3.8.2018
Busan Opera House
La Ópera en la actualidad no sólo representa una identidad cultural, es mucho más que eso, está ahí para formar, moldear, crear y manifestar nuestra conciencia cultural. La Ópera ya no es sólo un parque pasivo para una determinada élite, sino que puede llegar a ser un espacio interactivo y democrático que responde a nuestras ambiciones y expectativas. Su creador, el estudio noruego Snøhetta, es uno de los invitados a la BIA-AR 2018.
La Ópera en la actualidad no sólo representa una identidad cultural, es mucho más que eso, está ahí para formar, moldear, crear y manifestar nuestra conciencia cultural. La Ópera ya no es sólo un parque pasivo para una determinada élite, sino que puede llegar a ser un espacio interactivo y democrático que responde a nuestras ambiciones y expectativas. La Ópera puede convertirse en la expresión cultural más importante de las sociedades urbanas desarrolladas.
La Ópera de Busan es un lugar de encuentro, un lugar para reunirnos en un contexto cultural común. El proyecto para la Busan Opera House se diseñó a partir de nuestra experiencia en edificios para la ópera contemporánea, incorporando el concepto de la atracción interactiva con una tipología abierta y acogedora.
La forma de la Busan Opera deriva de su propio contexto cultural. La base del lay-out hace referencia a Kun (Cielo) reunido con Kon (Tierra), que a su vez se reúne con Kam (Agua). Los trigramas clásicos de estos elementos describen el sitio y a su vez hacen referencia a las relaciones históricas y filosóficas que son de gran importancia para la cultura coreana. La leve flexión de las superficies en el diseño de Snøhetta expresan las barras de los trigramas ligeramente deformados para tocar y conocer a los demás de una manera sutil.
La geometría del edificio se compone de dos curvas opuestas. La curva inferior arqueada es un puente entre el sitio y el edificio que se ancla en el suelo. La curva superior abarca el cielo y la Ópera, creando así una interacción entre ambas superficies, donde la tierra toca el cielo y las montañas tocan el mar. Las cuatro esquinas del edificio conectan la ciudad y el lugar con el mar. Dos de estas esquinas se levantan para formar una entrada desde la ciudad y una entrada desde el mar. Estas entradas están vinculadas con un espacio público continuo, que fluye alrededor de la casa de la Opera y salen a la plaza pública. El plano superior se eleva en una diagonal opuesta para acomodar el volumen programático.
Visitá la nota original en inglés > http://arqa.com/en/architecture/busan-opera-house.html
En la próxima Bienal Internacional de Arquitectura de Argentina podrás conocer más acerca del estudio Snøhetta y sus obras > http://biaar.com/