Complejo de Monitoreo del Túnel Hausmannstaetten, en Austria

Con el objetivo de causar el mínimo impacto visual, el edificio ha sido concebido como parte del paisaje, implantado a lo largo de la carretera y en la cota más baja. De esta manera funciona como un terraplén que se sitúa en los límites del nudo y sirve simultáneamente de barrera acústica. Las cubiertas verdes, que contribuyen al control climático del edificio, se integran en el paisaje verde de los campos de cultivo. La organización de los edificios alrededor de un patio común, contribuye también a la protección acústica del lugar.

Por un lado, el complejo aprovecha la topografía como una forma para minimizar el ruido y el consumo de energía y para concentrar los accesos. Por otro lado, el lenguaje arquitectónico, de gran claridad y simplicidad formal, suaviza el impacto de los edificios en el paisaje y estabiliza un entorno muy complejo y heterogéneo. El complejo de edificios en la entrada oeste del túnel Himmelreich em Hausmannstaetten establece una diálogo consistente con el paisaje que lo rodea. A pesar de la gran dimensión de la estructura, la implantación continua a lo largo de la entrada al túnel minimizando el impacto visual e integrándose con el paisaje.

Las cubiertas ajardinadas acompañan la línea de la carretera a la misma cota de los terraplenes existentes en el solar y de los terrenos vecinos. Hechos para permitir la construcción del túnel, estos terraplenes han sido solo parcialmente adaptados y, en combinación con las cubiertas, forman la nueva topografía del terreno. Así, la vista desde la carretera da la impresión de ser un paisaje continuo, pasando sobre las cubiertas verdes del complejo hacia la cuenca de Graz y sus campos de cultivo.

El complejo se caracteriza por un lenguaje arquitectónico de gran claridad y pragmatismo. El objetivo era estabilizar el área envolvente, dominada por crecimientos suburbanos de casas aisladas e instalaciones comerciales. La simplicidad y discreción del complejo contrastan así con la heterogeneidad del entorno y ayudan a controlar el impacto de las nuevas construcciones en el paisaje. Además de la extensa área de cubiertas y de los terraplenes ajardinados, perfectamente integrados en el verde de los campos de alrededor, todos los materiales usados son extremadamente resistentes y de larga duración. En los exteriores se ha utilizado mayoritariamente hormigón, capaz de soportar el desgaste causado por las duras condiciones climáticas de la región. Por otro lado, en los interiores se han utilizado materiales como la madera, el acero y el vidrio industrial, que definen también la apariencia más ligera de las fachadas. En áreas específicas, como el área de lavado, han sido utilizados otros materiales de extrema resistencia como el acero inoxidable, resistente a la corrosión causada por el vapor de agua.