20.8.2014
Cabina en la montaña, en Austria
Encajando en el paisaje como si fuera un establo, el edificio, que es un buen ejemplo de la utilización homogénea de materiales, en este caso, hormigón en bruto cuidadosamente trabajado, se destaca del verde de la pradera y el blanco del invierno.
Su color gris ceniza sólo contrasta un poco con las pesadas puertas delanteras de roble y las barandas de color antracita se mezclan con las ramas del bosque circundante. Como si estuvieran grabadas, las ventanas cuadradas de diferentes tamaños se extienden a través de las paredes, y todo su efecto sólo se logra en las esquinas.
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