Casa GDR, en Santa Fe

Siguiendo esta línea, y además comprometidos en la máxima reducción posible de presupuesto sin reducir por eso las solicitaciones programáticas, llevamos este requerimiento a su mayor racionalización: decidimos utilizar los perfiles con su luz total de fábrica -12m-, a fin de evitar cortes que generen desperdicios. Es así que el punto de partida de la vivienda es un prisma de 12 m de lado por la doble altura requerida -planta baja y alta-.

Ahora bien, este prisma resultaba económico respecto a los requerimientos estructurales, pero no lo era en cuanto a la masa total construida, que implicaba un exceso de superficie cubierta respecto a la necesaria según el programa requerido. Encontramos en esta dualidad una doble oportunidad: formal -la sustracción de partes para la reducción de superficie cubierta nos coloca frente a la posibilidad de operar sobre ese prisma inicial a través del contraste entre llenos y vacíos- y programática -esos vacíos, son posibilitantes del enriquecimiento espacial y vivencial de la planta alta de la vivienda a través de terrazas que funcionaran como extensiones del área de los dormitorios-.

Resultan de este planteo una serie de operaciones en las que, sobre una estructura definida e inmodificable, operamos sobre el espacio que esta circunscribe mediante el contraste lleno/vacío, en un ida y vuelta entre las intenciones formales y las situaciones de vacíos que el programa posibilita -terrazas- o demanda -ingreso/garage-.

Por último, el espacio de la galería quincho, se resuelve como un elemento diferenciado pero articulado al volumen de la vivienda. Se corresponde con esta decisión formal la jerarquización programática que éste lugar requería, como extensión y espejo exterior de los espacios interiores -tanto del espacio de estar como del espacio de cocina y comedor diario- y también como lugar de transición al exterior.