Casa Ching

La casa se forma a partir de dos volúmenes básicos los cuales separan el espacio privado del social, éstos se dividen por medio del jardín y se conectan por el acceso principal.

Desde la calle se observa parte del interior, esto permite generar varios niveles de lectura, genera una percepción de amplitud y permeabilidad. Al ingresar al vestíbulo, se encuentra una doble capa de vidrio que da una visión transversal hasta el fondo del jardín, jugando con la profundidad.

El volumen de concreto contiene una planta abierta con variaciones de alturas, distribuyendo en planta baja el área común (Cocina, comedor, Sala), y en el mezzanine el estudio y un cuarto oscuro de fotografía. Para generar privacidad entre las habitaciones, éstas se colocaron a los extremos del volumen de zinc separados por el bloque húmedo (baños, y lavandería).

Se aprovechó el recorrido del sol para crear sombras y cambiar los espacios conforme a las horas del día y el uso de los espacios. La luz se convierte en uno de los elementos principales, comportándose como una textura que genera atmósferas cambiantes.

Se escogió una gama de colores (blanco, negro y gris) para delimitar y enmarcar los espacios. Las texturas del concreto y zinc refuerzan las líneas puras de la casa. Se buscaron materialidades básicas como el concreto y el zinc para acentuar la simplicidad del proyecto. Las piedras utilizadas en los jardines, son los únicos elementos minerales escogidos también con un tono gris para mantener la sobriedad del conjunto.

Los jardines funcionan como patios, espacios contemplativos de la casa produciendo una sensación de silencio y tranquilidad que rebota en su interior.