15.6.2015
Casa Apaisada
En un sitio periférico de la ciudad, suburbano, de parcelas generosas, todavía poco intervenido, con complicidad y en sintonía con lo natural, hoy principal característica del contexto, se proyectó esta vivienda de proporciones y materialidad que acatan y veneran las cualidades del entorno.
Negando la peor orientación y acentuando su introspección, en su fachada principal, se muestra ocupando casi todo el ancho del terreno, sin ofrecer demasiadas insinuaciones de lo que ocurre en su interior. En su proporción marcadamente apaisada, acentuada por el plano horizontal de la cubierta de hormigón visto, sobresale un cubo metálico oscuro que contiene la doble puerta del ingreso.
Además participan dos grandes paños ciegos, uno revestido con cantos muy delgados de piedra laja hacia un lado, y otro con placas de madera tecnológica las cuales se introducen en el interior dando continuidad al material, revistiendo el hall de ingreso y parte del comedor.
Al ingresar se presenta una imagen contrapuesta a la descripta ya que aparece una gran superficie vidriada que recorre todas las estancias públicas y por su transparencia permite visualizar todo el parque. En forma paralela acompaña una galería que protege y ofrece alternativas de uso potenciadas por el clima característico de la región.
La casa se organiza en dos ejes principales: norte-sur recorre garaje, cocina, estar, comedor y dependencias de servicios, mientras que en el este-oeste se ubica toda el área privada finalizando en la suite.
Es recurrente en el estudio la búsqueda de las proporciones adecuadas al contexto, la expresividad en la materialidad, la simpleza en las formas, la relación interior-exterior pretendiendo siempre dar sentido a los lugares.
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