2.12.2005

Renacimiento de las Ciudades Solares. Continuación

Recorriendo nuevamente la evolución tecnológica, vemos que la radiación solar entró en las casas a partir de los años cincuenta a través de los sistemas solares activos, o bien alimentando la instalación con la energía del Sol en lugar de petróleo. Al reflexionar acerca del funcionamiento físico del colector se comprende cómo una parte de la energía solar que atraviesa un vidrio es retenida por él cuando cambia la longitud de onda y se convierte en energía térmica, entonces esa energía puede calentar aire o agua para alimentar una instalación, pero si construyo un colector lo suficientemente grande para ser habitado, ese aire puede calentar directamente el edificio. Nació así la idea de la casa-colector solar: una gran superficie vidriada expuesta al sol efectivamente puede transformar todo el edifico en una gran instalación habitable. Para distinguirlos de los activos, estos son definidos como sistemas solares pasivos, también porque recordamos esas ganancias pasivas que obligan a los proyectistas de las instalaciones de climatización estival a tener en cuenta, además de la energía recibida o emitida por el edificio, por la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior, la energía suplementaria producida por las personas, por las máquinas y por la radiación solar. Por cierto, durante el invierno estas ganancias pasivas se integran a la calefacción producida por la instalación, reduciendo su consumo, pero en verano, al agregarse a los generados por la diferencia de temperatura, acentúan el trabajo requerido a los equipos de refrigeración.

De hecho, la cultura del solar pasivo nace en países donde no hay problemas relevantes de refrigeración. Las primeras tipologías de sistemas solares pasivos, ejemplificadas en las realizaciones, se llaman efectivamente «ganancia directa» (la gran superficie vidriada hacia el sur), «ganancia indirecta» (el muro Trombe) y «ganancia aislada» (el cerramiento solar). La St. George School, realizada en Wallasey, Cheshire, Reino Unido, (A. E. Morgan, 1961), la Escuela Primaria de Crosara en Marostica, Italia (1972), las Casas Solares de Odeillo en los Pirineos, Francia (F. Trombe, 1967), las Casas Solares de Santa Fe, Nuevo Méjico (P. Van Dresser, 1957) y el Phoenix Test Building en Arizona (H. Hay y J. Yellott, 1968), Estados Unidos, son algunos ejemplos significativos de estas búsquedas. Entre las más interesantes, desde el punto de vista de la proyectación, son las escuelas, por la alta densidad de personas que liberan energía en el interior y por el hecho de que no funcionan durante el verano; en cambio el lugar se caracteriza por la buena radiación solar durante el día con noches frescas debido a la altitud, por lo tanto con pocos problemas de sobrecalentamiento estival.

Fueron precisamente los límites de aplicabilidad de los sistemas solares pasivos, pocos lugares y pocos usos compatibles, los que hicieron comprender que el clima, más aún que el sol, no es un vínculo sino un recurso.
La arquitectura moderna había completado esa tecnología de la instalación, que habría atrofiado en los arquitectos «post-solares» la capacidad de distinguir el lugar, liberando sus formalismos de los vínculos con el clima. Ahora los estilos de los edificios, indiferentes al clima, podían volverse finalmente internacionales.

En 1976, un congreso organizado en los Estados Unidos, en Alburquerque, por la Passive Systems Division de la AS/ISES (la sección americana de la International Solar Energy Society) dedicó por primera vez una particular atención a los edificios.
Para esa época ya existían muchas experiencias para confrontar: ya sea edificios construidos como investigaciones desarrolladas. Personalmente, hice mi contribución proyectando y construyendo dos escuelas, en Tarvisio (UD) en 1964 y en Marostica (VI) en 1972, que ejemplifican el enfoque tipológico de la arquitectura solar.

Apremiado por las cuestiones planteadas por la crisis ambiental, había formado con la arquitecta Natasha F. Pulitzer una sociedad de servicios proyectuales, Synergia, para ofrecer a la investigación un apoyo técnico y científico. La misma se convirtió en una unidad operativa que desarrolló muchas e interesantes investigaciones financiadas por CNR/PFE, por el MICA, por el MURST y por la CEE, reuniendo un grupo coincidente y entusiasta de jóvenes arquitectos, físicos e ingenieros. El ámbito universitario de Venecia, efectivamente, no ofrecía mucho espacio para estas exploraciones, que operaban en un territorio híbrido entre tipología y tecnología, entre arte y ciencia.
La oportunidad para profundizar estas investigaciones nos fue ofrecida por el segundo congreso de la AS/ISES acerca de los sistemas solares pasivos, que se llevó a cabo en Philadelphia en 1978, y en el que participamos con Giacomo Elias, entonces director del Proyecto Terminado Energética 1 del CNR, y Federico Butera. En esa ocasión visitamos algunos edificios solares de muestra y centros de investigación y consolidamos una red de relaciones, desarrollada también en los años sucesivos a través de colaboraciones científicas y profesionales, que todavía dura. Italia estaba presente ya entonces con una serie de contribuciones originales: además de la recordada Escuela Primaria Solar de Crosara de 1972 y del libro L’arquitettura dell’evoluzione, realizado siempre en el ámbito de Synergia con Natasha Pulitzer y publicado con motivo del Salón de la Industrialización Edilicia de Bologna en 1977 (9), la delegación podía citar otros dos libros dedicados a estas problemáticas, el de Lorenzo Matteoli del Politécnico de Torino (10) y el del Grupo Energia Solar de la Universidad de Nápoles, dirigido por Vittorio Silvestrini (11). En 1978 se sumaron a la ISES italiana los grandes entes energéticos, ENI y ENEL.

Con el compromiso del Ministerio de Industria fue posible organizar intervenciones y manifestaciones para afrontar la integración de la energía solar a las energías convencionales y ofrecer incentivos económicos para su desarrollo. Después del Congreso de Philadelphia, los contactos con los Estados Unidos continuaron, alentados incluso por una Cooperación Italia/Estados Unidos, puesta en marcha por el Ministerio de Industria en la que, junto con Aldo Fanchiotti del IUAV, estaba encargado de representar Italia. Así pude seguir en 1979 una importante evolución de la arquitectura solar desde un enfoque pasivo al bio-climático y contribuir a la fundación del PLEA (Passive and Low Energy Architecture), una asociación que, en una ideal continuidad con el CIAM, opera todavía a nivel internacional para la difusión a escala mundial de la arquitectura solar y sustentable.

A fines de los años setenta la investigación tecnológica se cruzó con la perspectiva tipológica mediante el enfoque bioclimático, que interfiere con la configuración del edificio. La conciencia de los límites geoclimáticos de los sistemas solares pasivos, que desalentó su aplicación generalizada, empujó el Departamento de Energía estadounidense a presentar en el Tercer Congreso AS/ISES de San José, California, de 1979 un manual, las Regional Guidelines (12) , que sigue los principios de la arquitectura bioclimática enunciados por Víctor Olgyay en el libro Design with Climate (13)de 1963 . Éste había definido como «bioclimático» (14) el regionalismo arquitectónico propuesto en los años cincuenta por el historiador Sigfried Giedion (1888-1968) (15) proporcionando a esta idea un complejo de instrumentos que el Departamento de Energía estadounidense consideró válidos para reducir la necesidad de energía en los edificios.

En el transcurso del año siguiente, conjuntamente con el Congreso del AS/ISES que en 1980 tuvo lugar a Phoenix, en Arizona, organicé con un muy querido amigo, Jeff Cook docente de la Arizona State University, y lamentablemente fallecido en 2003, un simposio internacional dedicado a la interpretación bioclimática de la arquitectura de Frank Lloyd Wright, el gran arquitecto norteamericano que sin renunciar a su personalidad poética, construía edificios muy diferentes con relación a las diversas condiciones climáticas, desde Arizona a Wisconsin, desde Florida a California (16). Esta conexión de la arquitectura con el clima local representa una transición muy importante desde varios puntos de vista: ante todo porque conecta la arquitectura solar con el lugar en el que se construye, haciéndola así regional, luego porque la une con uno de los mayores protagonistas de la arquitectura moderna.

 - Regional guidelines

Al comienzo de los años ochenta, por lo tanto, se produjeron importantes cambios en la cultura de la proyectación arquitectónica solar. En 1981 en el ISES Italia se cerró la fase pionera de Vittorio Storelle, fundador de la sección italiana en 1964, y, con la presidencia de Corrado Corvi, se inauguró un programa muy articulado de acciones. Se le dedicó un ámbito particular a la arquitectura bioclimática, del que fui responsable por algunos años, y comenzó a formarse esa red de contactos interpersonales que permite intercambiar informaciones e ideas. La vocación italiana, mediterránea, por la construcción de edificios públicos de varios pisos nos llevó a desarrollar en este sector no sólo la búsqueda, sino también la construcción de edificios de muestra (Phoebus, ENI, Agip Petróleos, Enea, IACP) y a estudiar prototipos para la regulación de fachadas diversamente orientadas (INSO), el monitoreo de edificios y partes del tejido urbano, la preparación de planes energéticos (Trentino, 1983) la publicación de manuales de proyectación para la CEE, el PFE y el Trentino (17).

Lamentablemente, con el final de la presidencia de Jimmy Carter en enero de 1981, en los Estados Unidos las intervenciones para contener el impacto ambiental y usar energías renovables se redujeron drásticamente. Pero si el programa político perseguido por Ronald Reagan interrumpió muchas investigaciones que operaban sobre la energía solar, se abrieron, de todos modos, nuevas perspectivas en Europa, en el ámbito de la CEE. Acerca del carácter regional de la arquitectura se discutió en un congreso internacional que organicé en Venecia en 1985 (18) mientras que acerca de la transferencia de los saberes de la proyectación bioclimática en escala urbana preparé, en ese mismo año en Trieste, con la colaboración de la Región Friuli Venezia Giulia y del ISES, una muestra-congreso internacional. Este evento desplazó la atención de la cultura arquitectónica del edificio individual hacia el contexto urbano y la ciudad, estableciendo las bases para un estudio sistemático acerca de las ciudades sustentables. En 1987 un congreso análogo se desarrolló en Cambridge, en el Reino Unido; y en el mismo año la WCED (World Commission on Environment and Development) publicó el Brundland Report que contiene la definición de desarrollo sustentable.

En esos mismos años surgió también, sobre todo en Austria y Alemania, una sensibilidad particular hacia los efectos que muchos edificios tienen sobre la salud de sus ocupantes, y con la misma el interés por la bioconstrucción a la que sigue la bioarquitectura. En los primeros años noventa comenzó a operar la ANAB (Asociación Nacional de Arquitectura Bio-eco-compatible) y la energía solar en la construcción se hizo cada vez más integrada a mucho otros aspectos del proyecto. Otra asociación comprometida con este sector es el INBAR (Instituto Nacional de Bioarquitectura). Ambas asociaciones actúan en la formación, organizando cursos y laboratorios proyectuales. El ANAB, en particular, se ocupa también de la certificación de productos y tecnologías.
En estos últimos años, las actividades que desarrollan las aplicaciones de la energía solar en la proyectación arquitectónica en varias escalas se multiplicaron, en Roma además del ISES y del ENEA, donde son miembros activos U. Farinelle y C. Gallo, surgió Eurosolar promovido por F. Sartogo e investigaciones solares se llevan adelante en varias universidades. En Roma continúan actuando C. De Benedetti y V. Calderano, en Torino M. Grosso, M. Masoero y G. Peretti, en Milán f. Butera, G. Scudo y G. Silvestrini, en Nápoles M. Pica Ciamarra, L. De Rosa y V. Gangemi, en Palermo G. Beccale, en Florencia M. Sala y G. Raffellini, en Ferrara M. Cucinella, en Venecia, además de mí, P. F. Brunello, M. Strada y M. Vio, en Pádova R. Zecchin, en Údine M. Bertagnin, en Trieste I. Garofalo. Seguramente me habré olvidado de alguno, estas son las personas con las cuales tuve mayor contacto.

Y se hizo cada vez más urgente un trabajo de integración a la cultura arquitectónica, la que a menudo eludió los problemas planteados por la calidad ambiental y por los recursos energéticos. Es importante, finalmente, notar que las más recientes directivas de la UE para reducir la contaminación apuntan precisamente a la eficiencia del sistema edificio-instalación, consolidando así la actualidad de la arquitectura bioclimática.
Pero lamentablemente, mientras que la cultura del proyecto solar se acercó a la arquitectura, no se puede decir lo mismo de la cultura arquitectónica, que continúa eludiendo las cuestiones planteadas por el calentamiento del planeta y por el agotamiento de los recursos petroleros.

(*)Artículo presentado en el evento La Energia Solar del Pasado al Futuro. Recanati, 22 de Octubre de 2005.
Sergio Los es arquitecto, docente desde 1967 de Composición Arquitectónica en la Facultad de Arquitectura de Venecia. Autor de numerosos proyectos e investigaciones. Desde 1981, socio de Synergia junto a Natasha Pulitzer.

NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1- Humphreys, M. A., «Field Studies of Thermal Comfort Compared and Applied», Journal Inst. Heat. & Vent. Eng., 44, 1976, pp 5-27
2- Banham, R., Ambiente e tecnica nell’architettura moderna, Laterza, Bari 1978.
3- Luhmann, N., Comunicazione ecologica, Franco Angeli, Milano 1989
4- Gras, A., Fragilite de la puissance, se liberer de l’emprise technologique, Fayard, Paris 2003.
5- Behling, S. e S., Sol power, the evolution of solar architecture, Prestel verlag, Munich 1996, pp. 20-21
6- Goodman, N., Ways of worldmaking, Hackett, Indianapolis/Cambridge 1978 (Vedere e costruire il mondo, Laterza, Bari 1988).
7- Cassirer, E., Filosofia delle forme simboliche, La Nuova Italia, Firenze 1961; Goodman, N., Languages of art, an approach to a theory of symbols, Hackett, Indianapolis/Cambridge 1976 (I linguaggi dell’arte, Il Saggiatore, Milano 1976).
8- La energía solar puso en movimiento la vida sobre la tierra: la evolución intrasomática (biológica) e por consiguiente la extrasomática (cultural). Junto a esta última juzgo necesario considerar la cultura que llamé intersomática y que afecta nuestras comunicaciones e interacciones. La evolución intrasomática concierne a los organismos, la extrasomática a dispositivos técnicos que nos ayudan a sobrevivir, mientras que la intersomática hace evolucionar nuestros sistemas de comunicación/interacción tanto con las personas como con el ambiente «natural». Esta tesis se presenta en la introducción a «L’architettura dell’evoluzione».
9- Los, S., Pulitzer, N. (curatori), L’architettura dell’evoluzione, il sistema abitazione dalla industrializzazione edilizia alle tecnologie alternative, Luigi Parma Editore, Bologna 1977.
10- Matteoli, L., Azione ambiente, Libreria Cortina Editore, Torino 1977
11- Silvestrini, V. con el Grupo Energía Solar de la Universidad de Nápoles, Il clima come elemento di progetto in edilizia, Liguori Editore, Napoli 1977.
12- AIA Research Corporation, Regional guidelines for building passive energy conservino homes, US Department of Housing and Urban Development, Washington DC 1979.
13- Olgyay, V., Design with climate, bioclimatic approach to architectural regionalism, Princeton University Press, Princeton New Jersey 1963.
14-El término «bioclimático» fue adoptado por el climatólogo noruego Wladimir Köppen (1846-1940) que clasificó los climas del planeta considerando conjuntamente los factores físicos y también las formas de vida que estos hacen posibles. El término fue usado ampliamente a continuación tanto en geografía como, después de la publicación del libro, en arquitectura.
15- Giedion, S., The architecture you and me, Harvard University Press, Cambridge MA 1958 (Breviario di Architettura, Garzanti, Milano 1961).
16- Los, S., «La climatizzazione naturale dell’architettura», en Casabella, 461, Electa, Milano 1980.
17-Los. S., Pulitzer, N., L’architettura del regionalismo, guida alla progettazione bio-climatica in Trentino, Temi Editore, Trento 1985; I caratteri ambientali dell’architettura, guida alla progettazione sostenibile in Trentino, Arca, Trento 1999.
18- Los, S. (bajo la supervisión de), Regionalismo dell’architettura, Franco Muzzio, Padova 1990.
19-Los. S., Pulitzer, N. (bajo la supervisión de), La città del sole, la progettazione urbana ambientale -energetica, Región Autónoma Friuli-Venecia Giulia, Trieste 1985.

Para poder subir obras es necesario acceder con una cuenta ARQA

Para poder solicitar la creación de un grupo es necesario acceder con una cuenta ARQA

Para poder guardar en favoritos es necesario acceder con una cuenta ARQA

Para poder valorar obras es necesario acceder con una cuenta ARQA

Para poder agregar a este usuario a tu red de contactos es necesario que acceder con una cuenta ARQA

Para poder enviarle un mensaje a este usuario es necesario que acceder con una cuenta ARQA

Ir a la barra de herramientas