29.6.2016

EXTRACCIÓN, SIMULACIÓN

Texto extraído textual de FilmAffinity, en donde un usuario le envía una carta al director Christopher Nolan como si fuese el mismo Stanley Kubrick.

Extracción, simulación

Estimado Christopher, de mi mayor consideración:

Así como les envié una misiva a Alfonso Cuarón y James Cameron con motivo del estreno de “Gravity”, hoy me siento obligado también a escribirle estas palabras, luego de ver (videar, como me gusta decir a mí) su octava película: Interestellar. Como usted sabrá, aquí arriba tenemos un IMAX celestial (la pantalla es bien grandota: se extiende desde la constelación de Orion hasta la Osa Mayor) donde San Pedro nos proyecta los últimos estrenos terrenales los Viernes por la noche. Lamento anticiparle que con usted voy a ser mucho más severo que con Cuarón, porque este engendro que acaba de filmar sí que no tiene ningún aspecto que lo redima.

Quiero decirle que me siento halagado por las cuatrocientas mil citas visuales y argumentales que hace usted de mi obra “2001, Odisea del Espacio”. A ver si me las acuerdo todas: estaciones espaciales que producen gravedad artificial usando la inercia de un tiovivo, el viaje a Saturno/Júpiter para encontrar un artefacto de viaje interestelar dejado para nosotros por una inteligencia superior, hibernación artificial humana, una I.A. que los acompaña en la misión (en la forma de ese robot horrible que parece una pieza de Tetris gigante), las llamadas video fónicas con los familiares en la Tierra, el tipo al que dejan fuera de la nave y tiene que forzar la esclusa porque no lo quieren dejar entrar…

Mas hubiese preferido, le soy sincero, que en lugar de rendir homenaje a mis ideas, hubiese usted homenajeado a mi filosofía y visión de cómo hacer cine: el uso del poder narrativo de las imágenes.

Verá, para el último acto de 2001, donde los extraterrestres llevaban a Bowman hacia el siguiente paso en la evolución humana, lo transformaban en un ser de energía pura y lo devolvían al Sistema Solar, mi guionista Arthur C. Clarke (que vive a tres nubes de la mía, y le envía saludos) me había preparado una elegante, poética y literaria narración para una voz en off, que explicaba al espectador los sucesos metafísicos a los que el astronauta era sometido. Pero él es novelista, y yo soy cineasta: odio la “exposition”. De manera que tomé una decisión arriesgada, y opté en cambio por narrar la muerte del cuerpo biológico de Bowman y el nacimiento del nuevo ser semi-dios, a través de metáforas visuales. Usted sabe: el hombre envejeciendo, el feto gigante, etc. Esa decisión me ha costado que hasta el día de hoy, mucha gente allí abajo se siga quejando de que mi película “no se entiende nada”, o de que “hay que verla fumado”.

Usted, señor mío, es lo contrario a mí. Es un muy buen director de actores, cosa que yo no lo era tanto, pero adolece del peor defecto que puede tener un cineasta: le cuesta horrores plasmar esas ideas que le vienen a la mente en imágenes, y por eso las deja en palabras.

No usa usted narración en off, pero sí hace que los personajes, al discutir entre ellos, “se expliquen” la película. Este papel de narrador no-oficial, lo tiene habitualmente en sus films Michael Caine, con sus frases emotivas y discursitos de moraleja. En una escena de Interestellar, ese tic lo ha puesto en ridículo. Me refiero a cuando el actor negro le explica a Matthew McConaughey –ingeniero, astronauta, ex NASA- cómo funciona el agujero de gusano, usando el trillado recurso didáctico de doblar una hoja de papel y perforarla de ambos lados.

No soy tonto, y me doy cuenta que es realmente al público a quien el tipo le está explicando el asuntillo, pero vamos, por lo menos podría haber hecho que sea McConaughey el que le haga la demo del papelito a su hija pequeña antes de partir a la misión: hubiera quedado más lógico. Es bastante idiota que a un experto que partió hacia una misión a un agujero de gusano, le tengan que enseñar de que se trata recién al momento de arribar a destino, y encima haciéndole un dibujito como a un nene de escuela primaria.

Perdone a este viejo cascarrabias, Christopher, pero se ha vuelto insoportable con tanta sobrecarga de información, por representar todo con diálogos “tutoriales” y sobre explicar con palabras aquello que ya estamos viendo en la pantalla, sin dejar nada librado a la interpretación del espectador. Usted demostró en “Memento” que puede usar también el medio visual con habilidad… ¿por qué no se plantea regresar a sus fuentes? Si sigue como hasta ahora, en su próximo film los personajes van a empezar a mostrar presentaciones de PowerPoint para explicar la trama. Unas dudas que me surgieron sobre la misma:

Spoiler

– ¿Michael Caine está detenido en el tiempo? Porque arranca luciendo como de 70 años de edad, y luego transcurren 23 años y el único cambio es que está en una silla de ruedas. ¿Qué crema rejuvenecedora usa para el cutis?

– ¿Para qué necesitan despegar de la Tierra con cohetes de propulsión por etapas, cuando tienen esas navecitas tan chulas con las que luego pueden despegar sin problemas del planeta helado que tenía 130% más de gravedad que la Tierra?

– Cuando Anne Hathaway se manda el discurso de cómo el amor es lo único que trasciende el tiempo, el espacio y todas las dimensiones, me quería levantar e irme del IMAX celestial. Sam Peckinpah, que estaba sentado en la butaca al lado de la mía, casi vomita en ese momento.

– Ni le cuento la cara de asco que puso el gordo Orson, en la parte donde usted hace que McConaughey aparezca de la nada después de flotar durante décadas, para sanar la relación distanciada con su hija en una conversación express de 60 segundos antes de que se vengan los créditos. Por cierto, me dice Clarke que no crea que no se da cuenta de que eso lo robó de cómo Frank Poole es rescatado y revivido luego de siglos de flotar muerto en el espacio, en su novela “3001: Odisea Final”. Ni que la película comienza con la premisa de su “Voces de un mundo distante”; ni que del encuentro con las olas gigantes está robado de la escena idéntica de «Cita con Rama»; ni de que, vamos, esa arca espacial cilíndrica del final ES Rama.

– Si el protagonista pudo enviar a la chica el mensaje de “Quédate”, ¿quién carajo envió las coordenadas de la NASA? ¿Para que las enviaron en primer lugar? ¿Qué sentido tiene que el tipo tenga que hacer todo ese viaje solamente para enviar el mensaje del reloj a la hija? ¿Por qué “Ellos” no enviaron el mensaje directamente y se dejaron de embromar? No me diga que la explicación es que necesitaban al padre por esa tontería de «el amor atraviesa las dimensiones», que me vuelvo a morir.

– ¿Y al final cómo se salva la humanidad? Construyen su Rama arca del espacio para viajar a otros mundos. Pero, wait a minute, eso lo podían haber hecho desde un principio, es un concepto astronáutico más viejo que la injusticia. ¿¿¿Para qué necesitaban que ocurriera todo este lío de los mensajes de morse multidimensional????

Le dejo mi otra carta para que reflexione, y recuerde mi consejo: vuelva a Memento.

Atte.
Stanley

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