30.8.2012

Pabellon Argentino en la Bienal de Arquitectura de Venecia

Espacio para la reflexión. Es desilusionante ver que la Argentina, con la creatividad y la frescura que la caracterizan es representada en la bienal de arquitectura de Venecia a través de arquitectura del siglo XIX; la presencia de los arquitectos italianos en la Argentina y las huellas arquitectónicas en las Islas Malvinas previas a la invasión de 1833.

La finalidad de la bienal de arquitectura de Venecia es históricamente mostrar el camino hacia una nueva arquitectura, es un espacio de debate y reflexión acerca de la arquitectura contemporánea en relación a la sociedad, y así plantear conclusiones críticas en cuanto a futuros probables e improbables y acciones a tomar al respecto como arquitectos y sociedad.

La bienal de arquitectura de Venecia es un collage de opiniones y creaciones tan variadas como países se presentan, cada uno con el orgullo de enseñar y representar a su país dentro de las vanguardias de diseño, de establecer un diálogo válido para el futuro de la humanidad. Acallada competencia de ‘quién va más allá’, es así que también existe el añorado ‘León de oro’ para arquitectos y prácticas que demuestren ser líderes en la creación de nuevos y ejemplares propósitos.

Más allá del respeto y admiración que le tengo al Sr Arq. Clorindo Testa, es que me lleve una sorpresa muy grande al visitar el pabellón de Argentina el día de su inauguración en la bienal de arquitectura de Venecia, 27 de agosto, e inmediatamente sentimientos encontrados vinieron a mí.

Orgullo y desilusión. Orgullo de ver que la Argentina cuenta finalmente con un pabellón permanente en tan importante exhibición; desilusión al ver la exhibición y su contenido. Exhibición que refleja la arquitectura de nuestro país en el 1800, que no es por minimizar las fundaciones de la arquitectura en la Argentina pero; ¿es esa realmente la reflexión que se busca en este espacio? ¿Es objetivamente como queremos representar la creatividad y profesionalismo de nuestros arquitectos al exterior? ¿Es así como nos planteamos ese espacio de crítica y reflexión hacia las generaciones futuras? ¿Esa exhibición nos representa?

Lamentablemente, a mí no.

Países como Serbia, Rusia, Rumania, Holanda, Bélgica, sin hacer distinción entre naciones del primer mundo o en vías de desarrollo o en plena crisis, presentan conceptos innovadores relacionados con la tecnología, temas de la historia de su país son representados de forma transformadora, científica, artística y participativa. También la autocrítica es válida y presentan temas de inquietud mundial como el crecimiento de las ciudades, la pobreza, la falta de agua, economías o temas de actualidad que provoquen su abstracción al diálogo en busca de soluciones participativas y democráticas.

Chile presenta dos proyectos recientemente emprendidos por un grupo investigador en dos ciudades, Constitución y Calama. En ambas, el desafío era similar: cómo transparentar y afrontar, mediante el diálogo y la participación de los ciudadanos, los conflictos y miradas diversas que inevitablemente existen entre los habitantes de una ciudad, para establecer un “suelo en común” (temática de la bienal) que permita trazar un futuro que tenga sentido para todos los copartícipes.

Japón presenta el trabajo de jóvenes arquitectos bajo la reflexión de como poblar más allá de las ciudades, en una visión poéticamente ecológica.

Holanda, visita nuevamente la noción de espacio, y a través de una cortina móvil, obra de la arquitecta y artista holandesa Petra Blaisse, deja su simple y permanente huella en la mente de todo visitante que experimenta esa transformación del espacio a través de la textura, la transparencia y el color de sus telas.

Rumania, también representando parte de su historia literalmente deja que cada visitante imprima citas a su elección y así trasladar el conocimiento tecnológico de ese periodo de su historia al potencial que existe en ese campo hoy.

Innumerables son los ejemplos, incontables las experiencias. Y es por eso que llamo a la reflexión, ya que no lo hacemos en nuestro pabellón participante de la bienal. Hacia dónde va la arquitectura argentina? Quienes son los jóvenes arquitectos que nos representan? Cuáles son las problemáticas que nos ocupan como sociedad y como arquitectos? Cuáles son las que no nos ocupan y también nos interesaría mencionar a modo critico?

Esos temas y muchos más son los que yo al menos esperaba encontrar en un pabellón de mi país en la bienal. Espero que deliberemos y entonces sea en 2 años cuando podamos mostrar al mundo en voz alta conclusiones y reflexiones de interés particular que nos representen.

Cynthia Markhoff
Arquitecta graduada de la UNLP, vive y trabaja en Holanda.

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