Proyecto «Un lugar para vivir cuando seamos viejos» y su paso por la Bienal de San Pablo

Proyecto
Es por eso que decidimos comenzar a concebir la idea del geriátrico propio. El Blog unlugarparavivircuandoseamosviejos.blogspot.com/ se encuentra en una etapa de investigación, de estudio y se desarrolla en principio en formato de blog. Este contiene nuestras consignas para la construcción de este lugar ideal y “perfecto”, allí llevamos nuestras investigaciones, nuestras búsquedas, y linkeamos textos, proyectos, personas, situaciones, acciones que nos parecen importantes a tener en cuenta en nuestro aprendizaje. “¿Nadie piensa el futuro como una continuidad del presente? ¿Nadie supone que una utopía debería insertarse en una trama, en la actualidad, haciéndose posible entre lo construido? ¿Nadie apuesta a los vacíos, a los lugares que dejan las autopistas y los recortes urbanos? El trabajo de Ana Gallardo, Ramiro Gallardo y Mario Gómez Casas razona sobre lo que nadie piensa: la inserción de la vejez en la propia trama de las ciudades, vislumbrando lugares y potencialidades de la urbe contemporánea que no están contemplados, que están pendientes de uso. Y como no tiene límites formales, la idea sirve para el número de viejos que haya, en la cantidad que sea, la totalidad de los que existan. Llegar a grande como vecino de los amigos, participando de un modelo utópico superpuesto al plano capitalista medio. El proyecto de Un lugar para vivir cuando seamos viejos plantea la elaboración de pequeñas intervenciones entre amigos, rodeadas de un conjunto de nuevos rituales agnósticos. No busca imponer una utopía social comunitaria a escala metropolitana, ni aliarse a los modelos de promesas de las religiones, ni entronarse en geometrías preconcebidas. Los rituales de ULPVCSV son tan simpáticos que simplemente conseguirán anexión por solidaridad e imitación, por apegos. Son rituales que hablan de juegos, bailes, trabajos en la tercera edad. Que buscan que familiares, amigos y socios se aproximen entre sí y establezcan uniones en la ciudad, en una estructura blanda capaz de adaptarse, de parasitarse entre las leyes existentes.”

«El Baile» – 29ª Bienal de San Pablo
El baile es una actividad que nos encanta practicar. Elegimos el danzón porque es de tradición popular, se baila en las plazas de la ciudad de México con la particularidad de que la mayoría de la gente que lo practica es mayor de 60 años. Y varios de nosotros hemos vivido en este país y siempre visitamos los salones de baile y las Danzoneras en las plazas. Así fue que conocimos a don Raúl y durante mucho tiempo lo vimos bailar feliz, hoy es upron hombre de 93 años. Vinimos a buscarlo, queríamos invitarlo a viajar a San Pablo para que nos enseñe a bailar el Danzón. Pero no lo encontramos. En su búsqueda nos topamos con Lucio y Conchita, y con María Ascensión, una maestra de danzón. Los vimos bailar y platicamos un buen rato. Nos encantaron. Entonces les propusimos que viajaran con nosotros a San Pablo a bailar y a darnos clases de baile. En San Pablo invitamos al público a tomar clases de danzón y a hablar con ellos. También dibujamos con ellos en las paredes con carbonillas, tizas y pasteles. Hemos estado haciendo memoria, recordando pasajes, frases, secretos para poder hacer este dibujo. A través de esta acción se ingresa en los recuerdos, en las imágenes habitadas, generando un juego con el tiempo y la memoria. Esta propuesta tiene antecedentes en trabajos realizados por Ana Gallardo en otras ocasiones. “Al producir simultáneamente una instalación documental y una escuela de baile, el trabajo hace foco en la comunicación con el público y en la proliferación de una experiencia regulada por un arco de preguntas bien claro: la práctica del baile, la ocupación del espacio público, el contacto con otros y la producción de formas de sociabilidad a partir de un hobby compartido hacen de la cultura del danzón un fenómeno de muchas capas, en el cual Gallardo encuentra algunas respuestas para la problemática de la vejez, habitualmente relacionada con el aislamiento, el disciplinamiento, la falta de diversión y la ausencia de contacto con pares. El danzón aparece así como un mecanismo que pone en circulación la energía, la alegría y el erotismo y que ayuda a poner entre paréntesis las ideas usuales sobre la vejez que circulan en la sociedad”. Conchita, Lucio, María Ascensión se quedaron solo 13 días participando de esta performance, luego regresaron a México. Actualmente en el espacio pueden verse los videos de los bailarines de la Ciudadela, y todas las actividades desarrolladas por ellos en la Bienal.

Más información sobre el proyecto >> unlugarparavivircuandoseamosviejos.blogspot.com/