26.6.2013

Señalando a la arquitectura cubana contemporánea

En el pasado mes de Abril, La Ciudad Viva estuvo en el casco histórico de la ciudad de La Habana charlando con Orlando Inclán y con Claudia Castillo de la Cruz, de la Dirección General de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Con ellos mantuvimos una interesante conversación sobre el devenir de su ciudad, y afortunadamente Claudia Castillo accedió a contarnos en este medio el proceso que están viviendo de primera mano y en el que están ejerciendo una labor importantísima.

En los días de nuestra visita tuvimos la suerte de poder visitar la Exposición de Urbanismo y Arquitectura que Claudia nos recomendó, que ella misma pasa a comentaros, dando por iniciada así su labor de transmisora directa desde La Habana. Estamos muy contentos pues es la primera vez que nos escriben directamente desde la querida Cuba, y aunque se nos hará corta esta primera introducción, esperamos poder seguir recibiendo noticias y aprendiendo de la experiencia de la Oficina del Historiador en la Habana a través de este blog.
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Por coincidencia, sólo por pura coincidencia, -el día del arquitecto en Cuba- se inauguró en una galería de arte contemporánea, una muestra de arquitectura y diseño cubano. Algo más de 23 años y todavía queda en la memoria de varios arquitectos, la polémica exposición de “Arquitectura Joven Cubana”[1] que resumía a toda una generación de arquitectos y daba apertura a la compleja década de los años 90´en Cuba. Pero sólo esta era la referencia que existía de la “última” vez que se expuso en tal dimensión arquitectura cubana en una galería de La Habana.

Evidentes señales de vida vuelve a dar la arquitectura cubana, y con este objetivo se mostró durante todo un mes, algo de las inquietudes de arquitectos y diseñadores de la isla. Un gran collage de productos arquitectónicos, variados y en diversas escalas comenzando por el diseño industrial hasta la escala urbana, se presentaron en el Centro de Arte Contemporánea Wifredo Lam en La Habana Vieja.

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Propuesta todas para Cuba, elaboradas y producidas en Cuba, que contrastan con la imagen devaluada que proyectan las ciudades de la isla. Tanto la apertura -como la exposición- contaron con una asistencia de lujo para esta muestra de por sí “rara” en el actual contexto cubano para la profesión.

Conjunciones de propuestas de los equipos Espacio, D´Kuba, Proyectos (Oficina del Historiador de la ciudad), Choy-León, LASA, DAG, Albor y habana(re)generación, así como trabajos individuales de D.I. Miguel Díaz Corbo, arquitecto Osviel Carrillo, Frank Piloto, y resultados de talleres interdisciplinarios de diseño ambiental liderados por el arquitecto Augusto Rivero. La muestra incluyó también una reseña de dos figuras importantes para el diseño cubano del siglo pasado, Clara Porset, María Victoria y Gonzalo Córdoba.

Hasta aquí quedaría la reseña periodística de una buena nueva para el diseño y la arquitectura cubana contemporánea, pero ¿realmente son estas señales de vida? Si bien la exposición mostraba una diversidad de propuestas, el hilo conductor o la “idea” (como tanto nos gusta decir a los arquitectos) faltaba. En la encrucijada que se encuentra la profesión en Cuba, no basta con que en un ataque de furia se introduzcan proyectos (en su gran mayoría para la capital) en una galería para mostrar arquitectura. El público debe habituarse a que se pueda ver lo que se está proyectando para la ciudad – la real y la utópica-. Entender que este no es un producto sólo para mostrar, sino también para participar de él y con él. Creernos que de verdad alguna de las imágenes que se muestran, mañana pueden ser parte de la ciudad y debemos sentirnos responsable de lo que esto implica. De igual manera resta mucha calidad si se presentan propuestas de intentos de “diseños” que contrastan (y no para bien) con el resto del conjunto.

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Lamentablemente se sintió la ausencia de una crítica especializada -o al menos una crítica- y sólo la presencia de pequeñas reseñas mal enfocadas o informadas fue el eco que recibió la exposición en los medios de prensa. ¿Resultó? Creo que sí. Funcionó entonces para romper la inercia de mostrar el diseño y la arquitectura cubana y contemporánea en galerías consagradas para las otras artes. Por otra “coincidencia” cierra la exposición con la presentación del catálogo que recoge la muestra y las memorias de lo presentado y lo no. Para no tener nada en los últimos años, es un buen comienzo. En las dinámicas actuales que se sumerge La Habana sólo esperamos que esta exposición no quede sólo en señales… y nada más.

[1] “La década del 90 se inicia con la exposición en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, “Arquitectura Joven Cubana”, que agrupa a la mayoría de los miembros de la llamada “generación del 80″. Resultó un momento de euforia, de plenitud, de consagración de la avanzada cultural de la arquitectura y de su posibilidad, no sólo de formular ideas y proyectos, sino de llevarlos a cabo en la práctica”.

Roberto Segre: Encrucijadas de la arquitectura en Cuba: Realismo mágico, realismo socialista y realismo crítico (http://www.archivocubano.org/segre_3c.htm#nota60)

Fuente > http://www.laciudadviva.org/blogs/?p=17942

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