Centro Cívico Rafaela

La arquitectura del Centro Cívico y la plaza urbana que lo preside jerarquizan ante la sociedad su capacidad de representación, a la vez que se configuran como estructura posibilitante, escenario de asambleas, reuniones y celebraciones; un lugar para eventos culturales y políticos pero también de reivindicaciones sociales, convirtiéndose así en el marco arquitectónico y urbano para el fortalecimiento del sentido cívico y de los sentimientos de pertenencia e identificación regional. Se trata, en definitiva, de un lugar de encuentro de la sociedad consigo misma, y de ésta con el Estado.
El Centro Cívico de Rafaela ofrecerá una nueva escala de proximidad de los ciudadanos con sus gobernantes, posibilitando una recuperación de lo local y lo regional, convirtiéndose en la imagen y símbolo de su representación y en elemento clave de la integración provincial.
Bajo la consigna «la arquitectura está antes de la arquitectura en el lugar», se desarrollaron las primeras ideas proyectuales, con la convicción de que saber leer el lugar en donde se emplaza un proyecto es un dato primordial para encontrar con nitidez la identidad del mismo.
El emplazamiento del Centro Cívico requirió que la lectura del terreno y su entorno, y la valoración de que las vías de acceso y sus orientaciones, tuvieran un doble alcance; por un lado, a escala urbana, y por otro, a escala regional. La Ruta Nacional 34, eje estructurador de la Región 2, ofrece al predio del Centro Cívico conectividad a escala regional, mientras que el Bulevard Roca actúa como arteria de pertenencia urbana a la ciudad de Rafaela, conectando al Centro con el área institucional e histórica de la ciudad.
La primera decisión fue colocar el edificio recostado sobre el lado este del predio, y dejar una importante plaza cívica sobre la Ruta Nacional 34. Esto no sólo ayuda a visualizar y jerarquizar el edificio, sino que permite que éste no arroje sombras sobre la misma y su fachada principal de ingreso sea visualizada con plenitud.
El diálogo permanente entre la plaza y el edificio son la fundamental expresión del carácter cívico y democrático del conjunto. La valorización de la plaza como espacio público significa su reconocimiento como el lugar de todos sin exclusiones, lugar de encuentro y ámbito de ejercicio de ciudadanía.
Es por ello que el proyecto ha dado tanta importancia al espacio público como a la arquitectura, entendiendo que -como ya ocurrió en los Centros Municipales de Distrito de la ciudad de Rosario- este tipo de dispositivo arquitectónico genera un proceso estructural de transformación del entorno, tanto a escala de la ciudad como a escala regional, dado su carácter simbólico e institucional.
Esto repercutirá en la consolidación de nuevas centralidades y en la recalificación del entorno, posicionando a Rafaela como un nodo estratégico de intercambio de información y capacidades en el contexto de la red territorial de la Región 2.
El edificio como caja de cristal significará un elemento singular de día por la calidad de los reflejos y su permanente variación a las distintas luces del amanecer, del mediodía y de la puesta del sol. De noche se convertirá en una lámpara de escala urbana y regional, símbolo del rol que ejerce: garantizar la existencia de un Estado presente y cercano.

El Centro Cívico, edificio emblemático de la descentralización, se organiza en cinco áreas principales:

Área de Coordinación Regional
Sus funciones son la coordinación general de la gestión descentralizada, las relaciones institucionales con actores públicos y privados de la región, y la promoción de mecanismos de participación ciudadana.

Área de Planificación y Gestión Territorial
Identifica proyectos de escala regional para la transformación del territorio. Evalúa y acompaña planes locales, sectoriales y /o zonales en el marco del Plan Estratégico Regional. Incluye: Área Socio- Institucional, Área Físico- Ambiental, Área Económico- Productiva y Sistema de indicadores regionales.

Área de Participación y Concertación Social
El edificio incluye un sector para la cultura, la participación y las relaciones institucionales (auditorio-teatro y múltiples espacios para trabajos grupales, salas de reuniones y videoconferencias), que deberán expresar el concepto de participación ciudadana y consenso institucional.

Área de Formación
Un espacio de usos múltiples para encuentros, diseño e implementación de programas vinculados al desarrollo, a la potenciación regional y a la formación de agentes de desarrollo y líderes locales.

Área de Servicios al Ciudadano
Destinada a coordinar servicios territoriales específicos de los diferentes ministerios que necesitan ser garantizados desde el Nodo. Incluye servicios sociales, culturales e institucionales, coordinación de obras y servicios públicos, y servicios de apoyo al desarrollo productivo. Incluye: Gabinete de Infraestructura y Servicios Públicos, Gabinete Económico-Productivo, Gabinete Social y Gabinete de Gobierno, Justicia y Seguridad.

El edificio cuenta con una superficie cubierta de 7800 m2 destinados a las principales áreas de atención al público y 3100 m2 para estacionamientos y espacios técnicos. Se resuelve en dos plantas superiores con las áreas de acceso más restringido (coordinación, planificación y servicios), una planta baja que reúne los usos públicos (recepción, auditorio y salón de exposiciones, un área de formación, bar y banco) y un nivel en subsuelo con estacionamiento para 70 vehículos, salas de máquinas, depósitos y mantenimiento.
Se construye alrededor de un gran espacio interior de altura variable, iluminado por patios interiores que permiten ver el cielo y que es un espacio multifuncional en área central, su corazón. Este espacio es el que permite el encuentro a través de actividades múltiples entre la sociedad y el gobierno, siendo lugar de exposiciones culturales y artísticas, como también de los proyectos y obras que realizan.
La existencia de la escalera mecánica complementando los ascensores y escaleras normales convierten la planta baja y la planta primera en una sola, al permitir la circulación entre dos niveles en forma fluida y sin esfuerzo.
El edificio está planteado a partir de una doble estrategia estructural, una modalidad convencional de bases y columnas para el soporte del subsuelo y un sistema de cuatro pilas que sostienen una grilla superior desde la cual cuelgan las losas superiores liberando totalmente la planta baja, resultando un espacio diáfano y flexible. De estas estrategias estructurales resultan componentes alivianados, con un óptimo rendimiento de los materiales, tanto en los tensores como en las losas.
Estas condiciones permiten una extraordinaria flexibilidad en la organización de los espacios, tanto en la disposición proyectada actualmente como en futuras posibles modificaciones o adaptaciones a nuevas demandas funcionales.
Una doble piel circunda la totalidad del edificio, conformando una cámara de aire ventilada que opera como protector climático, compuesta por un frente exterior (perfiles autoportantes de vidrio) sin protección solar de ningún tipo, una cámara de aire y un cerramiento interior con elementos de seguridad y oscurecimiento regulable de acuerdo a las demandas del programa.
La utilización preponderante del cristal, un material ecológico y seguro con mínimas condiciones de mantenimiento, nos otorga un mayor ahorro energético a partir del libre control de la luz natural y, por otra parte, nos permite ir variando las condiciones de apertura y ventilación en todo el perímetro del edificio.