Concurso Colegio de Abogados de La Plata, 2do. Premio

Estos últimos tienen un grado de valor histórico, pero por sobre todo un valor social, ya que la ciudad de las diagonales tiene una fuerte relación con los edificios denominados “academicistas”. Cada lugar que nos toca operar como arquitectos, tiene su historia y su carga emocional, tiene “huellas”, tal como explica a continuación el urbanista Freddy Garay:

“La ciudad es una de las huellas que la sociedad va dejando sobre el territorio, es el soporte material de una estructura social. Puede decirse que hay un trabajo a través del cual la sociedad va transformando el territorio para convertirlo en su hábitat. Si aceptamos que la transformación del medio es el resultado del trabajo, la pregunta es cuál es el producto. La parcela es ese producto; trata de una unidad territorial que a partir de sus condiciones naturales o como resultado de un proceso de trabajo ofrece determinados atributos (naturales o construidos), que la hacen más o menos adecuada para sostener determinadas actividades sobre el territorio.”

De esta forma podemos entender a cada parcela como una serie de capas superpuestas, un concepto de “layering”. Todo lo que alguna vez estuvo, forma parte del lugar y está presente en la conciencia colectiva. Es decir, los abogados y los habitantes de La Plata en general, asocian la esquina de la calle 14 y 47 al histórico colegio de Abogados. Por tal motivo se decidió no demoler la totalidad del edificio existente, sino incorporarlo al diseño y transformarlo, dándole una nueva significación y valoración.

Se dotó al Colegio de Abogados con una pertinente imagen institucional entendiendo que ésta es la sede que los colegiados, los profesionales y el personal, se merecen. Cada decisión tomada tiene por objetivo último: DIGNIFICAR LA PROFESIÓN, LA ATENCIÓN Y LA CALIDAD QUE ESTA SEDE DEBE OFRECER A SUS MATRICULADOS. Se desea transmitir por un lado una imágen clásica / histórica / academicista que refuerce lo tradicional de la disciplina de la abogacía, pero a la vez transmitir un nuevo futuro, con un edificio contemporáneo que posicione al colegio de abogados en el siglo XXI.

En cuanto a lo Urbano-Morfológico la conservación de la fachada histórica logra sobre la Calle 47 respetar la escala de baja densidad manteniendo la armonía de la cuadra, y sobre la Calle 14, que representa un importante eje en crecimiento, acompañar morfológicamente la escala de edificios de altura considerable.

Si bien se mantiene la fachada existente, se demolerá todos aquellos elementos e intervenciones que fueron agregados o anexados a lo largo del tiempo devolviendo a la fachada su característica histórica. Sobre la calle 47 se completa la fachada del edificio con una pieza arquitectónica (Portón) que ayuda a fusionar al edificio con el contexto inmediato.

La fachada se vuelve protagonista tanto hacia el exterior como hacia el interior, que con su ladrillo visto, brinda color y textura al hall del edificio. La piel de vidrio se despega de la fachada generando una suerte de patio seco sobre todo el perímetro. La estructura del nuevo edificio se despega del edificio histórico en todo momento, diferenciando “lo nuevo y lo viejo”, y bañando de luz natural a todo el hall. Se genera un equilibrio armónico entre todos los elementos intervinientes.

Se conforma un amplio jardín en planta baja que resulta ser un “oasis” en plena ciudad y un escape visual. La propuesta paisajística incluye entre otras cosas un jardín vertical y un árbol de jacaranda. El jardín representa un espacio de uso sumamente flexible donde se pueden realizar eventos fuera de los horarios habituales, contando con un acceso independiente quedando integrado a la vía pública. La expansión de la biblioteca en el entrepiso, ofrece un lugar de lectura y contemplación balconeando sobre el jardín.

La Estructura se resuelve íntegramente en hormigón armado. Se logra una planta totalmente libre sin apoyos intermedios descansando en el núcleo de servicios y en una viga perimetral. Ésta apoya en una serie de tabiques que hacen a la vez de parasoles. Estos últimos se intensifican en la fachada hacia el oeste para controlar el sol de la tarde. La planta, libre de apoyos, aporta al proyecto gran flexibilidad y adaptabilidad hacia el futuro.

En la planta baja se desvían las cargas hacia el interior despegándose de la línea municipal para lograr la convivencia deseada con la fachada existente. En el subsuelo se resuelve la luz para la sala de conferencias con un casetonado de 90 x 90.

La instalación de aire acondicionado estará compuesta por un sistema VRV (Volumen de Refrigerante Variable) frio calor. Las unidades condensadoras se colocaran al exterior en el nivel terraza y la distribución del aire acondicionado en los distintos locales se realizará por medio de unidades evaporadoras tipo cassette. En los dormitorios del 3º Piso se colocaran unidades evaporadoras tipo baja silueta para conductos. La cañería de interconexión por donde circulara el refrigerante se realizara por medio de cañería de cobre que circularan por sobre el nivel del cielorraso, las montantes de las mismas se ubicara en el pleno ubicado en los sanitarios.

La renovación del aire se producirá inyectando aire exterior en los retornos de las unidades evaporadoras. El control de las unidades se puede realizar colocando controles individuales en cada unidad interior o colocando un sistema de control centralizado para poder comandar todas las unidades desde un solo lugar.