zona. Un centro de excelencia para la creatividad de recursos locales.

El área sobre el cual se encuentra el edificio coincide con el pequeño centro medieval de Grottammare, de poco más de 7.000 m2. El proyecto recuerda el corazón histórico de la ciudad, no sólo por su tamaño, sino también haciendo referencia al concepto de urbs. El exterior de ANIMA se presenta como una única entidad con una fuerte presencia, un cuerpo compacto, una plaza que de alguna manera alude a la noción de caja y de protección. Sin embargo, al mismo tiempo, transmite la imagen de un espacio arquitectónico en estado de constante devenir. Una reflexión sobre la definición de la fachada es de hecho lo que llevó a Bernard Tschumi a crear una solución informal para las superficies verticales que encierran el edificio. Estas paredes encuentran su expresión más fuerte en el lado sur, desde donde se accede a los espacios interiores del edificio. Visto desde el exterior, el volumen se entiende como un elemento reconocible que existe en función de los recursos en la zona y que se resuelve como un edificio contextualmente permeable y receptivo.

Al entrar en el cuerpo cuadrangular, el visitante se encuentra en un espacio parcialmente fragmentado que se entiende tanto por su interior como por su exterior. La complejidad del espacio está determinada por la rotación del gran volumen rectangular que ocupa el centro de la construcción y que contiene la sala principal con 1.500 asientos, la cual que se configura de acuerdo a las distintas capacidades requeridas. La rotación del volumen crea cuatro grandes patios. La sala principal se abre creando en el extremo una serie de vías fluidas y dinámicas atravesadas por el ojo del visitante. Un sistema de rampas permite el movimiento, y crea variadas perspectivas a diferentes alturas, cada una de las cuales ilustra nuevas formas para entender el espacio. Adyacente a la sala principal se ubican una serie de laboratorios y oficinas, la cafetería y espacios auxiliares que completan el resto de la construcción.

Bernard Tschumi, en su descripción del proyecto, dice: «¿Se puede diseñar una fachada sin recurrir a la composición formal? ¿Se puede diseñar una fachada que no sea ni abstracta ni figurativa, sin forma, por así decirlo? Nuestra motivación al formular estas preguntas fue tanto económica como cultural: en un momento de crisis económica, desarrollar geometrías formales hechas de curvas volumétricas complejas no parece ser una opción responsable. El tiempo del «iconismo», junto con las formas escultóricas arbitrarias del pasado reciente, a menudo sin tener en cuenta el contexto, el contenido, o el presupuesto, parecerían haber terminado.»

Con la presentación del diseño esquemático, el equipo de arquitectos, coordinado por Alfonso Giancotti, ha comenzado a desarrollar las siguientes etapas del proceso de diseño de ANIMA, cuya construcción se estima que comenzará a principios de 2014.