22.9.2015

Homenaje Scalae, BIA-AR y ARQA a Rafael Iglesia

Dicen que el apartamento, loft, en Rosario, del profesor y arquitecto Iglesia es perfecto para fiestas y encuentros colectivos... porque es grande y caben los amigos, amigas, y los amigos de los amigos y las amigas de las amigas y... se ha convertido en único.

Scalae Rafael Iglesia
Conversación con Félix Arranz

Según Rafael se trata de una excusa: eso de que es el más grande se podría discutir, lo que resulta cierto es que es el más reiteradamente usado, socializado… hasta el punto de ya no ser necesaria ni la autorización del propietario: se cuenta con el apartamento de Rafael, sin más. Público. Quizás la leyenda es exagerada, claro, aunque no le parece tanto cuando hablando con el arquitecto pronto se entiende su hábito de compartir y su mayor interés por oir de lo ajeno que por hablar de lo propio… Algo peculiar: son los ojos de Iglesia quienes están hablando. Pregunta con palabras, la boca; contesta con miradas, los ojos. Parecen atributos de anfitrión, de quien en las cosas de la vida y en las del arte y en las del trbaajo pensó hace tiempo que no quería ser un simple invitado, sino el anfitrión. Un buen anfitrión, de los que si te aceptan en su fiesta no te van a decir lo que tienen que hacer, vestir o decir sino, simplemente, el día  y la hora. No fallará, así estará, todo listo.

…me cambió la vida
Un milagro: vengo de familia militar, fui al Liceo Militar, fui inspector municipal, así que esté acá es un milagro. Eso le dije a Elías Torres, porque se enojaba de que yo no supiera inglés. No me afecta, para nada. Lo que me cambió la vida fue la lectura. Y soy muy observador. Me gustan las definiciones espaciales que me pueden dar la lectura y la gente con sentido común. Cuando Borges agarra un puñado de arena en el desierto y dice: «Modifiqué el Sahara», que está dando un concepto espacial que no me lo puede dar la arquitectura. y cuando «el Laucha», que es un colaborador mío, me dice cuando pasamos por un barrio peligroso: «Si acá te dormís, te velan», también me está dando un concepto espacial interesante. Los dos extremos me sirven. Son nociones espaciales que la arquitectura no me da, está muy codifcado todo. Los ensayos y cuentos, cortos. Novela no, me cuesta. Fundamentalmente leo Borges y Grüner de acá en Argentina. Deleuze, Foault, Benjamin, Ricardo Morales de Chile, son fundamentales en mi formación. No he leído a Cortázar.
El único arquitecto que leo es Quetglas, no hay nada mejor que eso. Da vuelta los conceptos. Cuando dice que es Ariadna la primera arquitecta y no Dédalos… me interesa el que dé vuelta a una verdad establecida, y él hace eso constantemente.
Recuerdo cuando Quetglas define qué es un profesor… siempre tiene el punto justo.

… en ese lugar sin jerarquías
Fui un mal alumno. Inclusive, me dedico a lo estructural y siempre estuve libre en Estructuras, no porque propusiera cosas novedosas ino porque no estudiaba. No, no fui buen alumno, aunque sí buen compañero… sí, soy solidario. Inclusive con los obreros que trabajamos, conformamos una especie de familia.
Nuestro «grupo R» funcionó porque se hizo todo sin egoísmo. Éramos compañeros, somos amigos, y todo se hizo sin intereses digamos, por eso funcionó. La existencia del «grupo R» fue muy necesaria, fue muy importante en Rosario la llegada de Gerardo Caballero que nos abrió la ventana a todos. Después cada uno siguió su historia, pero si Gerardo no hubiera llegado yo seguiría sellando planos en la Municipalidad.
Ni sabía yo que existía Harvard, y hubiese podido ir a estudiar a Harvard, es decir: vivía en un grupo muy chico. Estudié en Buenos Aires, en el Liceo Militar, y dejé en 3er. año, me hizo muy bien ir a un pueblo que se llama Monte Caseros, ahí me puse en contacto con el campo, con el horizonte, y con la sociedad también. Yo venía de Buenos Aires donde hay una estructura de jerarquías, ese lugar sin jerarquías me cambió completamente la estructura.
El viento era el mismo para todos, eso me modificó mucho. A partir de ahí cambié mucho mi cabeza. Tocaba el territorio, con las manos.
Me gustaría hacer cualquier cosa. No me siento arquitecto, ni siguiera me siento un buen arquitecto. Creo que el producto que hago está bien, pero tengo muchos déficit, conozco infinidad de arquitectos mejores que yo, en mi ciudad. Me siento más diseñador. Quetglas dice que el arquitecto no es el que construye sino el que dice: «Esto es una puerta», el que identifica. ¿Qué es un edificio? Cuando Le Courbusier hizo la Villa Saboye no tienía la forma de una casa, y él dijo: «Esto es una casa». Que la forma no sea lo que identifica. Eso es un arquitecto. Eso es lo que me gusta, me gusta diseñar un tenedor, una silla, de hecho hago todo el día eso.

… mostrando y ocultando
Entrar… cómo se entra a un lugar es lo que más me interesa. Uno se da cuenta que entró cuando ya está adentro. El que me enseñó que era importante entrar fue Villafañe, que debe ser el que mejor entra de todos nosotros. Me parece que la entrada es lo que jerarquiza un lugar. Es como en las películas, cuando se abre el portón, está oscuro, entra el auto… uno no ve la casa pero por ese recorrido uno ya sabe que se trata de una casa importante. Entro más como los japoneses, como entraría Wright… como un recorrido. No como Le Corbusier.
Me interesa mucho la entrada como lugar, sobre todo en las casas. Cómo llegar a un lugar: se llega mostrando y ocultando, de las dos maneras.
En la cultura nórdica no hay llegada. En Noruega: toda las casa a dos aguas, todas iguales. Uno abre y… hay un supermercado, abre otra y hay una iglesia. Es todo igual, no hay jerarquías, lo que también representa su estructura social.
La sociedad rosarina es muy conservadora, mira mucho a Buenos Aires, eso me molesta un poco… No es fácil sincronizar, sin embargo tengo clientes con los que podemos trabajar. Aunque ahora estoy teniendo más trabajo afuera. Por otra parte, el cliente que me busca a mí busca lo que yo hago. No tengo conflictos: hay gente que no me a buscar nunca. Cuando alguien viene por una casa importante, y quiera la ventana con el vidrio repartido y el vidrio biselado, yo le explico que, en una casa, lo importante es la llegada. Si me entiende, ya después me cree todas. Ahora, si perdí la primera batalla, el resto a a ser durísimo. Cuando viene alguien le digo: «Yo te hago lo que vos me pedía, pero si me dejas, yo te hago algo mejor». También están los tiempos… le dedico tiempo al trabajo, no agarro todos los trabajos, hago los que puedo y me interesan.
Hay clientes que ni me llaman porque creen que soy caro. Algunos trabajos que he hecho son caros porque me pidieron trabajos caros, con carpinterías de acero inoxidable, pero sé hacer un trabajo barato. Lo sé mejor que el que hace trabajos baratos.
El dinero es sólo un dato.

… una legalidad que no puedo modificar
Tampoco me preocupa mucho la crítica, pera mí un trabajo está bien si hago lo que pienso. Si mis convicciones están en ese trabajo para mi ya es suficiente… porque hay cosas que puedo hacer y cosas que no puedo hacer. En cuanto a lo filosófico, no hago casas en los barrios cerrados, porque es un tema que critico. He rechazado varios trabajos en barrios cerrados y no estoy en una posición tan cómoda como para rechazar esos trabajos. Sin embargo los rechazo, porque escribo sobre esos tipos de agrupamientos, y sus internos, etc…
Por otra parte, a diferencia de Gerardo, en mi caso la idea no muere, -contaba él que la idea en algún momento tiene que morir para que nazca el proyecto- y entonces esta idea me maneja. Hay cosas que yo en ese mismo proyecto no puedo hacer, la idea manda el proyecto.
Hay una legalidad que no puedo modificar, si hago el pabellón de los baños y pongo el revestimiento con U-glass, después no le puedo poner una ventana… o tendría que buscar una alternativa para que se abra, etc., etc. Pero, es decir, me impongo una legalidad y no salgo de ahí. Souto de Moura tiene algo de eso también, eso hay que hacerlo a rajatabla.
Hay como una cuestión fatal ahí. Fatal. Yo no puedo arreglar con una moldura… esto es así, y si no se puede, tiramos todo abajo y empezamos de vuelta.
Con la estructura pasa lo mismo. Se la llevo a un ingeniero que me pregunta cuál es el objetivo, yo le digo: «No, no, decime si esta estructura funciona así», sino la empiezo de nuevo, acá no hay trucos.

… sacar las cosas escondidas
Muchos de los trabajos los hacemos nosotros con apoyo de una empresa. Tenemos en el estudio 5 personas y muchos pasantes. Vinieron 3 chilenos, está por venir uno de Noruega, otro de Suiza, un alemán, tengo tres en camino, que trabajan más que nada en maquetas o en algún trabajo chico que tengamos que presentar.
Me sirven a medias los colaboradores de investigación, me ayudan en maquetas y renders. Pero ellos trabajan con otros materiales, entonces para planos no me sirven.
Mi gente levanta los planos. Yo no dibujo, hago croquis y trabajo sobre los planos que ellos hacen. Hago un esquema, ellos hacen los planos y sobre eso trabajo. Marcelo Villafañe dice que tengo la ventaja de que yo no dibujo. Trabajo mucho con maquetas.
De cualquier cosa, cualquier material, agrupando objetos. Tengo una caja de madera donde tengo mi oficina, y atrás tengo un taller con banco carpintero, moladora, soldadora y bastante desorden, todo.
Alguna vez ocurre que la maqueta es mejor que el edificio. También me pasa que el edificio parece una maqueta. Si, creo que el edificio de apartamentos es mi mejor trabajo, porque hay un cuestionamiento al programa, es un tema difícil… En ese edificio puse el ascensor de frente. Se me sugierió que lo pusiera para atrás, fue una gran duda. En realidad, si uno lo pone para atrás, no parece un edificio sino un monumento, es la única puerta que se ve. Yo quería llegar al balcón porque quería darle una estrategia que se repita en mis trabajos, que empecé a hacer intuitivamente y ahora ya manejo, que es que trato de poner en valor  cosas que siempre están escondidas. Por ejemplo, el palier de un edificio siempre está en el peor lugar, ahí está adelante. Puse el ascensor adelante, sacrifiqué esa cuestión formal, para que el balcón esté como la llegada, lo puse en primer lugar al palier.
Igual en el parque, los baños están en primer lugar, en la entrada, no están escondidos. Ahora estoy haciendo otro parque y el piso lo hago con ladrillo hueco relleno con piedra, elementos que están desjerarquizados ponerlos en primer lugar.
El ladrillo hueco que se usa en la construcción ordinaria, lo corto al medio y le ponemos el mismo material, roto, adentro, y con eso hacemos el piso. Es decir, un elemento plebeyo, lo llevamos a revestimiento, a la nobleza, ese es el punto. Y con las estructuras de galpón, que son las más baratas que hay, hacemos las pérgolas.
Sacar las cosas escondidas y ponerlas en primer lugar. Trato de que mi edificio sea la estructura y nada mas que la estructura. Mis estructuras son ornamentales. A veces me permito alguna cosa, como en el edificio de apartamentos que estiro la primera viga para acompañar los zócalos de las casas viejas que tengo al lado… ese tipo de cosas.
Personalmente, algo de artesano tengo, sí. Te diría que es experimental, yo hago un prototipo y ahora una empresa va a empezar a hacer los ladrillos rellenos chatos para venderlos como piso, ahora va a entrar al mercado. Igual que cuando puse los troncos, un amigo que vino de Italia me dice: «Bueno, ahora tenés que pasar a un industrial», y yo le digo: «No, esto es premoldeado. Lo que pasa es que lo premoldeó la naturaleza…». Todo el montaje fue con grúas, no es artesanal. Es decir, creo que la parte experimental es artesanal.

… la dignidad de las personas
Mi estudio es un laboratorio. Pero no experimento cuando me viene el trabajo, porque experimento todos los días con alguna cosa.
Entonces, cuando viene el trabajo, veo cuál de los experimentos puede encajar. No es que me ponga a experimentar con el cliente.
También en lo social. El parque de diversiones lo que tiene es que ahí festejan el cumpleaños de los chicos de los colegios ricos, y los chicos de los colegios pobres. Ahí es donde me parece que la arquitectura es una herramienta social importante. Y quizás es porque les dí unos baños dignos, nada más que por eso. No es por el encuentro del plano vertical y horizontal, ni porque sea lindo o feo, sino que los baños son unos baños que están bien entonces puede ir todo el mundo… y eso era una zona degradada. Eso me produce más satisfacción que los árboles se mimeticen con el entorno y todo eso… mi eje es la dignidad de las personas, mucho más que las ideas abstractas, sí, sí. Y por eso no me adhiero al sistema de barrios cerrados y todas esas cosas, me parece que están construyendo una nueva Bastilla.
Pretendo no ser racionalista y es muy difícil porque me formé en el racionalismo. Y un día a Mendes da Rocha, en una comida, le pregunté cuál era la obra mas importante para él, una pregunta tonta y me dijo: «Las pirámides de Egipto». «¿Por qué?». Me dice: «Porque son las máquinas de su propia construcción… nunca hubiesen podido hacer un prisma, tenían que hacer un plano inclinado para subir las piedras».
Yo después de eso, empecé a hacer palancas. La mesa del quincho, es una palanca. Empecé a hacer máquinas simples. Eso que él me dijo, actuó de disparador para una serie de trabajos míos, es decir, una palabra puede actuar en mí como disparador, una palabra para mí vale mas que mil imágenes. Una revelación. Mendes además, es un arquitecto de quien me gustan sus estrategias por encima del producto terminado. Cómo entra a un trabajo…
Eso lo tendría que ver con un cuento de Brech «El problema» que yo siempre cuento en las conferencias, que para ver cómo funcionan las cosas, tenés que salir del problema. Al revés que en el problema clásico que una vez que se ha planteado el problema, la solución está dentro de él. Yo creo que hoy, en la arquitectura, la solución está fuera del problema de la arquitectura. Ese es el tema que tenemos que replantear, porque seguimos con el mismo paradigma del Siglo XX y ya no somos los mismos. Hoy el pasado se ha vuelto impredecible, y el futuro ya no es el mismo.

…crisis de la ciudadanía
La muerte de la ciudad, yo creo que ese es uno de los puntos. El que muere es el ciudadano, y sin ciudadano no hay ciudad. Acá en Argentina se está viendo mucho eso, al no haber contención social la globalización se ve más desgarradamente. Creo que vamos hacia una estructura más medieval tecnología. Hay una crisis de la ciudadanía, hay un español, reo que es Castells, que dice que el resto es crear ciudadanía, si queremos seguir siendo criaturas urbanas. Este modelo del barrio cerrado todavía no está en Europa, de cualquier manera se están agrupando entre iguales como en el barrio chino, etc. Pero de cualquier manera mantienen una estructura social. Acá es más duro, la estructura social no se mantiene y aparece el desocupado, el que no entra en el sistema. Ese tipo es un animal salvaje que tiene que salir a cazar par sobrevivir, no tiene alternativa. Ese es el modelo que hay que replantear, yo digo que los countries son las nuevas bastillas.
La arquitectura refleja lo que está pasando. Yo creo que no es, por decirlo de alguna manera cruda, la puta de corte. Por ejemplo, acá hubo una época de saqueo, y ¿dónde te crees que van a ir cuando vuelvan los saqueo? A los countries. No tienen seguridad: el tipo que tienen ahí, con la escopeta, es un desocupado que lo primero que consiguió fue ese trabajo. Es una falsa seguridad. Y la concentración de poder es una mala estrategia, las torres gemelas lo demostraron claramente. La oficina que medía el riesgo país decía que nosotros teníamos 6.000 puntos, estaba en las torres gemelas, Se lo llevaron puesto. Par mi, lo mejor que hizo el hombre es vivir en sociedad. En ciudades, claro.

Veo la arquitectura como una mujer, que la respetan demasiado, que no podés hacer esto ni lo otro, sólo algunos se animan a levantarle la pollera de vez en cuando, como Enric. Me parece que el último que se la llevó a la cama fue Le Corbusier. Lo veo un poco así.
Yo le falto el respeto, aunque no me hace mucho caso. Creo que lo hago como hay que hacer a veces con una mujer, no la tenés que adular tanto. Más de igual. Cuando más las perseguís, mas se te alejan.
Lo que me vuelve loco es cuando quiero hacer algo y no me sale, con eso no duermo.

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